12/5/07

Portentos, Presentes, y Profecias

Cuando el polvo de estrellas de lo sublime se asienta es el momento de que ocurran los portentos cotidianos. Haria mas broma, si no fuera por que este portento recae sobre mi y casi no me doy cuenta. Puñetero Pola, lo has hecho. Dijiste que encontrarías una forma y la encontraste y no esperaste a llevarla a cabo. Te juro que estuviste así de cerca de que te arrancara la ropa y tuvieras el polvo de tu vida. Pero bueno seamos serios, primero, ya no esta a mi alcance darte esa alegría (no soy la persona adecuada, ¿verdad?) y segundo, ese logro tiene para mi otro lugar y otra sonrisa. Así que confórmate con los estrujones y de los besos de los que no te pudiste librar y explícale a tu chica que si alguna vez te veo y me vuelvo loca y te abrazo y te beso hasta la extenuación, no es nada sexual. Estaré intentando darte todo mi agradecimiento. Aun no has visto ni la puntita de lo que estoy agradecida.

Joder, Pola, mi amadisimo Frantisek, no sabría decir con exactitud lo que sentiste en el laberinto, mas que nada por que, aunque veamos lo mismo y casi igual no miramos con las mismas lentes, pero si lo intuyo y no habrá tiempo suficiente para que pueda dar las gracias de que el mismo pensamiento que te llevo aun un poco mas arriba en la comprensión se estirara un poquito hacia mi para librarme de lo que había traído sobre mi misma.

Ya soy Mortal. Ya no estoy maldita.

Y si no fuera por que las fuerzas a las que nos enfrentamos no tienen sentido del humor ni de la alegría lo pregonaría por todo el Reino.

Gritaría: "Aquí esta Pola. Él puede contra vuestras artes. Él ve vuestros hilos. Ya no temeré por todo el mundo por que se que lo podremos curar o ayudar a curarse." Ya solo temeré por ti, Frantisek. Igual que temo por Judith o por Santiago. Un temor dulce. Por que es un presente dulce el que tenéis y me dais. El miedo que tengo es el que alimenta y hace crecer la esperanza a pasos agigantados. El miedo de perderos me hace perseverar. Disfrutar cada momento de Felicidad.

Es tan grande lo que siento que casi no escucho a Elyze. No ha sido ahora que he caído en todas las implicaciones de lo que me dijo. Recién salidas del inframundo, aun refulgentes me llamaste Madre y creo que no te referías solo al fruto de mi vientre. Quizás me equivoco y solo fue un fantasma en mi mente ultraimaginativa o quizás es una profecía que se trenza con todo lo que experimentamos en el Laberinto y que nuestros seres incrementados supieron ver. ¿Que crees?

Dejaremos pasar el tiempo, Elyze y ya veremos que es lo que vaticinabas.


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