29/1/12

Entonces se desvanece

Al final de estos mis días, con la venia de la fortuna y la trabajada derrota sobre la pereza, acabo nadando en la abundancia de recuerdos.
Y es curioso que, justo en este tiempo, algunos se aparecen con una frescura sorpresiva, como si fueran nuevos, muy nuevos.
Comprenderéis que es una percepcion subjetiva sin mucha base para transmitirla.
Que es la sensacion de que sus luces y contornos destacan sobre otros que los tienen mas sobados haciendo que, sus retablos de imágenes y sensaciones, me aborden como venidas por primera vez.
Es esta danza de tu vida, vuelta a poner en marcha en el salón de la memoria, el cual se queja por haber tenido que soportar estas cargas ignotas por tanto tiempo y que provoca una estimulante confusión y estremecimiento que barre la rutina enemiga de un plumazo.

Una excitación mas que se acumula en la luminosidad de este mi invierno.

Al filo de la ultima edad, con mis días en el ocaso, que una y otra vez se inflame la chispa del asombro se agradece como muchas otras cosas no tan pequeñas.
Estos son pensamientos que con tanta facilidad puedo compartir con mi benjamina, a la sombra tranquila de las vistas circundantes del Lago Tana, y que se convierten en historias descaradas en sus manos de fabulista.

El reto del día. De los días, mas bien, por la cantidad de historias incoherentes que voy balbuciendo como si fuera extrayendolas de una tormenta, pero que al paso de las horas se van aposentando en una bien trazada linea.

Una linea entre lo soñado y lo despierto. Entre lo seguro y lo incierto. Una linea de Vida.

Casi toda la raíz de las palabras es mía, pero suya es la proeza de ponerlas en contexto y de su exquisita caligrafía.
Me he puesto en sus manos de literata, que mejor puede hacer una madre orgullosa de sus hijos, y hemos surcado el dictado de las huellas que en mi cabeza están surgiendo al descubierto de manera inesperada.

Mi hija mayor opina que debería ahorrar fuerzas y dejar vagas e inseguras fantasías descansar en el olvido. Y en parte se que tiene razón, por que en su cara se lee el espejo del dolor que transmiten algunas de mis palabras.
Su dedicación es genuina y sus cuidados tan necesarios, pero no obvian que tantos cabellos blancos que me aureolan no siempre brotaron por la sensatez mas acentuada.

A la noche, concluida su salida de pesca, mi esposo me proponga, como su talento siempre hace, una mejor posibilidad, pero por ahora el dia despunta y al calor del Ecuador y de los correteos traviesos y risas ganadas al viento de los nietos, sus amigos y conocidos, eliminan las precauciones y sacan de mi los giros de la rememoracion que estaban envueltos en ocultas telas.
Y eso debo decir que me ayuda.

La memoria no es una piedra que ya se dejo por imposible el continuar nuevos rincones donde aventurar.
Aquí están estas historias y por la Madre Regente, a mi me gusta hablar.

E inundada de olvido y ofrecida la oportunidad de abrir la compuerta que dejara al descubierto los secretos dormidos no puedo dejar de fluir el curso adormecedor para que lo oculto debajo despierte.

Entonces se desvanece cualquier impuesto palio que oscurezca la cruda pero sana verdad.

Claro que, las escenas y las historias se zarandean entre el después y el antes y creo por el poder del sentimiento de la fe en mi pecho en lo verdadero que hasta ahora habéis oído las partes en el orden correcto.
Aquí viene, por lo tanto, la razón de este lapsus.
De este, interludio como bien apunta mi hija, de explicación.

Y es que se que todo esto ocurrió y es verdadero.
Pero también se que no es la memoria la que me dicta como es en verdad.
Son otros recovecos en el alma, que traban las imágenes y los sentimientos en las estampa con las que es tejida la expresión de realidad.
Me pongo aquí a hablar en medio, por que este es el punto ciego, en donde a la historia las cosas les da por cambiar.
La que trasteo con nuestra mente, no es nada sutil ni amable en realidad.

Lo que debéis entender es que lo que ha sido contado hasta este momento que ocurrió en Oxford siento en el corazón que es verdad. Ha sido todo verdad. Con lo claro y lo oscuro.

Y también no debéis sentir turbación si al contar lo venidero hablo como si  esto primero no hubiera ocurrido jamas.
Lo uno y otro comparten nicho en mi memoria.
Así de difícil es a veces vivir este tipo de vida.
Convives con un truco de prestidigitador a escala daimonica.
El ocultamiento completo de un espejo muy bien hecho que no deja alcanzar a la luz a los hechos.
De tal forma que no existen para ti de ninguna forma.

Por eso lo que narro viene del corazón. Es la mejor y única forma.
Es así solo como entonces, la confusión, se desvanece.
Aunque por desgracia quede pendiente en algunas veces.