23/8/09

Las Metamorfosis (vii): El Augurio / Las Reglas

Me lo ha soltado de improviso y con mala leche y lo cierto es que no me crea rencor.

Entiendo el impulso pasional que martillea en su pecho y el sentimiento de amenaza de interferencia, que mi presencia, la nuestra les siembra cuando se trata de ella. Es como mancillar el espacio intimo de Ninfas y Faunos con tu áspera y gris aparición. Las Ninfas y Musas son los pares de los Faunos y los mortales deberíamos estar contentos con los roces casuales cuando vienen y no con el contante revoloteo a su alrededor de su Llama.
Por eso hay tan poca simpatía. Le cabrea que no dejemos a Danielle en paz. Ni en sueños.
Así que viene hacia mi y lo lanza a bocajarro.

"Vas a morir. ¿Estas contenta?"

Lo cierto es que allí, justo delante de él me río. No de Broklai si no del devenir tan absurdo de la situación y de la escena.
¿Que estoy haciendo aquí?, me pregunto y ¿Porque he venido a buscar sin saberlo esta respuesta?
Su gesto sera taciturno y sus maneras bruscas pero su mirada es la del que ve el futuro y tienen esa marca tan incomoda. Sus labios hablan con fiera rabia pero no dicen mentiras.
Cuando me vuelvo y me recojo del sueño a mi regazo en la vigilia aun me sonrío y me recuerdo el dar las gracias.
Es en la mañana ya abierta del todo que me planto en la seriedad de las circunstancias.
Un augur es un Augur, una sibila una Sibila y los todos los oráculos son cosas de respeto.
Lo comento en el desayuno y sobre todo el que no soy totalmente conocedora de lo acertado que puede ser el adivino del Feudo.
No quiero darle mas peso del que pueda tener, por que, con el futuro los juegos son imposibles. Puedes cambiar cosas pero hay momentos que son inamovibles. Mi sensación es de tratar de Quiero mantener la calma pues me conozco y puedo empezar a tirar hacia abajo antes de que se confirme nada.
No saber es mas fácil, si, pero reconozco que en mi experiencia, después de haber visto nuestro futuro y volver, en la versión mas contundente del vaticinio hace mas bien que mal. Aunque te cambie la tranquilidad por el sufrimiento.
Mis amigos lo saben y me conocen y me quieren y por eso me protegen. Durante el día yo no lloro ni me desmorono por que ellos son los que van poco a poco acumulando el peso.
No es hasta la noche que las lineas se aclaran y no hay dudas de las intersección del destino. Es cuando ya es imposible que yo ni nadie pueda ocultármelo.

Moriré en la ceremonia que se realiza en la Representación, a las doce de mañana viernes.
La hora de las brujas. Que apropiado.

Me entristece el día que Pola, Anibal y Charo han tenido, conscientes desde bien pronto de esta encrucijada de los designios y preocupados primero y hacia la noche desesperados por hacerlos cambiar.
Les amo por mas cosas que estas lo se pero ni que decir que me bendicen con mas cariño con lo que han hecho y me fastidia el no saber si no habría habido una forma mas sabia de haber entrado en la situación. Yo misma podría haberlo mirado y creo que es eso lo que debería haber hecho. Eso hacen las Brujas.
La bifurcación estaría marcada de igual forma y posiblemente no hubiera cambiado nada. Pero siento que habría sido mas honesto. Para ellos.
¿Y ahora?
Ahora que se ha confirmado no me escandalizo por el conocimiento y respiro profundamente en busca de la calma aquí en mi ser y pienso en que aun vivo y hay tiempo para las cosas que se hacen importantes en vida.

Lo cierto es que no todas las posibilidades se reducen al acatamiento de los acontecimientos.
Las entradas que tan despreocupadamente nos dio Django son vinculantes, como el mas sagrado de los pactos, pero Pola embestido de esa ternura preocupada suya, podría liberarme de la cita con el destino, cortando con esa espada que posee los hilos que me atan.
Lo hizo ya una vez aquella imborrable mañana en Cnossos, pero hoy es lo mas diametralmente opuesto. Que se pueda hacer no obliga a que sea bueno el que se lleve a cabo.

No, no puede. No debe.
¿Si Franta corta mis hilos de mi confrontación con los Poderes que están llegando en que situación se quedaría? ¿No soliviantaría los espíritus de los llamados? ¿No traería sobre él y los suyos su atención e incluso su ira? ¿No seria un ocasión para precipitar actos y acabar cayendo en unos u otros brazos que esperan con paciencia que se despeñe?
Imagino que Eugen le tendera mas anzuelos para su captura que el resto, por que Pola esta mas cerca de un sabio que de un dios, pero no es ni mucho menos un mejor destino.
No Diosa. Ya han sufrido bastante. No puedo cesar del todo su sufrimiento pero si puedo evitar que crezca mas.

Hay cosas que no deben hacerse si ya ha pasado la ocasión y yo como el y los demás traspasamos ese Umbral cuando decidimos y dijimos "Me quedo. Este es el lugar donde debo estar" y estamos bajo el gobierno de unas reglas. Las Reglas.

Si es así es así. Si has decidido lo asumes.
Yo decidí hace un tiempo. Pero he sido inconstante.

Es después de dejarnos claro, de forma sencilla y pausada, que es lo que vamos y no vamos a hacer, cuando me estremezco y me lleno de angustia. No quiero morir. Simplemente es eso
Ha tardado pero es que se ha ido macerando con sobriedad.
Ese, el camino, el cruza con la muerte, el que he decidido es concluyente y, no voy a mentir, a duras penas lo sostengo reforzándolo con pequeñas cosas.

Decido que es lo importante: Ver a mis hijos, aprovechar la jornada venidera todos juntos. Viajar hasta allí donde están. Que la despedida sea sencilla y suave y sentida.
Hay un resquicio por el que cuela un rayo de esperanza. Onire.
Antes de cruzar a la ceremonia la veremos.
Y quizás ella interceda ante las Otras Miradas y algo cambie.
Pero es solo una posibilidad y antes habré tenido un día para fundirme con los míos. Olvidar lo demás y ser Yo con ellos. Vivir.
Asier, mi pertinaz angelito de ojos negros, ya lo sabe y ha venido hasta mi y nos vamos junto a Annette de la mano.

A mis amigos y a Broklai les debo esto:

Cada inspiración de aire de mar entre los cabellos de mi niña. Su risa, su escándalo y su juego. Sus manos y cuerpecito sobre mi vientre y mi pecho. Las cosquillas de sus dedos.
Cada rayo de sol filtrado entre la paja del sombrero de Asier. Sus ágiles zancadas. Su mirada de éxtasis en el agua. Su voz entremezclada entre la de los primos de Olympia y la de Jean.
Cada segundo de la puesta de sol sobre el Egeo con nuestros cuerpos entrelazados y la felicidad en mi casi inaudible canción.
Paz sencilla para un corazón sereno. Sin Desvelos. Sin frío.

Por eso no hay suficientes palabras.
Espero que de una forma u otra esta les llegue.

16/8/09

Las Metamorfosis (vi): La Representacion / Las Bambalinas

Ahora todo es posible.

Como que te aborde de frente un viejo espantajo indescriptible, capaz de erizarte el alma con su sola presencia, para espetarte junto a tus compañeros y en el salon de tu casa, que si queremos entradas para La Representación y cuantas queremos o encontrarte en el solar de lo que fuera una vez tu casa al sorprendente Django Cei y sepa de que es de lo que estaba hablando el mencionado esperpento llamado Alejo.

La Representación parece el colofon de los acontecimientos pero como lo que estamos experimentando tiene se velo de misterio.

Como que aparezcan seres como Django Cei.

Django...

¿Os sabéis alguna de esas historias de tipos capaces de robarles la guadaña a la muerte?¿De los que te dicen que conocen el camino a la verdad pero se olvidan de avisarte del abismo insalvable a mitad de trayecto?¿De los que para nacer tomaron prestada a su madre?
Esas historias existen y nacen en todas partes y no puedes estar segura de que se refieran a Django o que haya sido muy capaz de apropiarse de los méritos de otros.

Eso y mucho mas es Django Cei.
Si buscas en estos días un Hermes, un Loki, un Veles, un Cuervo o alguna otra astuta rememoracion de la astucia tienes a Django Cei. Casi creo que los tiene a todos en la sangre y en los huesos. Literalmente.
Algún día conseguiré que Remi me vuelva a contar todos los chascarrillos que los chamanes como él cuentan de este ente o tipo. Consiguen ponerte en situación con el humor de las cosas horribles.

Y claro, su peligroso atractivo.

Por eso que nos de unos papeles manchados y arrugados al hilo de la mención del otro encuentro diciendo que son las entradas que pedimos tenia que habernos alertado. Pensar que lo que creíamos la broma no lo era.
Le divierten estos juegos sobretodo considerando el potencial de diablura del juego.

Aparece a la puerta de una Haima, mas que carpa, que ocupa el vacío donde residia la torre. Lo hace pateando un perro sarnoso de esa forma especial que te hace reír y borra por un instante de tu conciencia que es un acto cruel.
Luego de la incorregible e informal presentación de viejos camaradas, puesto que nos encontramos por vez primera en Moscu, nos entrega jovialmente los papeles demacrados con ese gesto afectadamente majo de ponerse el sombrero en el corazón que te niega que aquí haya truco.

Son esos detalles: sus ademanes teatrales e irrespetuosos con las formas y el gancho de su pícaro rostro los que no puedo negar que me ponen.
Y es peligroso, por que el sabe que es un fulano guapo e interesante. Te inflama la emoción del la vida, el riesgo y el disparate con cada partícula de su ser escopeteada en todas direcciones por sus poros, su morena piel y sus vivaces ojos y boca con fina perilla.

La fortuna se alía conmigo por que le parece infinitamente mas interesante Charo y yo paso de puntillas con la compostura casi intacta.

No tengo la soberbia de creer que no se ha dado cuenta y supongo que la facilidad con la que me ve no le interesa teniendo un hueso mas jugoso que roer delante. Tendría que decirle algo a Charo pero como no traicionarme al hacerlo.

En mi hay algo que dice que Django Cei no es malo y tampoco bueno. Es algo totalmente desconocido y diferente.
No se si podre abordar a Charo y avisarle. En mi corazón y cabeza hay una vocecilla que pregunta con tono sarcástico y convincente que de que hay que ponerla a salvo.

Al menos la conversación es corta.

Tenemos las entradas, según Django, pero la Representación no es hasta la medianoche de dentro de dos días.
Y No. No podemos hablar con los actores pero si queremos podemos entrar entre bambalinas para ir abriendo boca. No le ha faltado decir sin variación en el precio. El no diria eso nunca.

Nos ha descorrido la falda del entoldado y nos ha invitado a entrar.

Me impresiona la infinita capacidad de aguante ante el asombro que acumulamos vorazmente y me asalta le duda de en que grado ya lo generamos nosotros mismos.

Muy poca gente sobre la faz del mundo atrae la atención de alguien como Django Cei y muy pocos lo tratarían como nosotros. No se atreverían a aceptar sus invitaciones.
Intuyo con lenta comprensión que no somos invitados a esa venidera representación por nuestra mera condición de aptos espectadores si no que, aunque sumidos aun en grados, según de quien se trata, distintos de la ignorancia de como, nuestro advenimiento como actores en la gran obra se decanta. La gran obra de voluntades cuyo telon casi percibes que se alza.

Confiamos en Django lo que es una gran muestra del misterio en el que se han convertido nuestros actos.

Supongo que podíamos haber acabado en muchos lados pero nunca es mas sorprendente que el lugar concreto en el que deberías estar cuando llega el momento. Ese es el talento sobre las ironías que domina Django tan sutil como expeditamente según el caso y expuesto en mas niveles de los que tienes visión al alcance. Eso es lo que en mi corazón lo hace tan imprescindible.

Con tranquilidad y ningún esfuerzo alcanzamos la casa de Eugen caminando bajo un portal de lona un par de pasos.

Tardamos unos dubitativos instantes en apercibirnos que ese es el lugar donde nos encontramos pues, su aspecto es radicalmente distinto a los recuerdos de hace ni un par de días o mas atrás, de cuando hasta aquí, con Él, bajamos. No es hasta que Pola vislumbra la explosión de vida sobre la mole de su versión de Mont Matre con su cupula particularmente hendida que no comprendemos a donde hemos llegado.

Es un paisaje espectacular en verdes, blancos, azules, inmerso bajo la protección de los pliegues sin horizonte de la carpa e inundado de efervescente vitalidad.
También hay cadáveres. Dispersos pero evidentes, tropezamos con los restos de los últimos habitantes de este sitio. Uno de ellos parece el de aquella criatura que nos contemplo y que Pascal nos dijo era su amigo perdido.
Mas allá, imponente, domina el trazo vertical de lo que parece un gigantesco tronco de árbol muerto al que acompaña en su dirección de suave chasquido de lo que parece un filo rasgándolo.

Miento si digo que entiendo todo lo que veo pero si puedo expresar mis sentimientos de grato regocijo ante el cambio circundante y de una indefinida pena. El arbol muerto produce en mi un afecto influjo en parte entristecedor.
Cuando al estar mirándolo cae es como el fin de algo que da paso a lo nuevo.

Ahora es cuando vemos a los Ángeles.

Pola encuentra a uno en la fractura de la cúpula cuando sube a mirar y el que el resto vemos es el que ha acabado la tala del despojo del árbol que ya no esta.
Se aparecen humanos. Es la punta del fondo sobre la que los esperamos contemplar la que, igual que hacen Eugen o Einar, nos trae a los sentidos esa forma; posiblemente por que su rostro completo transciende lo que soportamos pero, aun como en este caso su contacto es efímero, transmiten esa potestad de la Completa Visión tras la carne.

Los que vemos hoy pertenecen a los Elohim, Vigilantes, la misma orden que la del padre de Xavier. Su tarea me es confusa, entre otras cosas por que decidí escuchar a Pascal y no enterarme de lo que me esta vedado, pero creo y puede que me equivoque que acompañan a Los Poderes que viajan entre mundos.
Son de aquellos que permanecieron cuando al principio se abrió la Fractura y se dividió el Reino.
Una grieta de separación que cargan en ellos mismos.

Hemos conocido a varios de estos seres ademas de Eugen. Algunos, creo, que son observadores como Einar y otros, cada uno a su manera, luchadores como Joseph y Dolmance.
La ambigüedad de su naturaleza, ligada al efecto de su presencia entre nosotros, es intensa en extremo cuando los tienes delante.

Todo es intenso con ellos tanto la calma, como la pasión, como el hondo pensamiento.

Es Dolmance, con el brillo de su indomable espíritu encendido en la mirada rezumando de fascinación, la que nos cuenta el origen desencadenante de esa obra que se ensaya y desenvuelve en cada esquina de Paris.

Nos explica la liberación que Xavier ha ejecutado con el germen de su música.
Con un desparpajo y entusiasmo en su voz, mas perturbadores que la visión de un arma en sus manos de Ángel Luchador, ella narra como Xavier ha dejado en libertad a la Serpiente como me viene a la mente, una vez alguien hizo en la Moscu de los muchos colores y que los que nos envuelve es el baile cimbreante de su carne derramándose por todas partes.
Sorpresas detrás de las sorpresas nos esperan ahora que lo que fue estrecho se hace cada vez mas ancho.

En silencio y mi interior, siento una reverencial consideración por Xavier.
Todos tomamos decisiones decisivas en algún momento. Hay que vivirlas y sentirlas en el corazón y llevarlas a cabo con el saber de la cabeza o del instinto.
No siempre se puede andar entre bambalinas como ahora.

Me templo al pensar en él con la evocación de la contemplación de los Señores tal y como de otra forma retorcida se me ocurre que lo hemos ido haciendo desde que llego a nuestras vidas Eugen, en sus presencias. La diferencia que te otorga cada uno es el punto de perspectiva y la magnitud de la mirada a la que con cada uno de ellos te enfrentas.

Conminados al regreso y una vez nos encontramos con Rellan que también ha entrado aquí pensamos en marcharnos. El aun insiste en que permanecerá un rato y que quizás abordara la contemplación de algo que nosotros solo hemos atisbado a percibir. Las catacumbas de los Condenados en los cimientos del monumental templo del Diablo donde no llega la luz del Sol. Allí reside la espada que una vez intercambiamos con Eugen y que según, su destino, encabezara ejércitos e iba destinada a Jean.
Lo vemos dirigirse al lugar con natural prestancia, lo que he de reconocer me da un poco de envidia, pero que se me olvida por la infinidad de emociones en las que mi vientre, mi pecho, y mi cabeza intentan concentrarse.

Tantas cosas que pasan a nuestro alrededor que no abarco.

Con Pola pensativo y no es difícil saber en quien esta pensando y no es en Él.
Con el magnifico Rellan, esplendido y arriesgado, camino de Allí Abajo y solamente con sus claras ideas y nuestras plegarias como ayuda.
Con la desquiciada mano de Anibal y su sabia decisión de cortársela.
Y con el no tan sorprendente regreso de Eriltes y la, para mi incomprensible, ceguera autoimpuesta que respecto a ella levanta Charo cuando hablan... Mi suegra habla extramada pero habla claro y hay parte de profundidad en sus palabras que tengo en cuenta. Solo intentare no volverme tan loca.

Tantas sensaciones y acontecimientos pero, aun queda sitio detrás para un rumor como la mar de fondo. Allí los pensamientos sobre Xavier y Marion me mandan olas.

De Marion. ¡Oh Diosa Marion! Labro todo el esfuerzo para convencerme que solo esta extraviada y viva, solo que a su extraño lado. Que esta a salvo y sana y sin miedo. Es una forma tonta de magia, y lo se bien que por que me empeñe en ello no va a funcionar si no hay mas, la de desear con toda tu alma una cosa en la esperanza de que se cumpla pero no puedo perder las esperanzas. Esa es mi propia vida y mi propia mirada. La imagino con todas mis fuerzas sana y bien. De vuelta.

Pero Xavier. Mi amigo en cuerpo, espíritu y alma. Intento imaginarme en la esfera trascendental en la que se encuentra ahora y lo que esta experimentando y no me cabe, y Diosa si lo intento, el estrecharlo en mi por completo.

Esa parte de lo que contemplamos en Ellos que le pertenece se me escurre entre los dedos a través de su origen Celeste. Por eso me conjuro en lo que esta por ahora a mi alcance y es la persona que conozco y aguardo que no cambie tanto.
Puedo, poco a poco ponerme delante de mi y ser ellos y contemplar lo que confían de mi corazón encontrar y no negarselo, de mi amor y mi agradecimiento y ver como los abrazo y les beso y solo les digo sin palabras que les quiero.

Por que la vida no son estas bambalinas sino el misterio que nos aguarda cada dia que compartes juntos en completa realidad.

Con ellos de Vuelta recibidos en nuestros Brazos y nosotros en los suyos.

Ahora que todo es posible.

9/8/09

Las Metamorfosis (v): La Fuente / Las Visiones

Danielle nos espera en la fuente junto al jardín. Por razones de afinidad parece lo mas adecuado. Luce pequeña en parte, pero ya transfigurada como si el solo hecho de haber salido y esperado la hubiera abierto al canal de su naturaleza y ya no pudiera disfrazarlo.

El reparo y la candidez toman moteados extraños en sus rasgos bajo el fuego de una inspiración, no solo llena de poesía de vida, si no también de mirada a las respuestas aun sin pregunta y a las sombras que intentan coger forma.

Esta mañana, en la universidad, cuando aun era Danielle, la estudiante de arte, y la hemos buscado, acudiendo por si la podíamos ayudar en algo en esta miríada de cambios, no sospechábamos que los eventos tornarían las intenciones de vuelta a nosotros y nos pediría el esfuerzo y la confianza de ponernos en sus manos.

Xavier, que aun sigue desaparecido, me hablo de Danielle hace un tiempo ya, cuando aun la torre se erguía sobre la linea de París, y una noche viajamos en la estela de su mutabilidad a conocer la casa de Bethan e Isobel.

En aquellos días él la ayudo, y creo que de alguna manera fue como ahora sin el conocimiento de cómo, únicamente por instinto desde sus adentros como empezamos a intuir que ha hecho aquí.
A su manera recordó a Danielle en su interior de lo que estaba hecha y quien era y a donde pertenecía y ahora, en el tiempo del medio, donde nada de lo que haces cuenta, esa consideración y tierno cuidado se nos devuelve con agradecimiento.

El poder desborda de los ojos de la muchacha triscando de uno a otro de los presentes mientras nos disponemos alrededor del agua. Es un inundación lenta, de ondas de evidencia y multitud de acontecimientos que flotan a través de la superficie y acuden hasta sus dedos transformando los hilos del vulgar elementofisico a su aspecto acrecentado y pesadamente vivo como indescriptible reflejo de su par afín que es Ella.

Cada uno asumimos una transposición mística con la Ninfa y la experimentamos de su mano y la descansamos en su regazo.

Nos sumergimos en el cuerpo de la visión hecho del agua avezada que habita los sueños y tiene un cuerpo infinito.

Como Musa nuestra, Danielle nos conduce a las respuestas que nos deben inspirar con los trazos, surtidos de su propio sentido, de los futuros hados. O de los pasados.
Pero conscientes de que lo esta en la mano de las Recordadoras no es solo inspiración si no también la enseñanza.

Con su mano derecha nos imbuye hacia la revelación.

Trae a Charo, envuelta de sus ropajes de Cenwen hasta su hermana Eriltes. La verdad de este secreto no se descubre pero si el desenlace. Hay un lazo visible entre las dos que las brumas del olvido no deja ver mas allá de sus muertes si no a la otra. Ambas se matan mutuamente hasta el infinito y la derrama de sangre provoca el trasvase. Pero hoy falla, quizás por que ha llegado el final del circulo o por que la Serpiente, aquí donde pisamos y ahora donde respiramos, ya no se muerde su propia cola.
Charo sostiene en una mano la daga que la asesinó, hecha de una astilla del Árbol del Mundo, mientras con la otra acuna a Calin, rescatado in extremis del vientre de la Tiera y herido, mientras los dos contemplan la desaparición de su enemiga bajo las raíces del bosque.
Y cuando despierta aun se siente confusa y se niega. La mano sigue sosteniendo el arma conquistada y Eriltes no esta pero los hechos como han sucedido la aturden.

Posiblemente esa es una sensación inherente al toque de Danielle nutrido en la fuente turbulenta del caos.
Esa conmoción a lo que establecido en tu cabeza que ha hecho a Anibal huir de la libertad de sus instintos, cayendo en el reparo y el miedo y acabando con la boca repleta del limo de los malos sueños. Y del lodo solo surgen visiones de desazón y desasosiego.

Su vista se ha puesto en una llanura expectante del combate que sobre ella se aproxima. Al fondo las tripas del Averno y el tajo en sus muros que permite un paso abierto y frente a él, un ejercito que se apresta a evitar que el otro que viene penetre hasta los Infiernos.
Allí ve a Pola bajo el estandarte de Eugen, el general que dirige la defensa.
Y en el invasor los capitanes son Asier, Joao, Mayim, Santiago.
Anibal no se puede distinguir pero su nuca se eriza al mirar el contorno borroso junto a Pola.
La contienda es una locura, una guerra fratricida de las gentes que amamos en la misma boca de la Condenación y es esa locura la que te hace sentir como si a cada paso de uno contra otro nuestro mundo, mas y mas se deshilacha y mas cuando imaginas y comprendes lo que Franta ha visto y ha aprendido.

Su visión ha sido mas cruda, por menos elaborada, bañada con la impresión de un bautismo que despliega ante él purificada, la verdad que limpian las aguas.
Que Eugen lucha con la Serpiente. Que el caos se enzarza con su complemento pero que cuando llega el momento y Eugen la hiere, cuando ambos se une, la lanza que une sus corazones no esta bajo la la Luz de Sol Divino en un verdadero Unisono. La sustancia clavada bloquea los rayos y en la inmensidad proyecta una sombra alargada.
Esperar la culminación del día y la llegada a su cenit del Astro Dios es la respuesta buscada.
Esa verdad se la cuenta Karel en actos y al clavar de nuevo la Realidad, lo Superior y lo que Yace residen en un único Eje. Uno. Todo.
Pola se enseña lo mas sencillo y lo mas difícil.
Como hacer las cosas para que lo que es no sea y lo que sea fuere.
Como desvanecer la sombra que traza otro Árbol pero Árbol de Muerte. Un lugar de atractivo descenso por que a espalda de la Luz de la Vida, donde no te toca su Calor y no sientes su Grandeza y eso explota la altivez del endiosamiento que te hace creer en la tuya.
Ojala lo haya imaginado bien y estén bien todas las palabras Pola, por que pienso que quizás la tuya hubiera sido mejor inspiración para contar lo que vistes con tus propias palabras.

Por que lo que Danielle me enseña a mi no es prosa ni poesía, si no que se hace lo abominable por la ambición.

No es un recuerdo aunque sea yo la perspectiva en todo momento presente y sean mis dedos y mis ojos de los que soy consciente.
No hay alejamiento entre yo y la otra persona, incluso cuando con mis manos acaricio mis abundantes rizos y a través de mis adormilados párpados contemplo mi respiración calmada y venero la belleza de mi cuerpo dormido.

No hay alejamiento aunque con toda violencia libero el nudo enamorado de mi pecho al olerme y embriagarme con el aroma de mi piel sudada tiernamente que es recuerdo de un mundo que florece y da sosiego.
Amo a esa mujer que yace sobre el lecho donde hemos dormido, esa mujer que soy yo, Gabrielle pero en el mismo tiempo no soy yo, por que yo estoy a su lado, con otra respiración, otro volumen y espacio, ocupando otro hueco, despidiéndome en silencio con los dedos antes de abandonar su calor en esta mañana que es tan importante.

La dejo allí, descansando hermosa como el filo de la pasión que me encoge las entrañas.
Ese hermoso ángel que... soy... yo... pero no lo soy.

Cabalgo hasta la encrucijada, tranquilo y pausado, con el rostro pleno de determinación y la barbilla erguida, sincero ante el mundo de la asunción de mi destino, que tomo en mis manos con el objeto que el demacrado mensajero pone en ellas.
El poder. Trocar cadenas en hilos y los hilos cortarlos a voluntad, atarlos a capricho.
Un poder que acepto. Hace tres siglos ya que acepto.

No se me da mas en las visiones. Ni mi ni a mis compañeros.

Creo que se por que el limite de las respuestas.
Las Reglas. Los Tabues.
Danielle se marcha al amanecer. Hemos pasado toda la noche en su regazo. No nos deja pedir mas.

No sé que pensar, por lo que me dejo llevar y escucho los viajes de Charo, Anibal y Pola. Después brevemente sin mucha parafernalia cuento las sensaciones del mio.
Esta todo tan confuso. Se mezcla todo en mi mente con intensidad y detalle. A ratos me dan ganas de vomitar sintiendo la angustia vertiginosa de amarme tanto pero amarme a mi misma. en las dos vertientes. Es tan espeluznante como extraño pero de algún modo me convezco de que debía tenerlo.

Quiero creer que lo que te enseñan se debe madurar para que de sus frutos y florezca el entendimiento pero en este instante no entiendo nada y solo tengo preguntas.

Hablamos de otras cosas, trazamos nuevos planes, pedimos información y distraemos la mente pero en cada momento de tranquilidad regresa para interrogarme.

La necesidad de la verdad esta despierta.
Me compadezco de literatos y poetas si esto es el toque de las Musas.
Me recuerda a la mirada de la Sibila. Ella veia esto de forma constante.

El tiempo pasa. Despacio.
Bueno tenemos un pista que investigar. Una carpa en donde estuvo la Torre.
Nos vamos para allá. Me hará bien.
Dejare de experimentar esta ambigüedad.
Se que solo... un rato.

Las Metamorfosis (iv): El Umbral / Los Rostros

Una buena idea nos aborda sentados alrededor de la mesa de nuestro comedor después de giros y regiros de extenuante acción y un merecido el respiro en el que meditamos en voz alta.
Onire se muestra desde el corazón de Charo colando en su garganta esperanzadas palabras de probabilidad del regreso.

Si Pola sabe que Eugen se ha ido y nuestra pequeña Onire hace tiempo cambio nuestra compañía por la de Él, ¿No es de creer que si pudiéramos alcanzar ese rincón que mas de una vez Eugen nos ha enseñado, y poder volver a verla de nuevo, saber como esta, quien sabe, quizás averiguar mas cosas de la que esta aconteciendo

Onire se marcho envuelta en el conocimiento críptico de que era el lugar, ahí junto a Eugen, en la Casa del Diablo, remedo desagradable de Mont Matre, donde tenia que estar. Ya han pasado los meses, el marchitar de la Torre y todos los encauzados pasos que han alcanzado el cambiante presente. Hasta este instante en que tenemos la esperanza de que es posible, aunque no sea evidente, que este libre, si no es que siempre lo ha estado.

Pero alcanzarla hoy no es tan sencillo como planearlo. Cualquiera de los presentes: Charo, Pola, Aníbal o yo misma ha bajado hasta el nivel de su reino por invitación, de su mano, y irónicamente bajo su protección
Habrá escasas posibilidades de que lo alcancemos por nuestros propios medios.
Si algo estamos aprendiendo es la linea de nuestra propia limitación. Da vértigo pero es reconfortante, sobre todo, por que poda las ínfulas de la arrogancia.

Pedir ayuda, esa es la conclusión. Por eso llamamos a Pascal.

El comisario Rellan es mas que una amigo. Es un caballero en el que el savoire faire y la sensatez, resultan mas interesantes de conocer que la verdad de su naturaleza córvida y de su posición de mando en la ciudad. Es un juicioso camarada de fatigas de ojos y oídos bien abiertos, buen paladar y sobretodo mucho criterio.
Ha sido el que nos ha puesto al tanto a lo largo de los días de los hechos hasta donde las reglas y los tabúes le han permitido y yo confío en él igual que lo hago con Fungus. Aunque sepa que estoy siendo una ingenua al hacerlo y que a veces me mantengan a ciegas o incluso me engañen. Pero si lo hacen es por que el sesgo tiene importancia y por que son consecuentes con lo que son las reglas los compromisos y lo que hay que tener en cuenta. Y por que saben mejor que yo nunca lo sabré hasta donde cada uno llega.

Pascal, en esta ocasión ha dicho que pudiera exista la posibilidad de ofrecernos su ayuda. Nos ha dado un lugar y una hora, pero remarcando con sinceridad que no había garantías de nada.

La incursión ha sido al amanecer pues los ciclos del día se asientan cada vez con mas importancia. el día es Día y la noche Noche. Me figuro que es mejor no encontrarse la Diosa sabe que criaturas en los túneles cuando todo arriba y abajo esta oscuro.
Por que debemos profundizar en el vientre de París caminando por los entramados de túneles que solo me recuerdan vagamente a como eran antes. Pola y yo ya hemos venido por aquí en otras ocasiones, incluso con finales muy felices, pero la verdad es que se te aparece como un lugar muy distinto.

La guía de Pascal, que viene acompañado por Charlotte, su hija, nos conduce hasta una sala donde reposa un lago en el que constantemente golpea una gota. Es la laguna del aliento condensado de cada visitante conmovido por esta ciudad. De cada residente. Emociones transformadas en fluido real precipitado gota a gota, una por cada sentimiento recogido al traspasar el invisible umbral de la ciudad.
Una vez me sumergí en esas aguas y tiemblo al recordarlo y me perturbo mas al verla tan enorme ahora.

Pero no esta sola. Justo detrás como esperándonos pacientemente hay otro arco que no recuerdo antes haber tenido a la vista. Artesanía de oro, paño, y acero, entrelazados con la piedra trabajada en letras de un idioma irreconocible.
Es su puerta pues saboreas a Eugen con solo mirarla. Hemos descendido hasta su Umbral.

Otra de sus Obras. A cada paso encontramos muestras de su parece inacabable laboriosidad. Empiezo a sospechar que la ciudad esta repleta de ellas y que solo la sutil ignorancia nos las oculta. Cientos de pequeñas creaciones como estoicos plantones. Con la imaginación abierta a todos sus poros por el descenso y tantos extraños días y noches, empiezo a tener la idea loca de que esa es la mirada con la que nos ve. Obras y herramientas enfrascadas en la danza del alma que al final conduce a su poder. Proyectadas para poder tenerles cariño pero a un lejano paso de poder amarlas. Rompibles.

Es una sensación horrible el poder imaginar eso y mas aun la sensación de compasión que insiste en provocarte y con la que es difícil pelear hasta convencerse de que Eugen no es humano, que no puedes ni intentar con tus limites medirle y que sobretodo no es libre.

Que hará lo que debe hacer y siempre ha hecho.

Es una emoción como veneno que se esparce tus pensamientos y que te sume en la consternación.
Esta ahí, en esa puerta que Pascal dice puede abrir.

Los cuervos y los lobos conocen muchas variantes de esa capacidad. Abren y cierran los portales. Normalmente para evitar que lo que hay al otro lado cruce al nuestro y otras para ir a donde están ellos y quitarles la idea de cruzar, ya sabéis, con garra, pico, y diente.
Tengo la sensación casi cierta de que si Pola no le hubiera insistido en que Eugen le ha dicho que ya no esta en ningún lugar de la ciudad, Pascal nos hubiera dado largas o simplemente nos hubiera dicho que no, pero las cosas cambias cada instante y él , ahora también esta a la busca de alguien tras esa puerta.
Pero ha sido descubierto después, tras contemplar el monstruosos paisaje que se descorrió al retirar la cerradura.

Con la ayuda de Charlotte, alza el conjuro y entorna la hoja que bloquea el paso. Pero no la franquea. Vemos el hueco, pero nos ordena que nadie se mueva. Que nadie cruce.
Sensatamente sabe como dar los pasos y mas sabe cuando no moverse o cuando, si es necesario, recular.

La oscuridad trasciende retazos de si misma como rasgones de niebla traslucida, manchas de aspecto informe casi imperceptibles para la vista, mas un olor para los ojos o un crujido para el tacto que palpas muy adentro.

No se a quien veo primero envuelto en su halo, creo que es Franta. Los contemplo a los tres bajo el foco de la tiniebla.

Pola es el Maestro que Corta el Ser, capaz, con serenidad, precisión y nula vuelta atrás, de aplicar la espada que le fue otorgada en Sanghai y que ahora blande, y de eliminar la existencia de cualquier ser, borrarlo de la realidad y los tres mundos para siempre. Por siempre.
No hay apenas cambios en su físico, mas que sutiles transformaciones de los detalles de su rostro y de su ropa. Esa casi imperturbabilidad es lo que acelera mas mi miedo.

Es mas espectacular el pulso en Anibal, trastocado en su forma daimonica de ardientes huesos con la que retorno de Perú en la que unicamente chirría alarmante la magia que se trajo en su mano izquierda o Charo ceñida en el manto albo de Cenwen, brillando con la luz vigorizada del Sol, pero fría mas allá de la humanidad, severa, rígida tan cercano al rostro inflexible con la que una vez me hablo la Madre...
Son impresionantes pero ambos los he contemplado antes y alguna parte de mi retorcida mente los acepta. Pero no lo que le pasa a Pola. No.

¿Y yo? Yo tengo una cierta idea de lo que los demás han podido ver en mi, la forma del atisbo de mi fatuidad. Ya la he contemplado.
Pero no lo pregunto, y no me importa por que lo que mas me aterra es el pequeño cambio que afecta a Pola, que pequeño empujoncito parece que basta, y me preocupa tanto que me duele cuando menos me lo espero.

Afortunadamente Charlotte y Pascal logran desembarazarnos del influjo que desborda de la casa de Eugen, cerrando la puerta.

Lo ultimo que nos contempla desde la linea al otro lado es la figura de una enorme ave grotesca, la tortura de un ser que debería de ser de maravilla, mitad hombre, mitad cuervo, y que fija en nosotros sus turbios ojos negros llenos por completo de maldad, mientras se consumen sin fin las plumas de sus alas, con un fuego que brota de innumerables protuberancias. Se convierte por méritos propios en otro recuerdo indeleble de esta mañana.

Cuando se cierra la puerta se hace el silencio. Un silencio sofocante y comprensible.
Es Pascal el que, con mas tino en el habla, nos explica lo que apenas intuimos.

Es de noche en su casa, dice con calma, y bajo la Sombra Nocturna se mueven todas las criaturas que el inquilino ausente, o atemperaba, o sencillamente ataba con su presencia.
La Oscuridad es una de ellas y si nos hubiéramos atrevido a entrar hubiéramos experimentado la mutilación de nuestras almas, privadas de todo el tacto divino de la Luz de Día que hubiéramos atesorado durante nuestra vida, y despojados de la Llama que da Calor seriamos los demonios de los cuales hemos contemplado los Rostros.
La prueba es que aquel ultimo ser que todos hemos visto, esa criatura de pesadilla, era hasta ayer uno de los suyos, un buen amigo.

Abandonamos el lugar muy deprisa, consternados y a la búsqueda de la luz de la mañana.
Salir a la superficie es un regalo gigante en su sencillez. Me trae recuerdos agridulces.

El comisario nos dice que estará atento. Que si en el algún momento cambiara el ciclo y volviera sobre el otro Mont Matre el amanecer nos lo comunicara
Se despide en la puerta de casa con una mirada serena. Estoy pensando que a él no le vi el Rostro.

Aun en el hogar no puedo estar tan entera. No puedo remediarlo y llamo a los niños, compruebo que están a salvo y ellos hacen lo mismo conmigo. Se que lo que me echan de menos por que siento lo mismo pero hice una elección. Ellos no podían estar aquí. Lo que no se es si yo hubiera tenido que hacer lo mismo.

Después acuciada por el pensamiento de lo que vi en Pola y quizás sin medir muy bien como hacerlo, se lo cuento todo. Pero estoy preocupada y eso me deja razonar.

Es la sensación de lo fino de la linea. Esa emoción de que la perdición es tan sencilla como la posición en la que afrontas el cambio entre la penumbra y la total oscuridad, la lucha por poner distancia. Y que que se acaba solo con la simple acción de sobrepasar el Umbral.
En estos días, pienso, todas esas lineas, nuestras lineas, se están moviendo lo sorprendentemente lejos o lo insoportablemente cerca.

No puedo dejar de estar preocupada.
Ya hemos visto los Rostros. Todos podemos ser literalmente Demonios. Lo hemos tenido delante. No es una historia contada.
Ese es el Umbral que siempre ha sido mas visible.

Pero la fortuna nos dice, y en mi caso es fe, que hay otro Umbral, tímido y arduo, a lo mejor contiguo a este, con otro tipo de puerta y distintos guardianes y estoy segura de la otra Luz que iluminara nuestras caras.
Creo que tampoco serán, esos rostros, muy diferentes a los que veo alrededor de una frugal comida ahora. Caras dotados de otro pequeño empujoncito, pero venido de un sitio distinto de la voluntad, la razón, o de lo que imaginas.

Quizás el final de este ciclo, etapa o estación en medio de estaciones nos conduce a ese otro punto.
Tengo fe en que Xavier ha hecho lo que tenia que hacer.

Confío en él. Y nada me ciega.