13/12/08

Las Hijas del Caballero.

Conocimos a las hijas del caballero.
Bueno a Isobel ya la conocía.
Apareció en Perú cuando nos precipitábamos al caos.
Bethan apareció tras la luz que portaba pero se desvaneció de súbito cuando el pabilo de la vela que empuñaba se extinguió ante el peso que lleva ahora mi nombre.
La luz quería distinguir el mal y reconoció en mí un mal.
La oscuridad no parecía nada acogedora. El mar rompía justo detrás nuestro, haciendo que la sensación fuera la de estar perdidos tras haber salido de el en una costa extraña. Xavier, mis hijos y yo misma empezábamos a estar ateridos por la humedad del agua que empezó siendo la de la piscina de la torre pero que había mutado a la de este otro lugar del que no nos imaginábamos como regresar.
Sin embargo la llama de la vela volvió a aparecer y la fina figura que la portaba nos encontró. Apenas el baile de la luz brillaba en el aire pero en los rasguños que le aprestaba a las tinieblas contemplamos el blanco moteado del ropaje que vestía y el contorno indudable de la mascara que coronaba su cabeza. Después cuando la vela incendio la hoguera que ella había preparado y la lumbre destaco el vaho en sus palabras y los movimientos de su danza alrededor del fuego pudimos destacar la constelación de pecas en su rostro y su espalda y el brillo de una patina de ojos despiertos y jóvenes a medida que la barrera entre los mundos se difuminaban consumidas en el calor y la ordalía.
Destacó también entonces la figura de porte a su lado y el rostro conocido y afable de Isobel Cadwalager.
Fue ella la que me reconoció y nos explico donde estábamos. Nos habíamos desplazado hasta la vera de los despojos de una vetusta torre lejano tiempo construida y después arrasada, en la costa de las tierras de Gales que enfrentan al Mar del Norte.
Había sido Bethan la que nos había sentido llegar y había sido el recuerdo de Isobel lo que las había impulsado a ayudarnos y rescatarnos.
La Diosa las bendiga con felicidad y misericordia, por que también nos acogieron en su casa, nos ofrecieron el calor de sus chimeneas y la suavidad de sus camas.
Es así como acabamos recuperándonos en una gran casa solariega y un pequeño castillo que guardaban las antiguas ruinas.
Una casa cuyo escudo de armas destacaba sobre el dintel de la puerta y muestra una espada sobre la que se enrosca una serpiente. Una imagen que transcurridas las jornadas y las conversaciones tiene mas lecturas que la mera heráldica.
Conversaciones que se iniciaron aquella misma velada y que se extendieron por los siguientes días y meses de descubrimientos y decisiones.
Sentados a su mesa, descubrimos que Bethan e Isobel son hermanas, pero escondida la razón en aquel entonces aun en el misterio, de madre distinta. Quizás eso explica el animo diferente que inspiran al verlas, juntas y por separado.
Bethan posee un aura bella y brillantemente nocturna como si fuera hija de la luna e Isobel tiene una firmeza y una calidez protectora que nos recuerda al sol. Y sin embargo juntas no se distorsionan si no que se complementan tan bien como la noche y el día.
Aquella noche primera de descanso, después de haber dormido a los chiquillos aun departimos un poco para fijar nuestras situaciones. Nos empezamos a contar cosas y nos ocultamos otras en este mísero juego de confianzas truncadas en el que se ha convertido el trato humano.
Un juego que yo sobre todo, me esfuerzo por asumir. Aun recuerdo a Bropius y recuerdo los despojos de la venida de su Madre.
Por eso tuve mucho cuidado. Aun con dolor de mi corazón.
Por que las muchachas fueron muy abiertas y amables. Hasta donde pudieron llegar. Los secretos no se reducen a nuestros corazones.
Bethan nos contó que era estudiante en la universidad de Cardiff y que había aprendido las artes de la Brujería como yo poco a poco, pero según creo yo mas sabiamente. Ladirigieron las leyendas y canciones que se atesoraron en aquel lugar. Las que me imaginado protegía su padre. Isobel nos contó quien era el, nos enseño su vestimenta de acero de caballero y nos confundió con la pregunta de por que cuatro años atrás se marcho junto a una sombra agarrando solo la espada, para no haber reaparecido aun a día de hoy. Lo cierto es que en aquel momento no supe que pensar, pero a la luz de lo que descubrimos después tengo una sospecha. Una sobre la que no me atrevo a hablar con ellas.
Sin embargo en aquel momento, con el sueño sobre nuestros ojos y el agradable beso del calor del fuego, nuestras ideas flotaron por otros derroteros.
Bethan y Xavier, quizás mas jóvenes e inquietos y menos oprimidos por obligaciones
siguieron compartiendo sobre música y otras pasiones. El les hablo de su voluntad con el piano y ella nos canto viejas canciones ligadas a ese lugar en donde estábamos. Canciones con una intensidad tal que entiendo el por que no se pueden banalizar escribiéndolas sobre un papel. Son tonadas que perderían parte de su alma, no se si me explico bien. El idioma musical escrito no llega a representar todas las emociones, sensaciones y visiones. Ni siquiera el Ogham que esta hecho para ello, puede con ellas. Perderían su Hechizo.
Son canciones que se oían cuando la Serpiente residía en estos parajes. Por que Bethan e Isobel nos contaron que la torre junto a la que aparecimos fue en sus tiempos un lugar de poder como el nuestro y que lo protegía un ser marino que culebreaba y se enroscaba sobre sus costados de piedra.
Antes de que Isobel se retirara a sus estancias hablamos de aquella época de antaño y las similitudes con nuestra época. Hubo más barrancos que puentes por el temor a desvelar algo que comprometiera a nuestra gente. O que las pusiera a ellas en peligro.
La conversación paso a centrase a los niños y a los hechos acaecidos en la selva.
Isobel le había contado a su hermana sobre Asier y yo añadí a Eriltes.
Mientras ni Xavier ni Isobel estaban yo no le escamotee ni un detalle a Bethan de los
acontecimientos de la concepción y nacimiento de mi hijo. De todos los detalles y de todos los puntos de vista. Fue como una descarga, liberando una opresión. Lo he contado antes y lo contare después pero es Bethan la primera que creo que puede comprenderlo para bien o para mal, bajo mi prisma. Por que Bropius y Eriltes no pueden contar. Bethan me dejo bien claro que hay ciertas criaturas y seres de los que ni siquiera hay que mencionar el nombre.
Cosas como ellos, de lo que yo me he tomado muy buena nota y grabado ese conocimiento.
Algún día hablaremos mas y desentrañaremos las verdades hasta el final. Por negro que sea.
Pero entonces se que seguimos hablando de otros temas que no recuerdo por que la necesidad de dormir me envolvió y en la duermevela todo se difumino.
Recuerdo que deje a Xavier con Bethan y conversaban y congeniaban. Me alegre y me alivie.
Sinceramente dormí, lo que creía no iba a ser posible. Dormí a gusto como hacia tiempo. Arrope a Annette junto a mí entre las mantas en el colchón de lana y mecí a Asier en su cesta de niño junto a la cama. Nos abrazo la oscuridad redentora y confortable y el silencio y la tranquilidad de la casa de las hijas
del caballero. Recuerdo que antes de sumergirme en el sopor me decidí a pedir asilo allí por unos días. Pensé que aquel seria un buen lugar para que los niños olvidaran, sobretodo Annette, lo que había pasado.
Antes de que llegáramos a este remanso de paz. Antes de que vieran a Eugen. Antes de
que los asustara.
Tengo miedo. Tengo miedo por que Annette lo ha visto. Lo ha visto si tapujos ni mascaras. Y maldita sea tiene solo dos años. Algo tengo que hacer. Debo pensar y sobreponerme sobre el miedo. Y decidir lo mejor para ellos aunque me duela. Aunque me de malos sueños.
Sin embargo aquella noche ni siquiera soñé. O quizás tuve el sueño vacío que buscaba.
Quizás por ello el día siguiente fue el día de la urgencia.
No imagine que al día siguiente Xavier marcharía hacia Paris, para solucionar un asunto pendiente que solo creo podía solucionar él. Aunque no lo hizo solo. Al menos no todo el camino. Bethan hasta Edimburgo fue con el.
No imagine el paseo al paso del caballo por el bosque, las inscripciones antiguas en los árboles y la tumba.
La tumba de la madre de Isobel.
No imagine la urgencia que te puede brotar de un momento al siguiente por la mera
percepción que recibes y por la simple revelación que conlleva implicaciones nada simples.
La urgencia de actuar, y de inmediato dejándose de zarandajas, desconfianzas, y dudas. La necesidad imperiosa de estar junto a estas dos chicas y sobre todo de cumplir la obligación de que no estén solas.
Por que la visión que obtuve de aquella tumba coronada por la representación marmórea de una bella mujer a la que sostiene un ángel para que no caiga, esta vacía. Y no lo esta.
Por que al invisible ausencia del cadáver le acompaña la visible para el ojo acostumbrado presencia de los espectrales brazos, y manos y caritas terribles que tiran con denuedo hacia abajo, hacia la ciudad voraz de los Malditos.
El mismo lugar a donde llevaron a Maria. El mismo lugar al que me juro todos los días no pertenezco.
Esa es la razón de que me empeñara de llevar a Isobel con Joao y los demás muchachos, tras ver su mirada atravesando la niebla cuando le hable de Eren Vej. De que Bethan y yo y los niños compartiéramos tardes de verano y mañanas de otoño al teléfono.
La urgencia viene de que sentí que el peligro esta sobre ellas desde dos lados.
El peligro que no le hemos traído hasta su puerta nosotros.
Maldita sea, llamarlo palpito y considerarlo en la medida de que puede estar equivocado.
Pero vi en mi cabeza la escena del día que el padre de Isobel y Bethan marcho a lo
desconocido. Y le pongo rostro a la sombra a su lado.
Es un rostro en piedra blanca al que a duras penas un ángel mantiene a salvo.
Puedo rezar por ellos todos los días.
Pero por sus hijas hay que hacer mas.

Las Torres que se Hablan.

Ya no estoy segura de lo que la torre es.
Y lo peor que esta sea segura.
Se me han reafirmado ciertas sospechas, entre ellas la que disuelve la sensación de hogar y refugio.
El hogar deja de serlo cuando te asusta lo que le pueda pasar en él a tus hijos.
Y estoy terriblemente asustada de lo que puede hacerle este lugar a mis hijos.

La ultima vez, ha sido tan simple como que suena una nota de piano de la mano de Xavier y que el suelo tiembla y cuando estas huyendo para protegerles te des cuenta que ya no te encuentras realmente en la misma habitación en la que estabas, y que andas por un edificio que físicamente crees reconocer pero no es mas que otra mascara de una de las ignotas partes que lo conforman.
Son tan inabarcable las caras que me imagino puede tener.

Me es difícil comprender y explicar un lugar como la Torre.
Vivo en ella desde hace mas de cinco años y mis esfuerzos por entenderlo se pierden en ese tiempo y lo único que sé es que cuando creo que tengo la comprensión, ocurre algo que me hace perder la fe en mis reflexiones o me aleja la atención sobre lo que es este edificio resulta ser.
Me resulta como contemplar un cambio en el estado de animo tras otro de algo tan abstracto como el espacio y el tiempo. Un cambio al que estas unida.

Judith me dijo una vez, cuando por primera vez Eugen vino a mi, y con toda la razón de su santa alma, que la torre somos los que vivimos en ella.
Pero tambien hay una torre como certeza de piedra, cemento y acero, que también existe y existía antes de que nosotros llegáramos, y que experimenta trazas de una existencia transcendental como la de una criatura viva. Una existencia innegable.

Esta es la expresion de una conjetura que se ha ido madurando en mi en el tiempo a traves de lo que siempre he sentido y lo que he visto. Una vision mia, parcial entonces pero no creo que errada.

La torre, el edificio, es algo vivo.

Se que me repito, pero es el principio, cuando digo que creo, sueño y veo que todo, absolutamente todo, esta vivo.
Es una seguridad que adquieres cuando contemplas el Árbol en cada grano de arena, en cada guijarro, en los terrones que pisas, la hierba, los insectos que corretean, conejos, corzos, abubillas, tocones muertos, altos castaños y robles, los niños, las bicicletas, los libros y las casas. Y los edificios.
La vida se extiende por la rotundidad de la sustantividad en lo inanimado, lo animado y lo imaginable.
Cada una en su lugar y con su halito y tempo. Pero en su canto, que escuchas, aunque distinto, son lo mismo.
Una piedra no atrae nuestra consciencia hacia la vida como un rio por que su ciclo es difícil de concebir y contemplar. Su alma sin embargo suena, aunque sea mas tibia.
Un río canta a todas horas y decide sus pasos en ocasiones varias veces en una estación, un lapso lo suficientemente corto como para contemplarlo. Y para vernos reflejados. Y para entenderlo.
Las ideas son unas criaturas vitales mucho mas volátiles. Se escapan entre los dedos de lo que entiendes. Destellan desde el nacimiento a la muerte en días o horas o permanecen inamovibles por periodos mas largos que los de las montañas. Buscan un nicho donde prosperar, crecer,y multiplicarse. Por que lo mas impresionante de la Vida es su capacidad de que sus seres aniden unos dentro de otros.
Por que la Vida no es aislada y solitaria si no que se agarra entre si con mano fuerte y dedos largos. Asi la Vida prevalece y se extiende.
Los peces nacen y mueren en los ríos que se desplazan y transforman.
Los arboles se yerguen sobre la tierra pulsante que modifica su rostro con el paso de los siglos.
Los conceptos y los sueños cohabitan en las mentes de los otros seres y les inspiran crear, transformar o destruir. Lo que se crea , transforma o destruyen hace germinar otras ideas.

El Todo que configura el Árbol de la Vida esta infinitamente mas entrelazado de lo que nadie puede concebir y posee sus equilibrios complejos, sus indefiniciones creadoras, y sus desequilibrios simples.
No es mas sorprendente que puedan tomar forma.

Las arquitecturas febriles se desplazan de lo invisible a la realidad y viceversa.
Los castores construyen sus diques sobre las corrientes con ramas y lodo y las abejas y las avispas crean colmenas en las ramas y troncos de los arboles con saliva y papel.
El mar tiene sus arrecifes que se transforman en islas y las montañas sus bosques y lagos.
El hombre gesta constructos inimaginables en un inicio, que se transforman en seres agregados de piedra, madera, metal, u otros componentes nacidos de las ideas y tan mudables como sus padres lo son cuando comienzaron.
Su vida es mas corta que la de cordilleras y montañas por la razón que en su corazón aun fluye un fuego etéreo en el que el combustible resulta una materia mas resbaladiza y caduca. Pero es asi como adquieren la capacidad de fortalecerse en la realidad un poco mas lejos de los limites. Pueden cambiar los limites. Al partir de la idea, la función y el concepto que su benefactor albergo en su mente este puede olvidarse, cambiar con el paso del tiempo o llegar mas alto.

¿Y entonces que pasa en la torre? ¿Que esencia la conforma?

En un inicio se partio de las mismas raices. Pero en su final quiso ser mucho mas.
Esta es una estructura concebida de una serie de horizontes mas complejos que el de una simple construccion. Cada retazo de la arquitectura ha sido meditado hasta el mas invisible detalle. Los materiales y las formas se escogieron con unas resonancias y aspectos propios y especiales. El emplazamiento elegido, comprende un nudo en el que las esencias de la vida, de la tierra y de la ciudad, se recogen y se funden. La torre recoge todos estos propósitos y añade o resta aquellos que nosotros y los que han venido aqui, hemos ido añadiendo.
Lo que Perret pergeño era un conjunto que ni el mismo comprendía del todo pero que funciona desde el primer instante en que se puso la ultima piedra, antes con su columna vertebral hecha de cable en su seno y ahora sin ella.

Lo que nosotros habitamos no es un edificio.

Es la coagulación de unas ideas, imágenes y verdades que hace tiempo se separaron. Es un ser que habla en un idioma de personas, hechos y lugares que se cruzan para respirar la misma idea en el mismo instante. Que habla con otros seres como él mismo en palabras de Tiempo que es eterno y salvaje y de Espacio que esta en todas partes. Que posibilita el camino que une los tres mundos: Celeste, Medio e Infraterreno, no manteniendolos juntos, si no retomando la certeza de que son uno solo.
Por el que suben los demonios y bajan los ángeles.
Son los puentes sobre la grieta que iende el Arbol, la Vida, y a todos los seres vivos. El puente por que aunque son varios solo hay uno.
Es la torre del eremita, en el que el sabio anida y asciende y que el monstruo ocupa y escarba su cubil.

No son las torres que se hablan, el lugar para que crezcan los niños.
No es en absoluto un lugar para vivir.
Es un ser con el que unicamente debes convivir para buscar tu destino.
Es un ser al tiempo terrible y loable.
Y este ser, Diosa, que se agita, y se alimenta y nos transforma, esta en medio de Paris.

¡Esta Torre, Perret, la pusiste en medio de Paris!

Las Dos Vigilias.

Estar por la tarde ayudando a Marion en sus ejercicios motrices no se puede considerar como velar a un enfermo pero a de hacerse. Y Xavier necesitaba un descanso.
Demasiada Marion y mas si es Marion en un hospital puede ser considerado contraproducente.
Xabier se fue a dar una vuelta, necesitado de café y aire fresco y yo me he quedado con ella.
Se ha portado muy bien, extralimitadamente bien. En medio de la una guerra que yo traje hasta el corazón de nuestra casa, no le dolió hacer un esfuerzo supremo por tratar de salvar a Xavier de una caída fatal. Doler es una mala elección de verbo. Creo que le ha dolido y mucho. Que se ha provocado otro infarto cerebral y van un numero que no conozco.
Le aguantaría su insistente impertinencia y su bocaza imparable hasta el fin de los días. A la cuidaría no importando el sobreesfuerzo que me costase.
Me la imagino, allí de pie sangrando por la nariz y los ojos se me conmueve el pecho.
A Xavier no me lo tengo que imaginar. Lo vi volar hacia el suelo y luego al techo de mi habitación, como un pelele y caer. Y sin embargo aun se empeño en que aquella arpía no se llevara al niño, utilizando lo único que se le ocurrió en ese instante.
Gloria a la madre por ese sillazo y por los hombres valientes, que la Diosa los bendiga.
Debe estar dolorido y traumatizado y sin embargo aquí ha estado y esta, al pie del cañón verbal humeante que es Marion y su segunda recaída.
Cuidándola sin importarle como esta él.
Mi convalecencia comparada con las suyas me importa un carajo y sin embargo la he sufrido y conmigo Yue. Por que ella no se ha movido mas que a ratos del borde de mi cama, desde que aparecí con Asier en la piscina de la torre.
Me ha limpiado la sangre, el orín y las heces y ha procurado que no sufriera en el tiempo de mi postración. Ella que esta hecha para pelar y lo sabe, que apenas unas horas antes tenia las tripas por el suelo, me ha enseñado sin separarse de mi lado que se pueden ser mas cosas.
Hizo su vigilia sin importarle nada mas, igual que todas esas buenas personas: Natasha, Eila, Xavier...
Yo he venido a hacer esta otra vigilia en las mismas condiciones.
Sin importarme mas que las personas por la que la haces.

Tribulaciones en Casa de la Bruja (iii). Los Roces y Las Palabras

- Esta bien - dijo una voz familiar y suave contestándome a la pregunta de como estaba Asier. No podía ver de donde partía por que tenia calcinados los parpados.
-No te preocupes por el - volvió la voz a dedicarme su atención con delicadeza - sera mejor que no hables.
El dolor caía de golpe en cada movimiento aunque fuera casi insignificante y solo la estela de unos roces profusos dejaba una sensación como bálsamo sobre el resto del suplicio.
- Entraste ardiendo como una tea - dijo Bropius - pero ahora te curaras. El ungüento de madre te curara.
Diosa, debí haberme quemado gravemente y solo la fortuna sabia como aun podía respirar. Fui poco a poco consciente de cada grieta en la piel y la carne y del palpitar casi audible de la sangre en cada centímetro de mi cuerpo. El olor a quemado era lo único que podía captar.
Aun así quise abrir los ojos, me empeñe en verlo.
Milagrosamente mis corneas no se habían derretido y al entender lo que quería Bropius me mostró al chiquillo. Dormía y bostezaba plácidamente sin ningún rasguño evidente y la gracia de la Diosa me alivio aunque no pudiera sujetarlo sobre mi pecho y lo máximo fuera rozar su manita con la punta de los dedos.
Bropius lo dejo a mi costado para que lo pudiera notar mientras relevaba a su madre en las tareas de aplicarme en el cuerpo entero la medicina.
No vi donde iba ella y no me preocupo. Me concentraba en que le pasaría a Asier, en como acabaría para él la noche, en que no veía como podría alejarlo de aquel lugar y de su abuela. En que lo iba a dejar indefenso.
Bropius me acaricio el pecho y bajo a mis muslos. Me pidió un beso y cuando me negué, no insistió pero reitero su petición de que nos fugáramos. Que nos alejáramos juntos de la torre y de París, los cuatro: él y yo, Annette y Asier. Lo mismo que me propuso allí en casa cuando comenzó esta historia. Que nos lleváramos a los niños para que no crecieran en aquel lugar.
Lo que le aterraba de allí no me lo dijo pero ahora con el tiempo podría expresar varias teorías.
Yo le dije, titubeante, lo que sé. Que no es ese sitio, si no esa gente. Y que no podría abandonarlos. Que debía de cuidar de mis hijos.
Le dije con el corazón en la boca, llena de una convicción que a veces flaquea por que duda si no actuó fruto de una tozudez malsana o por la sincera disposición de estar exactamente donde debes estar y te necesitan.
Entonces me pidió un ultimo favor, una simple prevenda: Ver al niño al menos una vez al mes, con cada luna llena.
En aquel momento accedí, quizás por que soy una blanda y siento que todo niño tiene derecho a conocer a su padre, pero lo que ha pasado con esa decisión lo debo contar mas tarde y en su propia medida.
Se acabo la ultima gota de la unción y si me estaba quieta era como si flotara en una nada sin dolor, pero que no deje durar por que mi mano buscaba la de Asier.
Eriltes entonces hablo y dijo que debía marcharme y trate de alzarme, de coger al niño.
Apretar los dientes no es suficiente y fue la nada considerada mano de la Bruja la que me incorporo.
Su voz me fue imposible de evitar.
- Os dejo ir. Me gustas. - restallo su lengua - pero conoce que tengo en gran consideración a mi Sangre.
- Si eres mala madre te matare. Una de esas lunas no sera Bropius el que encuentres si no a mi.
Entonces me alzo en brazos como si no pesara nada y se encamino hacia la terraza de su casa. Instintivamente yo acune a Asier sobre mi pecho, me hice un ovillo con la intención de que nada lo tocara sin pasar antes por mi, vana esperanza en cuanto Eriltes nos transporto al borde del abismo que se precipitaba mas allá del balcón de la torre donde esta su morada y sin ceremonia hizo lo que yo temía.
Nos soltó y los dos caímos directos a un mar de olas bravas, en el que en el borde de una de ellas nos sumergimos y su golpe nos impulso hacia los cimientos del edificio.
Hacia adentro.
De vuelta a casa.
A la torre.

Tribulaciones en Casa de la Bruja (ii). Bautismo en el Fuego.

Que tenga trazas de místico o sobrenatural no deja de convertir al fuego en fuego. Cuando atraviesas la llama esta quema aunque brote de un misterio.
Después de incorporarme sobre el llano cubierto de ceniza al otro lado, mis ropas, mi pelo y mis uñas ya no existían devoradas por la pira.
Debía de haber dolor, seguro que lo había en algún lado, pero de manera sorprendente había quedado relegado y escondido muy lejos de la superficie, lo que lo hacia mas inquietante por lo que la sensación de insensibilidad te aleja de lo que te hace humana. Quede allí sobre el yermo mas desnuda que lo que imaginas posible. Desnuda de algo mas que esta bajo la piel.
No me detuve en la contemplación de las sensaciones ni un segundo mas. Pensaba en Asier. En que aquella ultima acción desesperada de arrojarlo lejos de mi le hubiera evitado el tormento del paso a aquel infierno.
Pero no hizo mucha magia para notarlo tan cerca como a mi alrededor, disuelto en los copos de ceniza que hollaba, junto a otras tantas cosas que digo que amo, y que yacían en rescoldos consumidos ya fríos en aquel yermo calcinado donde no habitaba nada mas que un rumor que se acrecentaba hasta unirse a su gigantesco dueño, no mas que un engendro de patas de carnero y cabeza de león que se detuvo a contemplarme en silencio.
No había nada mas que ver, sentir o escuchar en ese el que creo con firmeza mi mas verdadero paisaje interior.
No hay.
Ni hierba verde, ni arboles, ni sol, ni risa de niños, ni miradas intensas de bebes. Todo lo que pongo se calcina y se convierte en ceniza.
Es demoledor y lo seria mas si no hubiera visto de reojo el ascua viva de la posibilidad que me dio Pola, la Diosa lo bendiga si ya no lo esta haciendo.
A mi vino Maria y me insistió y me insistirá en que esa envoltura es la que debo ser.
Que ese avatar con el aroma retorcido de Gaia es la obra del Dios que soy y debo aceptar para remplazar a los otros Dioses.
No sé cuanto se lo podré llegar a gritar, decir que no soy un Dios ni que lo pretendo o lo he pretendido en algún modo.
Que me basta el esfuerzo titánico de mantenerme humana.
Me puedo desgañitar pero lo cierto eso que vi es lo que hay en mi.
Mi monstruoso descenso egoísta a la Divinidad y una oportunidad de no tomarlo.
Lo demás, aquello que tendría que tener aquí, en mi, sustancia, es pasto de un fuego inmisericorde.
Encaminé mis pasos de regreso hacia las llamas cegada en mi intento de mirar mas profundamente, pero no hay separación ni diferencia entre ese Daimon y yo. Es mio tanto como lo soy yo.
Solo hay una cuña que los separa. Una cuña de bendición. Un resquicio.
Esa creo que fue mi revelación tras aquel bautismo.
Luego me decidí a volver a entrar.
El fuego me volvería a reclamar su precio.
Pero tenia que regresar.
Asier aun estaba al otro lado.

Tribulaciones en Casa de la Bruja (i). La Tribulacion

Aun con Asier en los brazos, la Bruja me levanto en volandas sin la mas mínima consideración. Se había cansado de mi negación. Iba ha hacerlo iba a echarme ella misma al fuego.
Achacaba mi pertinaz oposición a la cobardía cuando lo que realmente me llevaba hacerlo era mas complejo. No le tengo miedo al fuego de las visiones, las llamas que los dioses crearon para abrirnos los ojos aun con la muerte. Entiendo demasiado bien las reglas del oráculo y que la forma en la que afrontas el vaticinio lo afecta. Y no es lo mismo entrar en la revelación, en unión con lo que creo que es enemigo de con lo que me he comprometido que, que no. No es lo mismo entrar, que ser arrojado.
Las palabras y las acciones son importantes y poderosas, y un trato es un trato aunque su contenido sea nimiamente pequeño, pactar con ella era pactar y mancha. No hay males menores.
Lo único que lamento es no haber sabido reaccionar a tiempo para proteger mejor a Asier.
Ahora, colgaba de las poderosas garras de Eriltes por haberme negado en redondo a su requerimiento.
No debía atravesar aquel fuego por que ella lo quisiera.
Doy gracias a la Diosa por que ella, Eriltes, fuera lo bastante benevolente o maléfica para no amenazar directamente a Asier. Si lo hubiera hecho hubiera hecho todo lo que hubiera querido. Todo.
Lo único de lo que me arrepiento es de no haberlo soltado antes. De no haberlo dejado en el suelo un momento antes de que me atacara. De no haber suplicado al menos que me dejara soltarlo en la forma correcta. Tenia tanto miedo por él que no fue hasta el ultimo instante en el que se borro todo bloqueo. Ese ultimo instante en que la Bruja me lanzo al fuego sin miramientos y que solo la suerte y los Dioses me permitieron evitar que viniera conmigo.
Suerte. Demasiada suerte. No debería entrar en estos juegos de poder. Por que sé el grado de impotencia que llega a tener mi falta de fuerza y de astucia.
Pero existen momentos en los que no puedes elegir pedir mas tiempo o una mente mas brillante.
Uno de ellos explica como llegue hasta allí, precipitándome hacia el clamor crepitante de una hoguera primordial, con Bropius, su padre como único valedor de la vida de nuestro hijo.
Atrás quedaron los hechos, desgranados uno tras otro hasta llegar a ese preciso instante.
Todos los planes que trace y todas las precauciones se derrumbaron en mi compasión al verlo y dejarle pasar.
No desconfié de Bropius. No valore los riesgos. No pensé en ella.
No avise a Marion, Yue o Xavier.
Por que no pensé que a donde el va , va ella.
Es una verdad que ahora conozco. La de la correa de la Sangre que la Bruja enarbola. La que por todos los medios luchare para que nunca exista con Asier.
Desenvuelto de todo ello esta que Eriltes puso sus garras en Asier. Que Xabier casi se mata en un descenso de veinte pisos. Que Marion casi se funde el cerebro intentando evitarlo. Que Yue acabo destripada. Y que en la trifulca resultante, incapaces de detenerla con valor o magia, yo hiciera lo que hago siempre, agarrar a los que amo sin retractarme por cuales podrían ser las consecuencias. Me lance a los vacíos oscuros sin pensar nada mas que en Asier.
Y después seguí volando esta vez condenada a lo desconocido y en el ultimo instante solo pensaba en él.

Marion y Xavier.

A Xavier lo conocí de forma mas abrupta, y el encuentro con Marion es mas longevo.
Los dos se han mezclado en esta intensa vida de la mano de Eugen, y los dos han tenido mas experiencias traumáticas juntos en apenas unas semanas de las que se debería soportar, gracias a Él.
Xavier viene de España, de ese lugar del norte cantábrico que se llama Oviedo y que siempre me recuerda las lecturas de mi juventud. Es como yo, fruto del mestizaje que no conoce fronteras y esa es el trazo del hado que le ha conducido a Paris. Su madre, un a gran interprete de piano, vivió aquí, en Montmatre y él ha acudido a su legado. Su casa y su profesión y también otras huellas mas profundas que con el tiempo y su permiso quizás llegue a explicar.
Por que él ademas de una buena persona, un cariñoso amigo y un magnifico pianista esta dotado de un increíble talento mental. No solo es que su mente sea fuerte, si no que es capas de traer hasta nosotros, lo que no esta presente excepto en los hondos pozos de la memoria.
Le he visto crear sus casi egregoras con fluidez, aunque cuando son reales y es lo que teme, no tiene el control, aun no, pero pretende remediarlo.
No sé el poder que seria capaz de generar pero, si brota de la mas pura imaginación ,no tiene fondo. Pero no son los peligros inherentes a él lo que me hace ayudarle. Es él mismo, su mirada afable y su ceño preocupado. Su humanidad bondadosa que deseas no se rompa. Y la Diosa y Marion saben lo que la han intentado quebrar.
Él vino a Xavier desde el primer momento y ha ido moviendo mecanismos que no conocíamos para hacerlos caer, aun no conocemos con que fin. A los dos, Xavier y a Marion.
Marion. La conozco mas por fuera que por dentro, y se que es culpa mía. No sé por que la he evitado, le he negado mi abrazo y mi sostén. No sé por que me he dejado atrapar por mi egoísmo y mis flaquezas. Me aleje de ella cuando era, justamente, la que mas necesidad tenia de tener alguien a su lado. Quizás es tan simple, como que quise poseerla y al no poder, pase a negarla. Pero no puedo hacerlo mas.
Ha sido ella la que me ha hecho reaccionar. Me conoce muy bien. Somos tan distintas y en el fondo tan parecidas. Contra mi ingenuidad ella expone una astucia manipuladora refinada pero, lo que me descubrió en aquella conversación en frente de Notre Dame, es que al final buscamos satisfacer lo mismo. Nuestros fatuos Egos henchidos y voraces.
No puedo negar que me veo atraída hacia ella, y es algo que ha rebasado lo puramente sexual. Es su personalidad tan arrolladora como desconcertante, capaz de enarbolar incoherencias irreconciliables en la misma frase y acabar diciendo la ultima palabra. Capaz de cabrearme y sin embargo no enfadarme, si no hacerme volver. Esta tan viva que le duele y ese dolor debe ser insoportable por que a veces creo que no quiere mas que dejar de existir. Acabar con todo y dejar un cadáver y arriesgarse con lo que hay mas allá. Creo que a veces piensa que no seria tan horrible como esto.
Eugen la ha zarandeado mas que a todos los demás. Ella creyó, y no la culpo por que yo también lo he pensado, que con Él bastaría darle todo su amor. Y repitiendo sus palabras textuales le ha tomado todo.
No sé como sigue en pie, pero si sé que no querría que no lo estuviera. Por que entre todos esos momentos penosos brota un deseo poderoso de continuar. Incluso ayudándonos, sobretodo a Xavier. Y a mi.
Esta enredada en esta red de penurias que brota en esta ciudad como los demás y el borde de las herramientas y talentos con las que la han dotado para enfrentarse es mas peligroso para ella que beneficioso.
Pero persevera. Sigue pataleando a su manera manipuladora, desquiciante y cansina. Humana.
Y nos tiene bajo el resguardo de sus alas y nosotros a ella y así estamos.
No nos vamos a perder de vista y dejar de cuidarnos.
No, sé. Creo que en el corazón sabemos que nos va el alma en ello.

Cancion a los que se han Ido.

Cuando me levanto le rezo a la diosa.
Antes no lo hacia nunca, no se si por descreída o por decepcionada.
Era una época mala con muchos malos momentos.
Luego hice tabula rasa. Volví al nivel cero, la superficie del mar y aunque a veces sienta que en vez de subir hacia las estrellas me puedo hundir en la profundidad persevero.
Todos los días rezo.
Hay días que por especiales también rezo por ellos. Los ausentes, difuntos o viajeros.
Quise sacar una oración de mi inspiración pero un día oí esta cancion.
No pude añadirle nada.

"Hay un murmullo en el aire
y tu puedes oírlo
hay una atmósfera que es mágica
oh si, tu sabes que es verdad
hay amor por todas partes
y puedes sentirlo

tu puedes sentirlo"

"En un día como hoy

te puedes imaginar muy lejos
no hay nada que se haya hecho pero sientete bendecido

Cuando cada cosa esta en su lugar
y el sol resplandece en tu cara
Te sientes como el rey de la felicidad

oh si

si, si, si

lo estas sintiendo

lo estas sintiendo"


"Hay un murmullo en el aire

y tu puedes oírlo

hay una atmósfera que es mágica

oh si, tu sabes que es verdad

hay un amor que esta por todas partes

y puedes sentirlo

tu puedes sentirlo"


"Saliste de escena

saliste de la combinación de colores
tu tomaste mi mano y me hiciste sonreír

por eso ahora es el segundo justo de la hora precisa,

ahora llega el impulso que alimenta a los espíritus,
tu llevaste a esta chica a la mayor altura,
oh si
si, si"

"lo estas sintiendo

lo estas sintiendo"


"hay un murmullo en el aire

y tu puedes oírlo

hay una atmósfera que es mágica

oh si, sabes que es verdad

hay un amor que esta por todas partes

y puedes sentirlo

tu puedes sentirlo
lo estas sintiendo

lo estas sintiendo"


"hay un murmullo en el aire

y tu puedes oírlo

hay una atmósfera que es mágica

oh si, tu sabes que es verdad

hay amor por todas partes

y puedes sentirlo

tu puedes sentirlo

y puedes sentirlo
tu puedes sentirlo."


"Puedes sentirlo"


Si quieres oírla en su versión original de los silencer acude a I can feel it. Como siempre no esta aquí exactamente a como fue creada.