8/12/10

Un Tigre es un Tigre.

"Tigre, tigre, que te enciendes en luz,
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
osó idear tu terrible simetría?"

El Tigre - William Blake.

Me abren solícitamente la puerta y no me hacen esperar.
Es paso a paso el mismo ritual conocido pero por una buena razón opuestamente distinto.
Esta vez no acudo ni por requerimiento, ni por engaño, ni por forzosa necesidad.
Llame por teléfono nada mas aterrizar y lo concerté.

¿Siente esta inexpresiva sensacion Pola al atravesar estas puertas? Y lo mas importante y lo que me inquieta: ¿Cuando lo ha hecho igual que lo hago hoy y cuantas veces?
Pero eso ya lo sabia. Me lo imagine hace mucho y sin embargo. Lo que me altera es preguntarme por que aun no se lo he dicho. Por que callo y no he hablado aun con él.

Entro mas allá de la verja y la marquesina de la entrada de la embajada checa, hasta el edificio anexo de mayor esplendor. Aquí es donde habita la familia del embajador y el detalle de lo que se ve esta impregnado de Él. Embarga una familiar exquisitez y pormenores delicados.
Esta es su casa y su Coto mas cercano.

Preguntarme por que estoy aquí no se me pasa por la cabeza.
Desde que Olne defenestrara a aquel mago con su Maldito en el pecho, esta cita estaba clara.
Mi cabeza le da vueltas a si Pola ha hecho lo mismo.
El se llevo la Piedra de Bagarok. La tuvo que traer a este lugar.
El envoltorio que sostengo entre las manos contiene la ultima piedra caída y al Maldito en su interior.
Nadie en Albora vino a reclamármela.
Creo que ya sabían que la portaría al destino mas adecuado.

La pregunta, mezclada con las preocupaciones con Pola, es como estoy aquí y cual es la pureza de mis intenciones y de mis actos.
Cuan fuerte y real es mi Fe.

En consciencia esa es la atención que se ha de tener cuando acudes al Diablo.
De lo que significa acudir por propia voluntad.
He llamado a Eugen. Mía es la responsabilidad de mi creencia y de mis actos. Hoy y mañana.
Porque lo que se dice del Demonio es cierto. Te cambia.

Camina como el tigre entre nosotros por que es un tigre.
Poderoso. Hermoso. Imponente. Esas son las trazas que las que se revelan a la luz cuando camina bajo ella en los claros de la vida cotidiana.
Sus manchas son atractivas, un objetivo en si mismo, para el anhelo del deseo que nos crea y para la advertencia.

En el desarbolado de la banalidad se presenta como es para que nos sintamos protegidos y superiores al verlo al descubierto enredado en la misma jaula en la que estamos.
Hasta olvidar que no es esa la completa sustancia de lo que contemplamos. De su complejidad.
Esa solo se ve en sus ojos tan similares a los de las serpientes, en los que al mirar descubres la verdad que Él si ve.

Que en el yermo talado no hay nada ni crece nada ni nada se puede construir.
Que a un dedo de toda superficie se prepara el voraz vacío.
Ahí plantado no se sufre, no se siente dolor y poco a poco atrofiado el ser se descompone primero en costras y después en polvo. Y del polvo a la nada.

Es mas allá de la linde de la espesura donde se Vive.
Pero ahí...

"- Aquí en la fronda - el Tigre te asegura con la mirada señalando el futuro- si aquí mi naturaleza es libre. Mis conocimientos no tienen coartadas.
Puedo ser cada recoveco.
Puedo ser cada sombra.
Puedo ser cada refugio.
Puedo ser cada sendero.
Puedo ser cada pensamiento.
Soy el señor del acecho en la breña. Dentro de la enramada. Sobre los sotos. Tras los matorrales.
Soy el Gran Señor de la Selva.
Mi instinto es cazar, desgarrar y devorar.
Ahora si quieres. Si de verdad lo deseas. Si de verdad lo sientes.
Ven entra y emboscate a por tu destino.
Ven conmigo."

Eugen baja por la escalera principal con su mirada alegre y su sonrisa de Príncipe.
Un Tigre es un Tigre me dicen sus ojos.
Me lo recuerdan por si lo olvide de la ultima vez.

Esta a la caza. Pone todo su empeño. Toda su habilidad y talento. Toda su concentración que es infinita. Puede acecharnos a todos nosotros y lo hace.

Aunque tenga desde el primer paso que damos nuestro rastro lo hace durar. Aunque nos tenga alcance de su zarpazo no lo asestara hasta el final.
Espera a cuando conscientemente te ofrezcas a su boca. Cuando le supliques la acción de sus garras.

Cada una de esas incertidumbres y crueldades forman parte del ciclo y de sus instintos. Así dispuesto esta.
Vivir, asir el destino y entre las luces y las sombras, emerge de una buena brújula o de la mano de un guía indulgente.

Con ellos caminas los pasos seguros y franqueas los senderos un dedo por delante de los filos al acecho.

Sea un compás o un adalid, asumes que los viajes y los éxodos que te ofrecen no son por ti elegidos. La ruta hacia la Vida diluye tu yo sobre unas lineas que ya tienen dueño.
Mi elección, en mi caso mi Fe, es darle acceso a mis Pertenencias. Confiar en sus exhortaciones.
Que tu acción día tras día y en cada uno de los actos sea real con Ella y no fruto de la soberbia de creer saber como.

Hay algunos que se han convencido de que es posible despegarse de lo que Es. De cazar al cazador y mucho mas. Es un enemigo tozudo que da la espalda para mirar por los ojos malditos que salen a través del reverso de su propia esencia.

Mis manos entregan a Eugen este que traje en el cuenco desde Albora.

La Diosa toca y comunica los mundos. Hace de interprete. Era este el mensaje y se lo doy.
Me dice que he cambiado. Eso es cierto.
Te dice siempre la verdad. La afila con preciso esmero.

Le miro a los ojos. Hablo poco. Digo lo que siento. Sin ambages ni tonterías.
Enuncio en lo que tengo Fe. Para Él.

Se que rezare por esto. Que pediré haber hecho bien.
Que no debo limitarme a refugiarme en los rezos.

Que un Tigre es un Tigre.
¿Que parte de mi tiene esos ojos?¿Con cual me acecha?¿Cual maliciosamente sonríe?
Despejo mis dudas y me aferro a la mano de mi guía y me alejo ese dedo.
Conozco que si flaqueo y me suelto la Diosa no me rescatara.
El camino habrá sido decidido y Él me devorara.
Pero en cuanto a ti...
Oh, Franta. Franta, debo hablar contigo.
Tu viniste primero. Siempre eres el explorador.
¿Que es lo que estas viendo, Franta?
¿Como aguantas?
¿Que te mantiene a esa distancia por delante de un magnifico y simple dedo?

21/11/10

Besada por el Dragon

Que no oigan esto mis hijos hasta que expire el tiempo, en el que tengan que acatar lo que les ordena su madre, pero a veces es un milagro que las cosas me salgan bien, que acabe mis días con todas mis partes incólumes o vaya, simplemente, que siga viva.
Milagros maravillosos si, de los que salvan la gracia de la benevolencia de los dioses, pero claro esta, con el merecido dolor que precipita la inconsciencia pueril y las buena intenciones.

Ya sabéis. Milagros de los que te llevas marca.

No creo que tenga edad para convencerme de evitarlos pero debe constar que, darme cuenta si que me la doy. Podéis escribirlo en mi epitafio.
Me parece que me voy a empeñar en no madurar.
Bueno si un poco.

Aunque duele.

La Diosa, que ser como se es, Duele.

Tanto como para aullar a pleno pulmón entre dientes (una es una quejica pero con un mal aprendido concepto del decoro) cuando eso que no esperas ocurre (cuando todo el mundo me pregunta con los ojos si no lo viste venir) y con todas las consecuencias el "Dragón" te da un beso.

En verdad. Para ser justos: Tres.
Uno en la cintura. Otro en el muslo. Y el ultimo en el hombro.

Con sus labios de lava ardiente...

Vale también podría ser descrito como que me escupió. Pero yo soy la que escribo y soy yo la que le pongo nombre a las cosas y para mi fue un beso. Una inesperada y cálida y amable caricia.

Besos.

Soy una romanticona de la peor calaña y de las que no aprenden.
O bueno, conozco la lección pero la asumo.

Que los besos tienen que ser agradables, húmedos y pícaros (¿Diosa en quien estaré pensando?), quizás sea verdad, pero que un beso verdadero y real y bien dado también duele es, tal vez, la otra parte de su certeza, que creo que ya se y que he llegado a aceptar. Te duele en el conocimiento de que en algún momento se va a acabar, pero lo saboreas y te concentras en cada uno de sus poros por que no lo pretendes olvidar.

En mi caso ese saber y ese sabor siguen llevados al máximo extremo de lo locamente (no es demencia si no puntual manía y no cojáis un manual de psiquiatría para valorarlo si no una enciclopedia de mitología) mas cercano al milagro.
El prodigio de la lava en la carne y de no llegar al desmayo. Del esperar a la forja

Atesore los presentes que el hálito de ese poder majestuoso encarno en mi cuerpo en respuesta a mis plegarias y se los di a sus dueños por que no eran míos, yo solo soy la mensajera.

Entendí el idioma del Poderoso de la bruta patina de su habla y lo traduje para los míos a nuestras lenguas de piel y de materia.
Esa fue la ayuda que pedí. Ni siquiera yo lo entendí que ese era el como cuando lo pedía. Solo mi instinto reacciono.
Cada beso coagulo en mi como una perla de la savia del Fuego y de la Tierra y del Aire.
Yo les entregue lo que floreció.

A Ariel le entregue la de mi pierna.
A Charo la de mi vientre.
A Asier aquella de mi hombro la que mas cerca cuajo de mi corazón.

Son piedras venidas de lo ignoto.
Mio no es el honor de saber lo que hacen.
Solo el de conocer, íntimamente, que son, en todo instante, Besadas por el "Dragón".

21/8/10

Hierro - Bronce - Plata - ORO

Acabaría en un poema.
Si pudiera sentirme inspirada.
Saben mis entrañas que trataría de hablar del Oro y su huella.
Después de la subida debiera llegar la cumbre.
Tener del clímax la corona.
Ese es el engaño que interiorizo.
Vertido de la saciedad de Sisifo.
Quizás sea fruto de la humanidad.
Quizás me empapa en demasía la civilizacion.
Quizás, o quizás, son los bajos instintos.
La voz brota de las entrañas por debajo de los palpitos.
Como si fuera tuya propia. Como clara y convincente.
Es el hierro de los vítores que no de la Victoria.
Malditos estamos a subir la roca una vez mas entregados a Él.
Por que una cumbre no bastara, ni al final tampoco mil.
Saben mis entrañas esta paradoja.
Saben que con vosotros querrían declamar otra obra.
En el corazón choca la marea.
¿Que, entre la travesía y el naufragio, reina?
Heme aventurado mas allá de todas las huellas de las otras Eras.
Hierro, Bronce, Plata y de Héroes carne y tripas y coraje.
Me asaltan en el pecho las tempestades.
Que la centella y el rayo lo abran y lo iluminen.
No hay culmen de estado de gracia.
Si recuerdos de color dorado.
Subes y subes y es en todo estado del ahora.
Fin del mundo en instante eterno.
Trasmutara la paz de los espíritus en materia áurea.
Insuflara el viento de la Palabra.
Acudirá con el aspecto de la musa de Arcadia.
Recogida aquí y allá en los pequeños detalles.
Tan mundanos y tan dadivosos.
Tan divinos y tan confortables.
Tan singularmente adentrados en todos los caminos.
De lo real y de lo imaginado.
De lo imaginado y real.
De lo real e imaginado.
Diluyendo la sordina de las lides y los dictámenes.
Avezada la preeminencia de lo que abarca a Él y mas.
Olvida en esa vez el tableteo del tiempo en los huesos de tu alma.
Borra las menudencias y penalidades.
No es un secreto. No se le esconde.
Para la mayor parte de la vida.
Solo esta la Verdad Negada.
Vestida de sombras.
La puerta convencida de estar cerrada.
Feliz en la esquiva y la ceguera.
Decidida a no alzar la mano.
Evitando el dolor de la existencia.
La verdad de lo Sagrado revelado.
No es un secreto.
Para la mayor parte. Para cualquiera.
Un secreto que asusta saberlo.
Insatisfactoria vanidad.
Aturdidora arealidad.
Preocupación falaz.
Beligerante banalidad.
Mejor en ti arrobadas.
Que el peso de la Verdad.
Practicantes de la alquimia perversa.
Degradantes de la mas noble sustancia.
Transmutadores del dorado en lo sin valor.
¡Despertar!¡Despertar!
No necesitáis el poder de conmover al mundo.
Ni la certeza ni la sabiduría completa.
Te adviene al elegir y asienta en el Ser elegido.
Brota en el instante la Gota de Oro.
De ligereza simple y liberadora.
Penetrante y bautismal entre el miedo.
Dueña de tu frente y pecho.
De todo lo que atraviesa.
La Fuente origen de la Claridad.
La Claridad reveladora de la Fuente.
¡Despertar!¡Despertar!
Ella Toca indistintamente.
Sea mortal.
Sea iluminado.
Sea santo.
Sea daimon.
Sea Dios.
Es la Primera Primavera.
Donde no hay desemejanza.
Donde todas las preguntas coexisten.
Al alcance de todas las respuestas.
¡Despertar!¡Despertar!
Como Esther Varenely, la muchacha.
En sus manos el anillo de Cenwen,
buscando para descender a su amada.
Comprometida portavoz,
del regreso de la memoria truncada.
Arropada de convicción,
hasta el momento la cita predestinada.
Bajo el crepúsculo de Lanzarote,
En el camino recto y en paso eterno.
Éxodo que es iniciado.
Como Eikeborg de Albora.
Esposo de Similce la de los muchos nombres.
Ama no importa el Reinado y la Distancia.
como ama Eikebor en el vinculo que comparten
vertido con pasión en su anillo de Boda.
Protege la carne de su Amo que respira,
y anda junto a los mortales por entre las eras.
El Dorado hila el aire como las hebras de una pluma,
plumas de fuego que baten las cortinas.
Engarza el recuerdo que los une.
Circulo alrededor del centro.
Alma perseverada.
Como la vigía del conciliábulo,
justa Astraea en la circunvolución de los doce pueblos.
Gracia infinita y Vida infinita.
Justicia infinita.
Entre el Cielo y el Suelo.
Estrellada y Relampagueante.
Custodia de las flechas del Rayo de su padre.
Un paso separada pero un paso cerca.
La ultima inmortal entre los mortales.
Espera y protege.
Titánico esfuerzo.
Por favor... Despertar... Por favor.
Pequeños detalles nos lo recuerdan.
Semejantes a estos.
Narrar, contar, declamar, versar que es Oro, no puedo.
Las palabras callan.
Expresan lo que esta en todas partes.
Delante del fondo de nuestros Ojos.
Recuerdos despiertos.
Por favor.
Despertar.
"¡El fin del mundo es ahora!
Al igual que las edades de Bronce, Plata y Oro" (1)
Que abrirse tiene la puerta.
Rasgada la sombra con fuerza.
Desatrampados los ojos.
Alzada la mano.
Liberemos la divina materia.
Enfrentémonos a su tacto.
Recibamos su recuerdo.
Sea presente ahora.
Coexistamos.
Existamos.
Hemos visto la batalla.
Otra piedra empujada a la colina.
Caerá. Caerá. Caerá.
Sin el Relucir de Oro.
Sin su divina Libertad.
No se ganara la Guerra.

(1) Perspectivas - Maese Sahaquiel.

Hierro - Bronce - Plata - Oro. Heroes.

Hay Fuego.
Una hoguera en la oscuridad.
No esta físicamente delante pero si es real y presente en este campo intenso de la imaginación.
Es el habitante de la Sagrada Naturaleza de los hombres.
A su alrededor nos sentamos para contemplarnos en su solaz.
Para contar historias en la penumbra eterna.
Hasta que lleguemos a la luz.

Su ser se cuela por las grietas de las eras y los años.
Entre los resquicios de lo que configura la rutina de la vida.
Parte, la magia de los misterios y parte su propia y revitalizante magia.
Cada historia que de nuestras bocas acontece, a su lumbre para otros se convierte en historia de los héroes.

Tendemos a ver que la crueldad y la maldad eclipsan la fuerza de los heroísmos.
Es la lucha sin descanso de la vida entre lo que es solo Ruido y lo que es Furia.
Ese Fervor de los hechos de los hombres que en la negritud nos calienta.

Es mi turno de disipar el ruido y de alimentar las llamas.
Con una historia de aquí, de Albora.
De Albora con el enemigo aun acampado ante sus tozudas puertas y muros después de cincuenta años de asedio.
Narración de sangre derramada, vidas sacrificadas y almas puestas en juego hasta el limite de la locura.
Tomara esta historia el Fuego.
Sera tomada por el Fuego.
Perdurara. Eso es lo eterno.

Empieza.
Empieza como todo en un sitio y un tiempo y la elección de este inicio pende de la visión que recibimos pasados los cerrados umbrales. La que nos alejo de la calma hacia la necesidad.
En el acantilado inmaculado mancha la cadena infernal que al llegar contemplamos.
Volver hasta allí y arrancarla es la primera necesidad. Yendo a través del gigantesco bosque que se interpone y sus peligros y yendo con la mayor de las celeridades.
Misión que implica una escolta y unos singulares miembros que la forman.

Me tengo que tragar demasiadas emociones y creo que no soy la única al ver a una docena de niños alegres, flanqueandonos decididos, con sus caras infantiles.
Tocan sus carracas, trompetillas, matracas, tamboriles y flautines acompasados con sus bailes de inocencia y risas derramadas entre los oscuros parapetos de la enmarañada espesura.
Atemperan con su presencia los peligros que la floresta conjura.

Otras mujeres y hombres nos acompañan: Similce la prima de Ariel con sus dulces y fieros rasgos de Sidhe y los cuatro exploradores que nos encontraron hace menos de un día con Gartoris Filo Pálido, unos de los mejores luchadores del reino, como su circunstancial capitán para los que seguirnos es una honra.
Orgulloso y confiado, Bagarok aquel dueño de una de las piedras condenadas que nos recibió completa la avanzada de aquellos, nosotros, que creemos que podremos romper la cadena.

Contra mi pensar y los vuelos siniestros de mi imaginación cabalgamos hasta la costa sin ningún contratiempo aunque no sin congojas. En estos instantes desconfías de que cualquiera de las cosas que piensas sea correcta y sabes que lo que sientes es terrible.

Pero este es un bosque oscuro, por que acechan entes y criaturas negras que ni siquiera los arboles en su paciencia soportan, y la perspectiva de los niños entreteniendo a la salvaje naturaleza para proteger a mujeres y hombres armados y diestros es... desquiciante.
Cuando el valor dije que se acerca a la locura es con cosas como estas que no se pueden juzgar por que son necesarias tal y como nos insistían sus padres y los sabios del lugar.

Señora Curótrofa que proteges la gracia de los jóvenes te doy gracias por que les condujistes sanos y salvos de vuelta a casa. Y por que su casa persiste.
Si, la Diosa escucha nuestras plegaria con ellos aunque, mas allá, concede a nuestros destinos formas bien diferentes.

El primero en caer es Bagarok.
El mago de la Piedra, su fuerza y el emblema en el pecho y mucho mas que no podíamos sospechar, tenia enervados mis recelos pero se ofreció sinceramente a cumplir con la misma tarea que nosotros.

Con Anibal fue el único que se atrevió a tocar la condenada Cadena.
Su exterminio es igual de horrendo lo intente ver como lo intente.
Su mueca de dolor impera por encima de la autoconfianza, la carga siniestra de sus gestos y el maldito en su ópalo negro.

Se contorsiona ferozmente y bajo su piel el fuego es maligno y la agonía en sus ojos por un segundo no tiene ningún tipo de medida.
Un incendio como un rayo lo fulmina justo al costado de Anibal. Proviene del hierro muerto que al tocarlo le arranca su vida.
Flácido y constreñido, cuerpo es engullido por el océano al caer.
Es otra partida perdida con Eugen sin ni siquiera saberlo.
Las otras siguen en juego con toda su intensidad.

El misterio es el porque la cadena se puso allí pero no ya su dueño.
Cuando Anibal se dispone a golpear los eslabones con la maza sagrada de bronce que ha creado por la linea del horizonte aparece Pola...

Por Favor, te pido a ti bendito Fuego que me escuchas que no te apagues y no tomes de mis palabras el miedo sino que veas el otro rostro indescriptible que se observa si lo observas olvidando que los ojos que lo contemplan. Conserva tibia su Historia.
Él baila en el filo de la navaja de lo loco pero aun baila y lo hace por nosotros y te ruego mi Señora Iluminadora que le des luz aunque sus pies sangren. Sigue iluminando a nuestro Pola. Ofrecele el Calor.

Los demonios que lo flanquean no son asumibles y apenas concebibles. Recuerdan mis pesadillas por el sendero del que proceden. Aquel lugar que no debíamos mencionar pero desgraciadamente olvidar ya no es posible. Molaki.
Pola no esta ya allí. Esta de vuelta. Pola no esta en el Frío. Pola no se separara de ese Invierno.
Una necesidad lo arrimo a beber el Hielo y conocer sus secretos. Otro consagrado obsequio al Amor sin ceguera.
Su valor lo llevo y su valor lo trae de nuevo hasta nosotros para ofrecernos una oportunidad.
Siempre ha sido el dador de oportunidades...
Es ese Mago.

Pero no hoy Hermanito.
Deja esta vez que descansen tus hombros y tu pecho respire.
No ha acabado pero el golpe de la maza esta dado y es el de la Furia y el Fervor de nuestras Palabras.
Pola asume nuestra decisión mientras ante la cadena del lastre Anibal se prepara para arrancarla. Ya se ha ido cuando la mole de hierro con la que el Demonio ato Albora cae, se pierde en el mar y desaparece.
Sabes que esto trae consecuencias que el futuro proveerá pero que no veras hasta que las vivas y que por ello en este momento tampoco las temes.

Pola vuelve a casa. Esta en casa y me doy cuenta que mis únicas palabras para él son tan pocas que me incomoda lo impertérrita que he sido.
Parca en palabras - "Nos vemos Hermano"

¿Quizás estoy aprendiendo y ganando o quizás estoy perdiendo?
No lo se. No se lo que nos pasa.
Pero poco importa el rostro de mi alma.

Importa el hombre que se desvanece en la lontananza. Importa el vuelo de los cuervos solitarios y su atrevido parlamento. Importan sus círculos antiguos y nuevos.
El circulo de su travesía y sus palabras a Ariel.

Sergueton esperaba un ejercito y tras un nuevo umbral lo fuimos a buscar.

Dejando atrás a los valientes.
Haces lo que debes y alguien te guarda las espaldas. Confiando en la promesa de la salvación que vendrá con nuestro regreso cuando en la lejanía, perceptible, ya se fragua el primer fragor de los combates.

Mientras, caminamos por el Cruce de las Doce Vías que nos permite tomar el sendero hasta la Brillante Alzelaz. La alcanzamos para en menos de una hora, maravillosamente, encontrar al aliado perdido, convocar a sus ejércitos, aprender la conjuración que les permitirá el paso expedito a través de las espesuras de la Dama y reencontrar a tan queridos amigos como Amaranta y Soren.
Justo una hora para que zarparan los mas rápidos navíos y para que navegaran entre las nieblas entre los Reinos.

Por la bendita Diosa que solo se necesito una hora para este milagro y para esta desgracia.

Aquellos que se conjuraron en acompañarnos y que esperaron nuestra ida y nuestro regreso descansan su sueño eterno, ensartados en burdas e improvisadas estacas, sobre la linea de arenas blancas. Dispuestos para recibirnos entre vivos regueros carmesí e innumerables y feas manchas y despojos amarillos, verdes y azul oscuro testimonio de que, si se han ido, se fueron con lucha.
Los barcos que en su impulso saltan mas allá de los acantilados los sobrevuelan y sus tripulaciones, incluidos nosotros en ellas, los observan en enfervorecido silencio roto por el sonido de la postrera lucha de inconmensurable Gartoris.
Seiscientos mujeres y hombres que no desfallecen si no que persisten y que inflaman sus ojos dispuestos a que si hoy es el día de Albora al enemigo le salga infinitamente cara en la memoria la victoria.

No llego a acompañarlos en la carga. Mi participación comparte con Amaranta y Charo, apropiadamente, el rito de la venganza y la invocación de las palabras que, amablemente aplacan, con la serena cólera de Furias, a la Dama del Bosque hasta dejar que la avanzada de Alzelaz, al galope, la atraviese.
Allá van mis compañeros y amigos, nuevos y viejos y apenas conocidos, directos a la batalla que frente a las murallas de la ciudad toma parte.
Cabalgando como posesos para alcanzar con providencia el cenit de la lucha. En la suya y en la de todos ellos esta la hazaña que se conserva como recuerdo vivo en el canto de los supervivientes de la persistente Albora.

De los disparos certeros de Ariel y de la siempre audaz y temeraria forma de luchar de Anibal.
De los que defienden y defenderán por siempre los muros y las brechas y que cayeron.
Como el Inmaculado príncipe Karunn, ese hombre tan ruborizantemente bello, apuesto y de labia gentil que solo después conocí, en el relato de aquellos que salvo, como también deslumbrante guerrero, valeroso, desinteresado, compañero y verdadero Príncipe hasta el ultimo suspiro.
O Laukas el simpático y emocionado primo de Ariel espadachín donde los haya. O Blennan, Limet, Jaru, Nasha, Vepooris o tantos otros con los que apenas compartí unas palabras o corteses saludos.
Mi señora Prytania, como Muerte, los ama pero por la razón mas poderosa y directa y los ha llevado a su casa a que se repongan y partan hacia el resto del camino con la plenitud y abundancia de sus bendiciones y agradecimiento.
Por que la Diosa y la Muerte ama a los mortales aunque su cortejo se a veces mucho mas enmadejado.

En la retaguardia, irónicamente allí para estar a salvo, mi caballo Olne, que me habían ofrecido para aligerar mis fatigas, me salva de que otra vez los Otros se me lleven.
Le atiza, a mi orden, un mortal bocado en el pescuezo a mi agresor o a mi par o lo que sea que fuera.

Es el alma en la piedra la que habla en conveniencia con la persona que la porta. No una víctima ni un rehén si no Otro convencido por ellos a estar maldito y que me habla como un igual.
Me dice lo que, por mucho que me de una tras otra intensa nausea existencial, ya sé.
Que soy Gha'agsheblah, la puta Gamjikot, y mi es la destrucción precursora, que solo con el mal se mueve y que el Blanco Rey Gusano A'arab Zaraq encerrado en este lugar como yo es mi Hermano que me reconoce.

Esto es tan cierto como no es cierto o como el misterio del estado de mi persona, expuesta en el trazo de la Diosa, hace que sea posible serlo.

Mi héroe, personal, decidido, y noble no tiene pensamientos de ello y con su acción, brutal y vehemente, nos concede un precioso tiempo con el que abordar el fin con menos desesperación.

Por que otra diferencia nos separa a nosotros, exhaustos pero inquebrantablemente firmes, a un lado y a ellos, malditos, poderosos hasta el infinito e imperiosa y constantemente prisioneros de la muestra de ese poderío, de indefectible crueldad e indiferente maldad, a la espalda de Todo.

¿Tienen ellos un fuego como el que nos calienta?
¿Pueden reunirse alrededor de los compañeros y sobre Él y junto a Él compartirse con cada historia hacia el pasado y hacia el futuro, en este y todo presente?
Para ellos, Ellos mismos son su fuego asilado de toda la creación. La imaginación solo se reduce a lo suyo y la historia que pueden contar es un único y huero monologo de autosatisfacción recurrente y marchita.
Grandes e impresionantes capacidades les ofrecen el cortar con las reglas, por que el que vacía un recipiente casi por completo cree que de cualquier cosa raudamente lo llena pero se olvida del agujero que ha hecho. Se han quedado solo en el estruendo ensordecedor del son del trueno sin chispa y hueco, no mas que un eco en la oscuridad, de la naturaleza de la magia y de la vida.
No son el Rayo. No se lo llevaran consigo mas larga que sean sus existencias.
Por que al Rayo no se le atrapa.

Si lo tocas te fulmina. Si lo contemplas te ciega. Si lo escuchas te deja sordo.
Pero si lo aguardas en tu propia naturaleza y en la misma del mundo seras bendecido con el regalo de su Fuego que bajo cuando no eramos nada de los cielos.
No eres nada si estas a la espalda del árbol.
Solo un contorsionista intentando lo indecible no salirse de su sombra.

Esto tenia en mente cuando conduje a mi ser presto por la senda oscura y velada de la letanía que el mago de la piedra muerta me recordó.
Toque algo negro para que me imbuyera como uno sin que la mente se inmiscuyera llena de dudas y lo deje fluir por el corazón en ese ultimo segundo afirmando que mi cabeza se estira hacia las estrellas y mis pies enraízan bajo las tierras. Y aguarde.
Gedulah esta en mi tanto como Gamjikot y solté a esta ultima.
Solté a toda la precursora destrucción sobre nosotros.
Para que Él viniera.
Para verterla.
Sobre Él.

Ariel estará siempre al otro extremo de la vibración de la cuerda que lanzo la ultima flecha consagrada de la Cazadora hacia el Corazón, como Anibal agarrado al giro de su maza Onomástica y Charo de la invocación del fuego de todo los Santo.
Asentados en el punto que va mas allá del combate abatieron sus armas para vencer a
al Rey Inmundo.
Guiados por diez lustros de asedio a Albora y por diez centurias de separación de Ceinwen/Similce.

Él ambiciono y casi consigue apoderarse del lugar y de su Verdad.

La Torre aunque hendida en su perfecta conexión y liberada de su guardián la Dama aun sigue en pie y vislumbra una ciudad herida pero Viva en su promesa de regreso.
A su ser de regazo acogedor que puedes llamar Hogar y no solo fortaleza.
La mas amplia sonrisa de la victoria la tienen los diez mil hijos de Alzelaz junto a los Alboranos, que barrieron a conciencia al enemigo desde todas las direcciones posibles, ayudados de la sorpresa, la fe y la eterna Furia del valor que golpea una vez y otra vez a este mal.
El mal fue enterrado bajo el escudo y la espada. Bajo la flecha y la lanza.
Bajo el abrazo del Dragón bajo la Tierra y sus dedos de fuego como lenguas de lava.
Bajo Toda Albora Desatada.

Gusano y sus mil cuervos desaparecieron. Sus generales. Sus siervos. Sus monstruos.

La luz se derrama sobre los abrazos de los combatientes. Recoge agradecimientos y los conmovedoras resemblanzas de los que nos adelantaron en el camino mas allá de la muerte.
Nunca son tristes los funerales. Siempre muy sentidos.
Los recordamos a todos de un modo u otro y siempre rodeados de esa sensacion de Gloria que es superior a la de cualquier vanidad o soberbia.

La era de los héroes no tiene fecha, ni una marca limitada en la existencia. No es presente o pasado o del futuro. Es de todo instante.
A ti Fuego Superior pertenece y en tu calor con el nuestro se comparte.
En la imaginación de un momento abierto, de un lugar esperado, de un regreso recuperado, de un estado completo.

Estamos aquí, Pura Llama. Y tu estas aquí.
Nos rodea la oscuridad y no te apagas. Te sostienen todas las gentes y animales y seres en sus heroicas historias cotidianas que dieron y dan mas de lo que pudieran incontables razones explicar que debieran dar.

A tu alrededor cambiamos los rostros pero es el efecto del baile de las llamas. Siempre estamos al resguardo de esos Héroes que no se extinguen ni se extinguirán.
Brillan en cada Casa del Cielo y en el Sol de la mañana y en cada gota de la lluvia del estío reflejando un arco iris y en cada diamante de rocío en la madrugada.
Brillan en la risa del hijo y en la mano en la piel cálida y en el beso después de las alargadas jornadas.
Brillan en lo que se construye y en lo que se enseña y en lo que por doquier una y otra vez se canta.
Brillan en cada uno que, con atención con cada una de las palabras de cada historia de mujeres y hombres valientes luchando contra la oscuridad, se queda.

Y forja en el Fuego en ellas ese otro metal de su Alma.

20/8/10

Hierro - Bronce - PLATA -Oro

La ciudad se expande en círculos inscritos unos en los otros.
Al menos tres cinturones cuento que hemos de traspasar para dejar lejos las defensas exteriores hacia el corazón de la capital.
Son como cintas de esencia de un hechizo en las que se acrecientan la paz y la tranquilidad.
Aquí se escucha el canto inalterado de los pájaros y hay risas de niños y adultos.

Con paciencia nuestros pasos son transportados a través de las avenidas y los vericuetos en una procesión a las que las miradas observan con sorpresa, curiosidad y velada veneración.

Antes de que nos conduzcan a la verdadera médula, la travesía de los incomparables palacio, es necesaria una pausa ante guardias nuevos y oficiales de gala.
Nos reciben no como escolta o vigilancia sino con el boato y la reverencia de un sentido recibimiento.

El hecho es que hemos conmovido a la ciudad y esta se presenta apasionada.
No suelo, últimamente, hablar así pero que le voy a hacer si a mi también me arrebola su influjo.

Frágiles somos en la superficie del mundo y solo en los interiores reside la fuerza y arde pero... cuando no es así, cuando se inflama a plena luz del día o del titilar de las estrellas y el fulgor de la luna no apartas los ojos de ello por que es el milagro de la esperanza liberada de su cárcel y sus cadenas sombrías para que la tomemos sin limitaciones, es imposible frenarse.

Si, es una esperanza diferente para cada uno que la reconoce a sus ojos pero aunque la rama de la que pende su fruto sea para ti diferente de la misma raíz siempre bebe.

La esperanza se concreta cuando el sumo sacerdote acude bajando del templo de la torre.

El venerable Aius nos contempla con serenidad benevolente junto a otros afables ancianos.

Solo quiere cerciorarse que lo que los recuerdos advierten es la verdad que las palabras le anticiparon. Que la verdad existe y es cierta.

Los ancianos no están solos, junto a ellos acude un hombre mas joven, un mago, Bágarok se presenta, con la piedra oscura y opalescente de un Maldito encerrado sobre su pecho, tan familiar como las que Eugen gusta de tener en sus manos.

Pero olvido su presencia puestos mis sentidos y mis emociones en una perspectiva lejana a mis propios pensamientos personales.

Las pruebas palpables de los reecontrados Similce y Kandar es la ultima barrera que restaba.
Los viejos amigos la abordan con paciencia por la falta de recuerdos y el apremio.
Y nos invitan a el interior de los palacios y las salas principales.

Decir que Similce es Charo y que Ariel Kandar es simplificarlo mucho.
No son meros nombres. Son los suyos y las alegrías que reportan superan con mucho a los malos tragos.

Por que hay alguien al que encontrar y cualquier demora escomo un desacorde invisible.

El palacio noble, parte del armonioso conjunto del circulo mas profundo de la ciudad se abre a nosotros de par en par.
Apenas algunas conversaciones contenidas se escuchan.
Por que lo que se acomoda es el silencio de la excitación.
No recuerdo si ya se lo anunciaron a Ariel antes de entrar o aproximarse, pero sabéis, ese detalle no importa de ninguna manera.

En la habitación, profusamente decorada, la mujer rubia e hermosa de sobrios y elegantes ropajes canta con sus ojos todo detalle que a mi me falta en estas mis palabras.
Ojos quizás húmedos o quizás bañados con el brillo de la luz de la liquida plata mas pura.
La tea de la mas firme llama de amor conflagra en ellos, con toda la espera guardada y su límpido premio.
La canción de la madre que abandona el penar en los brazos del olvido que le otorgan otros brazos.

Niurin toma a Ariel entre sus manos, con la determinación y la delicadeza despojados de la necesidad que nacen del reencuentro con su hijo.

Se dicen las primeras palabras en mucho tiempo.
No importa mas que ese momento tejido en la argentina lineas de la humedad de los ojos, la sequedad de la boca y el fuego en el corazón.
Un instante que ilumina el alma. Que no pasa sino se abandona nunca el regocijo.

Y no se abandona.

El placer de mas besos, de nuevas miradas. De la ocasión de conocer a su hermana Nun, tocarla. Presentarla a su abuela Charo.
Compartir sus primeras sonrisas cómplices. Su hermana mayor y ahora mas joven.
Conocer a sus primos ya no tan lejanos y saborear sus nombres.
El joven Laukas y la dulce y valiente Similce que honra el nombre de su tía abuela.
Amigos y parientes. Insignes visitantes. El mas apuestos de los príncipes y la mas impresionantes de las reinas.
Todo esta bañado por la claridad argentina de los afectos.

Sobre la guerra que habita una legua afuera y de la que vibrantes cantos épicos y narraciones podría trasladar a este diario tan simplemente no me esfuerzo hoy y ahora en escuchar la mas mínima nota.

Al igual que con esta ciudad alejada tras los círculos exteriores de la crueldad cada uno necesita este centro brillante.

Por que es el tiempo del reencuentro y de que el viaje trazado descanse y se mezca en el lago pausado de la voces amigas.

Peno que mis lazos se encuentren tan lejos y que mi propias angustias se conviertan para mi en un ruido que entorpece lo que es magnifico. No siempre en silencio pero si mas que lo hubiera hecho.

Lo sabia al venir aquí y se lo que me dije.

Que las victorias ocurren sin empuñar un arma y reside en caricias si dadas, en miradas mas que cómplices tenidas y las preocupaciones complementamente sentidas.
Lo que viene después esta dentro de lo que se hace por que se elige.

La Victoria es el tiempo de amar sencillamente y ser amado de la misma forma.

No hay otra.

3/8/10

Hierro - BRONCE - Plata -Oro

El sonido de las armas entre los herbazales detiene el impulso arraigado de moverme.
Un filo de espada rasga el aire al cortarlo.
Los arcos crujen bajo la tensión.
Las hojas rozan al abandonar sus vainas.
Y respiraciones que también suenan tensadas.

Larga jornada agotadora finaliza en un culmen invisible de amenaza.

La verdad es, que sutilmente me alivia el pensar que si fueran enemigos posiblemente las flechas y los aceros no estarían dándonos la bienvenida a escrupulosa distancia.
Cuatro rostros o cinco por fin visibles me hacen sin embargo titubear.

Demasiado adustos, con demasiada incertidumbre cotidiana, básicamente con demasiados demasiados.

Pienso que las gentes, las razas, y las estirpes aun nacidas bajo luces bendecidas se degradan y no son eternas. Es un desgraciado pensamiento que se deja llevar por las imaginaciones.
Cincuenta años son dos generaciones y estos cincuenta años de asedio en Albora han mancillado silenciosamente la gracia que nos debería dar bienvenida.

Sin embargo no todo esta perdido.
Las ropas y armaduras aun perviven civilizadas.
Protegidas con los pequeños detalles materiales que brotan del espíritu aun no derrotado.
Son las doradas y plateadas lineas del arte. Evocaciones de motivos griegos o escitas.
Colores. Adornos. Una flor aquí. Un medallón allá. Una cinta en los cabellos.
Lo del todo nuevo y lo del todo viejo acogedoramente al mismo tiempo.

Ellos. Ellos permanecen.
Sus palabras son a su vez tranquilizadoras e intuitivamente entusiastas.
Sobre todo al oír los nombres conocidos de Charo y de Ariel.
Zenwen y Kandar repiten como una locución largamente inesperada.
Zenwen que aquí es Similce y Kandar.
Similce y Kandar.

La ominosidad de otras formas patentes a nuestra diestra, visibles por lo que me describen al que no sentir en mi corazón la seguridad para mirarlas por mi misma a nuestra diestra, visibles como digo aun a gran distancia me impide el dejar de empuñar el Filo de mi nuevo amphismela de broncineos reflejos.
Es patente que la opresión de la agresión y el miedo no se esfuman y se contagian. Lo que no logro discernir es si viene de ellos o de nosotros o es una sensación enrarecida que se extiende por todas partes.

Un vistazo a atrás, al bosque, recupera una miríada de seres y de entes que nos contemplan, incluyendo a los ojos invisibles de los gigantescos arboles que hemos surcado.
Reposa en ellos la suerte y la audacia de atravesar su barrera, no sin ayuda sospecho.

Al poner los pies sobre la blanca arena no imagine lo largamente arduo que seria el camino que nos lleva hasta las puertas que se avecinan ni que el ejercito que mil años en el pasado se conjuro a tomarlas aun no ha cejado.
Ni descansa, ni ha sido aniquilado o mermado.
Solo interrumpido.

Casi en los primeros pasos nos sumergimos en las huellas de la devastación permanente que su presencia produce.
Negros campos de hierba, arboles torturados, densas brumas y ese brutal silencio que no deja de comérselo todo.
Afortunadamente no es la hendidura del pasado y afortunadamente creo que la buena estrella de Ariel, aquí mas brillante como Kandar que nunca nos ha ayudado.

Las vías del destino que se escogen en el presente, a veces, es cierto, las condujeron hasta ti y si eres de verdad su dueño tienes el talento de abordarlas.
Ariel es muy joven, con la infinidad de las posibilidades de la edad por delante, y aun con las zancadillas no escogidas de las Moiras que ya lleva sobre su pecho, lo mejor de su herencia, la sangre de Albora y el espíritu de los Knox, lo que él es, persiste como una aurora de fuego intenso.

La Lumbre que aguanta cuando las circunstancias ponen tus elecciones a prueba.
En momentos como cuando los Dioses cruzan el camino que trazas con el de tu raptor, el que te separo de tu primer origen.
Sientes las miradas de los invisibles y de los que son visibles, agregadas a la traza del camino que recorres en forma corpórea y en la que no lo es y su escrutinio es silencioso pero no etéreo.

Los Ojos de Daimon formidable la Dama.
Los Ojos de los Antepasados.
Los Ojos de los Dioses.
Y de los Demonios.

¿Habrá sentido el escrutinio de todos ellos?

No puedo dudar del poder de su entendimiento ni de la infalibilidad de su percepción.

A veces se presentan en toda su magnificencia verdadera de cuerpo y anima delante de ti, pero la mayor parte de las veces miran por tus propios ojos.

Ella, La Dama, Daimon formidable de esta tierra, el ascua del espíritu que nace del Árbol, del Cable, del Hilo que enhebra el mundo en las torres, similar a a Onire y como ella libre aquí en Albora.
El bosque de severos titanes arbóreos es el legado de su presencia, plantado por sus maestros pero fructificado en la libertad necesaria para oponerse a las hordas de malditos.

Al cruzar las trochas, la hemos visto en su caza. Inmensa amazona a caballo y arquera. Erguida en su caballo ciclopeo, dos veces mas grande que Anibal e indisimuladamente mas mortífera
Su presa se desplazaba a través de nuestra senda pero aun con nuestro sigilo mas absoluto esta claro que es fútil todo intento de a Ella ocultarnos.

Quizás hayan sido nuestras armas desenfundadas con los brillos sagrados del bronce y las palabras justas escritas en ese metal que hiere a nuestros enemigos con su esencia. Pero no siento que los emblemas de nuestro común objetivo sean suficientes para explicarlo.
Menguaría el poder de su visión.

Esta infinitamente mas cerca de la reverencia y reconocimiento, no a las personas, sino al aura.
La misma luz que brilla patente allí donde los luchadores comprometidos cayeron en círculos de la Luz imperturbable que sus espadas consagradas conquistaron, incadas sobre el suelo, para que ni uno solo de ellos tuviera que temer a la condenación maldita tanto en vida como en muerte.
El Bosque y Ella cobijan estos túmulos descarnados y aislados a la espera que un día no lejano esos huesos reciban los merecidos honores.
La misma honra que visten los que me acompañan.

Creo en el advenimiento del sueño de Sergueton, el asesino de dragones y perpetrador de los azares de Ariel, y que un Ejercito comulgara la victoria sobre los malditos.
Es una loca locura que esta llena de desesperada esperanza.

Los Ojos que miran también lo sienten.

Pero para obtener la materia por la que y con la que se lucha primero hay que fortalecer el Fuego y destilar los metales y recordar de que forja fuimos hechos.
La chispa esta aquí, viene con nosotros pero aun no se ha acercado a la lampara.
Pero no falta mucho. Todo va ir bien. No se que me lo dice.

Son esos pasitos a la luz de la mañana.

Aun con el cuchillo de bronce en mi mano.
Por que una cosa y otra aun tienen relevancia.
Basta que el triunfo sea como el sol y la sonrisa del corazón en las gentes de Albora.
Mas allá de la violencia en mi mano o en la de cualquiera.
Mas allá de los muros que hoy protegen.
Mas allá de lo que también encierran.

11/7/10

HIERRO - Bronce - Plata - Oro

El mar ya no se zarandea al impulso de vientos caóticos.
También es patente que aunque estuviéramos en una noche cuajada de relámpagos, la luz que nos recibe en este instante es la del alba.
La costa se recorta frente a nosotros con rocas limpias, arboles lejanos y playas solitarias y prístinas.

No estaba ahí hace un segundo.

Pero, sin embargo, todo este aventura predestinada a rescatar la maravilla y el animo en nuestras almas es devorado por el mal agüero con el que nos tizna la imponente cadena incada contra el blanco acantilado que nos aguarda.
Cada hercúleo eslabón, como negro ojo de hierro que nos contempla, compele el mensaje inquietante de hacer tambalearse las esperanzas.
Con un vistazo en el momento nos castiga con la verdad no deseada.

"Habéis llegado pero no sois los primeros"

Me añade otro retortijón, personal y propio, constreñido en el estomago y en la garganta que se levanta como un nudo inevitable.
Como una ansiedad irrefrenada.

Hemos llegado a donde nos proponíamos, alcanzado la Tierra Blanca, pero la enormidad del significado que nos depara en Albora, solo se nos ofrecerá al superar cada etapa.
Es como la luna en su cara oculta de la que sabes que contemplaras la totalidad de su estampa. Siempre empiezas con su cara oscura. Su rostro amargo.
Lo que no sabes es si sobrevivirás hasta iluminarla. Si acabaras Viva. O intacta.
Es esa constante que te aguarda cada vez que agarras la voluntad de tomar la realidad.

Me pedisteis traer la tormenta y lo he hecho con todo el empeño, la extenuación y las ignotas perdidas que vengan por que, no querer darlo todo por reencontrar a Ariel y Charo con su hogar, no encajaría en mis entrañas ni mi cabeza. Esta escrito, en mi comprensión de la amistad y del amor.
Sin retorcerla y de forma directa. Como ofreces cualquier presente.

Aunque el verdadero regalo lo ha ofrecido Chloe Gibbons, una adolescente de Manchester, torturada por la herencia de sueños que recibió de su hermano.
Gracias a la diosa, ella esta a salvo con su familia en París y su hermano ya descansa en los brazos de La que Conforta.
A su hermano lo raptaron los Malditos. Lo privaron de su alma y la cargaron de cadenas de maldad como la de ese hierro que nos contempla.
Le obligaron a matar. A robar recuerdos. Recuerdos que Chloe su melliza no pudo dejar de contemplar.

Sobre la senda que le trazaran a su hermano torturado, había arrancado de la mente y la vida de una anciana, el recuerdo del lugar de origen de Ariel.
Tomado de la melancolía de una madre. Madre de pescador. De un marinero de Escocia que como muchos otros navego en pos de una leyenda y un tesoro y como muchos otros no regreso de entre la Tormenta.
Desaparecido en un lugar cerca de Lanzarote. Tras una Tormenta en una Noche sin Luna.

La Tormenta. La Tormenta ha arrancado recuerdos de mi que no esperaba.

El mar del firmamento brilla arriba como brilla abajo la bóveda del océano.
Agotada ladeo la cabeza como una tonta hasta que la linea que los une y los separa queda también de arriba a abajo.

La brisa que escanciaba fresca combinación de aromas inusuales de tierra y agua a través de nuestra ventana en Lanzarote es así como escancia sabor a mar antiguo y aroma de arena mil años virgen y vegetación que no pertenece a lo que conoces. Es el punto de unión. Es esa linea entre mundos.

Me siguen hablando, como así acordamos, con sus distintas voces.
Con respeto, como antes, les respondo escuchándolas.
De lo que habla es lo extrañamente inolvidable.

Durante una semana, otra vez Bruja, he llamado a que en el momento indicado y la circunstancia precisa se desatara la Tormenta.

Los eventos conferidos por un camino determinado a las transformaciones se convierten a su vez en revelaciones.
Un camino abierto hacia un punto es una senda a las verdades de es punto.

El hierro aun escuece en las grietas de mi piel y bajo las uñas y pica el latiguillo impaciente de las chispas del rayo ansiosas por seguir surgiendo, desde las marcas pintadas en mis brazos con tinte y polvo de hierro. Marcas como trazadas en mis manos como si hubieran sido enterradas en la sangre negra y azul de las entrañas de un ser largo tiempo olvidado. Un ser que por el contrario no me ha jamas olvidado.

Escogí el hierro casi por casualidad.
Vino a mi mente con suavidad y lo siento sutil en el roce con mi piel desnuda y en un lugar mas adentro.
Creo que fue él quien me escogió a mi.

Que sea extrañamente cálido podía deberse al buen tiempo de esta isla pero no me engaño.
Nada en nuestras vidas hasta que lleguen a su fin o mas allá, es ya tan banal.
La sensacion no tiene forma trivial si no que esta viva.

En mis manos las pequeñas rocas de hierro han sido como semillas vibrantes implorando nacer.
Cada una de las rocas que he consagrado ha sido plantada y ha crecido y se ha convertido en un relámpago adulto y, junto a sus hermanos, ha cubierto la visión de todo lo que vemos, uniendo el arriba y el abajo y un lado y el otro para descubrir aquella Tierra que estaba de la nuestra desunida.

Lo ha hecho por que han nacido de lo que debían nacer. No por que los escogiera o sacralizara yo.
Por su ancestral bautismo y su antediluviano esplendor.
Aunque un lado y otro no parece haber cambiado nada sabes que caminas por otro terreno sagrado.

La marca coriácea de mis manos continua murmurando su fundamento y su signo legado.
No imaginaba lo sorprendentemente fácil que es y lo vividamente revelador.
Es tan sorprendente familiar. Como lo es ahora, la mirada de voracidad egoísta encarnada, de Dora contemplando a Ariel hambrienta sin descanso.

Abrió la puerta.
No solo a Albora y al hogar de Ariel.

El hierro requiebra mi interior con la furia que suelta la violencia que se destila de las eras.
Limas una costra de herrumbre hecha por confusiones de la mente que cubre una superficie extensa y bajo los imaginarios dedos irisce opaco y oscuro el mismo material.

Es parte de mi.
Lo llevo en la sangre.
Incluso me permite respirar.

Cada gramo de ese metal: en las piedras, en el polvo que he mezclado con la pintura, en la tierra bajo el sol y la oculta bajo el agua, en la boca de los volcanes lejanos o los de alrededor me hablan de mi naturaleza.

Avaricia, Egoísmo, Ignorancia, Hipocresía, Lujuria, Pecado y Asesinato.

No son lo que soy. Pero si me pertenecen. Conectada y sumergida a esta olla de profanación y agresión de esta Era como uno de los ingredientes de su caldo de cultivo.
Coagulada en el material que escogí y me escogió.
Con el que me cubro.

Hay otros materiales, de otras Eras y Edades.

Esta el bronce de antaño que hiere a los Malditos.
Esta la plata de mas allá que hiere a los Héroes.
Existe el oro que ilumina lo oscuro siempre por gracia divina de los que caminaron entre los hombres.
Ninguno de ellos esta mi alcance ni a mi cargo.

Es Charo, Zenwen la Blanca, la que los puede sacralizar y bendecirlos. Estoy casi segura que también Ariel puede y no tengo ninguna duda de que lo mismo Anibal con cualquiera de sus dos manos es igualmente capaz.

Pero nosotros, nacidos de los últimos hombres, en esta época impía, únicamente podemos recibirlos de ellos, sin poderles dar pues nuestra sustancia.
Que los maldeciría y los haría viles.
Que pertenece a este otro tiempo y lugar presentes.
Al otro lado.

Mi conexión es con este metal negruzco tan poderoso que destruye las demás armas.
Que mata Hadas.
Que ata a los espíritus y los azota y sacrifica, bajo el designio de obcecados aspirantes a dioses con los que, de todos, Yo tengo la mayor consanguinidad y alevosa tendencia.

Si quisiera, con facilidad, haría lo que ellos hacen.
Pretendería lo que ellos pretenden.
Eso me confirma.
Me lo susurra desde mi piel.
Me lo murmuro desde mi corazón.

La naturaleza de mi interior me esclavizaría, haciéndome mi propia rehén, si no fuera por que aun siento la existencia de la Alquimia que los otros Malditos han olvidado.
El único poder de consagrar el único metal a tu alcance y no reforzarlo si no convertirlo en otro.
Elevarlo a bronce, a plata, y si, claro que si, a Oro.

Cualquier otra esperanza no lo seria por que se anclaría en la cadena de hierro que portas desde que naces y que no te deja seguir, ni levantarte y que con tu único poder innato fortaleces y fortaleces.

Una cadena tan contundente y gruesa como la que nos recibe en este lugar, elevado de donde venimos un grado.

Esa cadena que aquí no debería estar.
Y esta.

Las revelaciones aparecen ante ti infinitas y etapa a etapa. Todas.
Sin excepciones de lado revelan.
De sombra o de luz.

Entenderéis, por que se me revolvió el alma.

30/5/10

La Pesadilla de Otro

Y dijo:

"- Yo te ofrezco deseo , pasión , poder ... Lo mejor del hombre y lo mejor de la bestia .
¿Vas a rechazar todo eso?
- ¿Y el amor? - dijo ella .
- El amor es para los cuentos de hadas . Nosotros somos la materia de la que están hechas las pesadillas."

"Haz pesadillas conmigo.
"

( Fragmento del libro Chúpate esa de Christopher Moore )


Hay que contar todas las historias. Lo crucial es encontrar el como.
Si con palabras. Si con acciones. Si con silencios.
Pero al final merece todo el esfuerzo.
No por la recompensas y los parabienes adquiridos.
Realmente por solo por el alimento del viento.

Os voy a pedir paciencia.
La razón es que el relato que emerge no simple.
Ni corto ni tampoco hermoso ni demencial.
Y mi talento para las cosas simples es pequeño.

He rogado al rostro que ilumina de la Diosa.
Que me permita poner brillo en las luces que aparecen y perfilar el foco de las sombras.
Y sobre todo perdóname Pola si fallo en el intento.

Ocurre de noche.
Nunca oscura en esta ciudad pero continuando siendo propicia.
Noche para el estado de animo que se aproxima.

Cada uno de los miembros de esta familia esta en quehaceres bastante mundanos y en lo que respecta a Él, a Pola, supongo que no esperaba otra cosa que una cena fraternal y tranquila en uno de esos días que se escapa a París.

Cuando aparece Judith por la puerta apenas había habido tiempo de destripar la escena.
Anibal sabrá mucho mas de lo pasado pero, creo que la verdad es un secreto entre Marión y Franta.
Las velas, la cena a medio degustar y las trazas de tensión incomoda hablan vagamente de otro misterio en la velada que quedara sin revelar.

Hay partes que imagino.

Pola, es un encanto de hombre al que, aunque le sepamos felizmente casado, cada una de las mujeres de su vida, nos hayamos atraídas por diversas razones y variopintas maneras.

Luces románticas y banquete esmerado, por ejemplo.

Que ha salido desigual de la imaginación a la realidad de uno u otro es difícil de confirmar pero no tanto de intuir.
He pensado que quizás fue un adelanto.
Que entre uno y otro momento, el embarazo y el desconcierto no estaban del todo predestinados sino que se alimentaron de los influjos venideros.
Es difícil el discernir el arrebato de diferencia entre los hierros desafortunados, los malos sueños y las pesadillas.
Es imposible comprender cuando respiramos en un sitio y cuando nos ubicamos en el otro.

La llegada de Judith se inicia como el bálsamo para la dilución de lo tensado.
Un encuentro para el que la sorpresa no estaba preparada y al que tardamos un poco en acostumbramos como es natural.

Judith se desvaneció tan tranquila y privadamente como había decidido irse.
Mirando a través del cristal la incredulidad de verla ahí de nuevo abrazando a Charo o besando a Anibal y Pola es tan fuerte como la escena en el salón pero todo esta ocurriendo.

Nos reunimos en el jardín, poniéndonos al día de risas, nuevas y carantoñas pero solo a medias.

Judith ha venido con una tarea en mente y la premura en llevarla a cabo.

Consideradas en retrospectiva, las acciones marcadas acuden con la lógica de las situaciones que van viniendo.

Siendo lo que nos pide: Urgente, Perturbador y Peligroso en extremo, derecho tenemos a dudar y pedir consejo y permiso.

La Torre Perret ya no esta a nuestro alcance y ese el lugar necesario.
Los ritos antiguos con los que la embestimos de significados escritos se pierden y el onomásticon debe ser mantenido.
Es la Torre.
Se abrió y tuvo que ser exiliada y ahora hemos de ir, de la mano de Nut, a donde ella fue. Nuestro foco de atención es tan vasto que nos perdimos algunos detalles. Pola No.

Escucha atentamente y no trasluce desviación.
Imagino en la cabeza de Franta sus deducciones aflorando, sus sospechas confirmándose y sus curiosidades acuciandolo.

La maestría en la Caosofía se alimenta. Datos pequeños que se hacen grandes. Misterios que siempre llevan a otros misterios y, me temo que últimamente, preocupaciones.

Imagino las escenas en sus ojos.

Lo imagino preocupado.

La Torre. Su origen. Su magia. Su gente.
Aun guarda un misterio peligrosamente secreto.

Observa el rostro de Judith, recién llegada pero decididamente apremiante.

De sus labios brotan las palabras que confirman una de las posibilidades que no deseaba.

La Torre, aun mas ahora que esta ausente, inquieta sus sueños.

Nunca desnudada en su totalidad se ha quedado con misterios, como el del Onomásticon, de cuya desaparición inminente Judith nos advierte con su vuelta.
Nos trae el remedio pero, no es posible su practica sin la oportunidad, y esa pasa a través de los caminos que regresan al Centro. A la misma Torre ahí donde ahora esta.

No dejan de sorprenderle las unánimes respuestas de aceptación. La permisión al viaje. La disposición.

La Transición la dirige Nut, establecida como ubicuo guía y guardián para cuando estemos listos.
Contemplando a Judith aclarando los detalles como a través de un inmenso enrarecido que retara a los sonidos a no tener mas sentido que el de la turbada impaciencia y los imaginados caprichos de los horrores.

En la Torre se fraguaron equivocaciones y portentos antes y después de que llegáramos pero de alguna manera los primeros se hacen oír ahora mas fuerte que los segundos.

Preparando los bártulos que necesitamos en la peregrinación imagino a Franta pensando en que mas contemplaremos allí donde, los Mayores guardan de los mortales el edificio, y que nuevas se nos mostraran otra vez dentro. Se pregunta si algún nuevo cambio nos revertirá alguno de los secretos o si por el contrario los avivara.

Como en la música el Luthier Angelo afino un instrumento del que había llegado a conocer partes.
Podías errar en asimilarla a la envoltura del cable pero nunca se debería olvidar que es mas que eso por ella sola.

En la cabeza de Pola hay imágenes del Tibet, pero lo que mas hay son sonoras preguntas que no se marchitan ni al mas frío fuego.

La Torre es muchas cosas. No solo una pero converge en una.

Cogeré la espada se dice. ¿Pero cual?, se pregunta. Y escoge la que le regalaron los Metzem.

Esta recogiendo pistas en su atención que enlazan respuestas desde que puso los pies en la planta veintidós de la Torre Perret e incluso hoy, tan lejos, tiene palpitos y siente las posibilidades.

Se despide de los que quiere con simplicidad y pasión, pues así es como los ama.
Sus caras, su labios, sus besos y sus manos entrelazadas conforman la fuente que le aumenta.
Los Ojos de Olympia que le dan ese remanso en el que respirar cuando navegar el Río es asfixiante.
Jean, la mas lista cabecita loca del heavy metal. Milan con la mezcla de miradas de su madre y su padre.
Que pensamientos borran los malos augurios y los aguaceros que pugnan por destruir la paz con turbación, me los niego a mi imaginación por su intimidad pero no a mi simpatía.

No esta tranquilo cuando nos ponemos en el camino. Le sobrecoge toda la intensidad del momento, como si esta estuviera mal encajada.

Anibal esta igual pero humanamente lo cubre con la serenidad del poderío.

Charo como siempre es infatigable.

Gabrielle es difícil de leer. O le preocupa que sea demasiado fácil y no este viendo lo que veía en ella antes.

Y Marión... Ella es la que mas se preocupa por nosotros. Pone su razón y su corazón en ello. Pero su derecho a estar no esconde ese palpito. Cuchichea como un eco en el fondo de nuestras sensaciones.

Todos excepto ella han sido desmembrados y vueltos a la vida y el camino que nos llama no oculta su alma de destrucción. Quizás lo que le hizo Xavier la proteja pero no esta segura esa intuición.

Nut cabalga a nuestro lado en su negra forma lobuna que se fusiona con el fúnebre manto de su Diosa sobre Gabrielle.
Anibal esta atento, muy atento y los bosques que nos flanquean reclaman también la atención de Ceinwen.
Pola toca el pomo de la espada, me lo imagino, inconscientemente frente a los robles oscuros, los tejos de hojas bicolores y las tramas de cipreses y abetos retorcidos.

La laguna se extiende delante al alcanzar la linde de la espesura. Una contención de mil alientos se alza a nuestras espaldas y aunque Nut no lo describa Pola lo sabe.

La superficie del agua es de un negro profundo que rivaliza con sus profundidades y entre las brumas opacas y las sombras de invierno tenebrosas contemplamos insinuante las lineas de hueso de la Torre Perret como buscando ligarse íntimamente con el oscuro cielo.
Entre nuestra orilla y la suya yace esa poza de la Nada que rodea la tierra que la sostiene.

Nut asegura que nos puede hacer cruzar. Franta no lo duda. Las dudas se avienen a reunirse sobre el imaginar lo que puede ocurrir al regresar y lo imponentemente palpable que se siente la Torre aun a esta distancia.
No la vio mas que un instante antes del exilio pero tiene por seguro que allí no parecía tan terrible como aquí.

Es una pesadilla de promesas aun no definidas.

A Anibal lo descoloca. A Charo la decide. A Gabrielle le roba las palabras. Solo Judith mantiene la calma por que a Marión la siente inquieta.
¿Y yo Pola? Lo imagino pensando mas allá del rito del Onomásticon que nos trae.
Esta pensando en como deshacer lo hecho.
Como Meical Cadwallagher, el antepasado de Bethan e Isobel una vez largo tiempo atrás decidió. Por que no hay lugar en todos los mundos para que una ruina nefasta se mantenga en pie.

Roza el pomo de la espada, confuso de por que le pareció la mas adecuada, en vez de la que le regalaron en Sanghai siendo que no hay enemigo merecedor de ese filo ahora y aquí.

No se calma y menos cuando caminan sobre las aguas del completo silencio y falta de movimiento. Siente el completo Olvido en esa laguna putrefacta.
No le devuelve nada. Ni su fondo ni su superficie tienen esa generosidad. Una Nada que no significa que no le hagan sentir nada.

Cuando alcanzamos la orilla de arena, tierra, piedras y pavimento de la Torre nos damos cuenta de que no es lo que conocimos.

Hemos llegado hasta aquí y es demasiado inhumano.

Marión no puede mas. Ha llegado a agotar sus reservas. Es la pesadilla demasiado imponente y quiere regresar.

Franta se pregunta por que no la convencieron antes. Por que no alguno, cualquiera, ha reaccionado antes y la ha hecho volver atrás de algún modo antes de... de llegar al otro lado.

Aunque Charo y Anibal se pongan prestos a buscar una salida Franta se acongoja.
Gabrielle calla extrañamente petrificada ante la confirmación de Nut de que no la puede hacer volver por el mismo método.

Finalmente se decide el emplear la magia. Magia antigua y fiable y probada.
Armar a Marión con la piedra que la Tarasca del bosque colindante a las tierras de los Cadwalagher. La misma que devolvió a Ceinwen y le permite volver desde cualquier otro lugar hasta allí. Para que Marión seria la forma en que viaje lejos de este otro nefasto lugar.

Es una decisión lógica. Es una posibilidad acertada.
Es una decisión con la que no imagino a Franta ni a mil leguas de estar tranquilo.
Un día me sincerare con el y le descargare de sus pensamientos y sus angustias.
Un día estoy segura. Un día no muy lejos.

Por que siempre lo que sientes pasa.

Marión no llega a casa.

Franta la ve precipitarse al agua con un clamor de terror en sus entrañas. El mismo que siente en las suyas.

Trata de agarrarla. La fuerza y la pericia de Anibal se ponen de su lado.
Pero es inamovible como un muro de acero enraizado en la tierra que quieres derribar el hecho que lo que la Nada reclama la Nada lo consigue.

Cada pizca de persona. Cada brizna de pensamiento. Cada grano de alma.

En un parpadeo. Se esfuma.
Y lo Veo todo. Y lo Oigo todo. Y lo Siento todo.

Soy Frantisek Pola y esta es mi pesadilla en uno de sus actos mas intensos por que no la estoy soñando.

Anibal te tiene en la orilla. Tu cuerpo apenas contiene todos tus emociones casi convertidas en arrebatos.

Al final te calmas pero no es un consuelo. Es la resignación mas insidiosa.

Marión no esta.
Y...Y nadie llora.

"¿Que nos esta pasando?" - le imagino gritando dentro de su mente. -"¿Que nos esta pasando?
Me miras de reojo y no te veo aun con mis ojos en ti petrificada pensando pero imagino tu pregunta - "¿Ni siquiera tu, Gabi?¿Ni siquiera tu, ya lloras?"

Te imagino en tal torbellino desgarrado, tratando de mantener la calma y la perspectiva y, cambiando las preguntas antes de que las que te brotan y te claman te vuelvan loco.

Luchas en la eternidad y no sé si vences o solo fluyes pero, inmerso en la demencia hasta las sienes, intentando con toda tu pericia evitar respirarla, beber un trago, ahogarte en ella, de alguna forma aspiras aire cuerdo y bregas.
Pero te siento en tu limite y no nos veo ayudando.

No sé por que o quizás si te imagino muy solo en todo estos instantes de vida o muerte inmensamente difíciles.

Cada escalón de la Torre es como una losa de lo contrario a una ascensión.

Otra escena de tu compleja pesadilla enfocada en lineas maestras entrelazadas.

Eugene.
Jeanne.
Tu Familia.
La Torre.
Nosotros.
Los Usurpadores.
Tu mismo.
Esa Nada.

Apenas nos mella que Judith no sea Judith si no una aberración de la Tierra de las Pesadillas. Que nuestros amigos del Feudo, con Calin, Valer y Lirnag a la cabeza tenga que venir al rescate con el precio de no saber si volveremos a verlos. Que en el regreso hayamos traído un regalo en forma de infinito tatuaje de todas las palabras con peso que residen en la mano que Onire le corto a Anibal.

Por ese instante. Por ese instante no sangras. Y despues es antes y lo tenemos y no se nos olvida. y la sangre se desborda.

Nos mella.
Sé que a ti seguro que si. Todo te llega. Lo ves importante. Y te preocupa.
Es como otro clavo que sujeta otra tabla en la estructura de los acontecimiento. Ese entramado que intentas comprender con todas tus fuerzas. Y al que no solo observas. Tambien tratas de ordenarlo. De darle la forma. La correcta.
Por eso todos los clavos también se clavan en ti. Te hacen daño tanto como te revelan.
Te veo en mi corazón sufrir. Ese es mi clavo.

Te veo con exasperación golpeando una pesadilla en la chimenea y contemplando como se marcha y se desvanece retorciendo el maravilloso material de las hadas mientras contienes tus exhalaciones.
Te veo comprendiendo los palpitos y los antojos y los terrores. Te veo viendo a Marion vivita y coceando con su lengua.
Te veo y no te veo indiferente y sosegado. Cuando respiras respiras todo los ángulos bajo un foco.

Te imagino escuchando la propuesta del emisario de Molaki. Escuchándole en el sueño.
Sabiendo que lo que viste que le ocurrió a Marion fue un mal sueño compartido pero no por eso olvidandolo.
Tu No olvidas. Tu No descartas. Tu No le quitas valor para poder sobrellevarlo.

Escuchaste con toda la atención y con todo el criterio.
Comprendiste toda la proposicion y cada parte de lo que se te estaba ofertando.
Y contestaste con todo el corazón y con toda la cabeza.
Por que tu eres tu. Tu eres Frantisek Pola.
Si te ofrecen la posibilidad de deshacer la Torre la tomas.
Ofreciendote junto a ello el tener que ir a Molaki. El tener que habitar pesadillas. El tener que poder necesitar cambiar a pesadilla.

Cuando nos lo cuentas me pongo en tu lugar por una maldita vez y veo lo que es mi terco deseo de no perderte y, por una maldita vez me muerdo los labios, no amenazo al cielo y al infierno y aunque triste te abrazo.

Me pongo en la piel de tu decision. No es nada facil lo que decides.
Puedes equivocarte. Podemos equivocarnos en dejarte ir.
Dejamos descargar otra piedra sobre tus hombros y te conviertes en mas en torturado Sisifo que en imponente Atlas.

Te ofrecieron una opción.
Tu la tomas por que hay que hacer algo cuando se presentan las oportunidades.
Luchar contra ello en mi egoísmo.
Te entendí. Te entiendo. Te amo por eso. Pero me reconcome el que dejarte ir sea un error.
Maldito miedo. No para de paralizarme y de venir cuando mas daño hace.

Ojala prometiera que haré lo mismo y lo cumpliera.
Que tu inabarcable pesadilla sera tambien mia y descansaras de una parte.
Pero no querría mancillar nuestra amistad con falsas promesas de palabras que se pierden en el viento.

Solo con amor incondicional y el intento, una y otra vez, ya me conoces lo testaruda que soy, de que de ese amor alguna vez recibirás alivio, espero.

Sí rezo, mientras te imagino en ese otro lugar.
Rezo leyendo una y otra vez ese precioso libro de la Maravillas de Rumi que me regalasteis Olympia y tu, cuando sabíais que necesitaba algo así.

No paro de leerlo.
No leo otra cosa mas.
Lo leo en cada hueco y cada respiro.

Por que leerlo es rezar.
Y rezar de esta forma me da fuerzas para mantener la calma.
Para abrazar a Jeanne y Olympia sin echarme a llorar.
Para darles el amor que es tuyo por que ellas son el camino hacia ti.
Para amarlas en ti. Contigo.

Pero a solas cuando rezo es distinto.
Empaño mi declamacion con el trago amargo de las lagrimas.
Mezcladas entre la esperanza y de temor.
Entre el pundonor que siento por ti y el miedo a que maten esa bocanada que te resta para no alcanzar la locura y cuando vuelvas seas todo esa pesadilla que te acompaña.

Rezo para verte volver.
Para veros a Olympia y a ti unidos en ese beso que os dais con la mirada.
Para veros perderos en la habitación a hacer Politas.
Para verte correr en la playa con Jeanne y Roman y Eila todo sonrisas.
Leo y rezo hermanito por que tu hermanita esta también respirando.

Intentando ser como su hermano mayor.
De la que esta orgullosa a la vez que escandalizada.
Orgullosa de ver al hombre digno que no deja de hacer lo correcto.
Escandaliza de ver como se mete en follones como su hermanita la gascona.

Ten por seguro que como no vuelvas te mato...!!!
Como no vuelvas de una pieza, yo...

Ahora estoy otra vez llorando.
Con la voz entrecortada entre mis labios.
¿Puedes oírme, Franta?
Puedes escuchar estos regalos para el alma.
Tu me los regalaste a mi.
Tu nos regalas.
Quédate y vuelve.
Vuelve y pon patas arriba esta historia.
Ponle tu voz.
Vuelve y sigue.

Quedate.


QUÉDATE CERCA, MI CORAZÓN

Mi corazón, quédate cerca al que conoce tus caminos

Ven bajo la sombra del árbol que conforta con flores frescas,

No pasees despreocupadamente por el bazar de los perfumeros,

Quédate en la tienda del azucarero.

De no encontrar el verdadero equilibrio, cualquiera puede engañarte:

Cualquiera puede adornar algo hecho de paja

Y hacerte tomarlo por oro.

No te inclines con un tazón ante cualquier olla hirviendo

En cada olla sobre el fogón, encontrarás cosas muy diversas:

No en todas las cañas hay azúcar, no en todos los abismos hay cimas;

No todos los ojos pueden ver, no en todos los mares abundan perlas.

¡Ay ruiseñor, con tu voz de miel oscura! ¡Sigue lamentándote!

¡Sólo tu éxtasis puede penetrar en el duro corazón de la roca!

¡Ríndete y si el Amigo no te acoge,

Sabrás que tu interior se está revelando como un hilo

¡Que no quiere pasar por el ojo de una aguja!

¡El corazón despierto es una lámpara, protégela con la basta de tu manto!

Apresúrate y escapa este viento porque el clima es adverso.

Y cuando hayas escapado, llegarás a una fuente

Y allí encontrarás un Amigo que siempre nutrirá tu alma

Y con tu alma siempre fértil, te convertirás en un gran árbol que crece interiormente

Dando dulce fruto por siempre."


"Yalal ad-Din Muhammad Rumi, poemas misticos, Universidad de Chicago, 1991"

27/2/10

Antumbra (v): Antumbra.

Antumbra: Dícese a la parte donde un eclipse anular es visible, resultado de que su sombra no es lo suficientemente larga como para tocar la superficie de la Tierra. Nunca es tan oscura como Umbra o Penumbra.
Paradojicamente cualquier observador que circule en el eje de proyección y se acerque a la fuente de luz podrá llegar a la Umbría desde la Antumbra, siendo el sentido contrario el que difumina el efecto del ensombrecimiento incrementando la cantidad de luz recibida.
En el punto óptimo entre luz y oscuridad sobre la superficie terrestre es donde se contempla la corona.

El tatuador de Bardo graba el dibujo con precisa lentitud.
Es que el talento de Expresar necesita su tiempo.
Hay otros tatuadores en la zona pero es este el que me aseguraron debía buscar.
Practica ese talento que acerca su labor al rito.

El hombre es un etíope afable de tez morena y ojos siempre entrecerrados que fuma sin parar cigarrillos sin filtro.
Sus manos son callosas y su piel áspera y sus manos muy fuertes.
No es nada misericordioso. No tiene razón para serlo. Esta manifestando Arte en la manera el que se ha ejecutado durante siglos. El dolor es una de sus partes. Como la de no hablar del precio.
Sin embargo, me ha servido un pequeño vaso de casero licor tonificante, que a ratos pruebo a sorbitos entumecedores.

Asier me aprieta la mano. Ha venido conmigo para acompañarme.
Se lo conté y asintió. Me contesto únicamente que debía hacerlo. Antes le explique lo que profundamente sentía y no ha dejado de estar a mi lado y sonreírme.

Con la otra mano aparta mi cabello y libera mi cuello, para favorecer las punzadas del grabador sobre mi nuca.
Allí por donde hendió el hacha pero que no dejo marca visible.

El signo que el artesano revela, poco a poco, contiene ese instante por eso esta situándolo donde esta.

Me empapa el aliento del hombre en mi cogote, cargado del aroma del tabaco, y de la letanía rítmica con la que la lengua conduce a las manos y a la aguja.
Puntada a puntada va creando y yo trato de no olvidar ninguna de las palabras que me brotaron de dentro hasta llegar a vaciarme sin que me sintiera vacía.
Es, no olvidar de lo que Asier ha sido mi testigo.

Ser marcada deviene de la necesidad de que lo sagrado sea expresado.
A través del Arte de unas manos avezadas obtener una forma.
Una huella incitante del cometido inalterable del Arte Mayor que ya actúa.

Como el sol y la luna entretejidos en el eclipse que le he pedido que tatué, lo divino y lo terreno se entrelazan en la Antumbra que simboliza.

La Señora traza todos los canales que existen y es sencillo mi magia procede de Ella.

El poder del que soy imbuida, el dominio intermedio, en la forma mas destilada de la brujería que emprendo en estos días, a diferencia de la que meses o años antes cumplía, toca de su divinidad y su preternaturaleza.
Es misteriosa y religiosa. Es mística y sagrada. Es generosa y para el beneficio de los otros.

También es la expresión del sustento concedido a través de su matriz desde el corazón de la Luz. Es Ella quien me mantiene viva. Cuando arranco su fuerza duele hasta el desespero por que no es mi fuerza si no la de Ella.
Querer robarle mas de lo que te ofrece es caminar hacia la sombra Umbría henchida en el deseo de la ambición y el orgullo.
Querer robarle es no vivir.

Esta luna negra sobre mi piel, es el rostro misterioso de mi Madre que miro.
Este sol, que brilla resplandeciente detrás coronándola, es la faz de la celeste aura del Padre que Ella me enseña.
Ese color negro anegando los trazos es la estela de la Sombra apuntando hacia nosotros, lo vivo, que la Antumbra separa de la creación.

Realmente son ellos los que me contemplan.

Al inmortalizarlo noche y día sobre mi piel pongo la sonoridad a la respuesta de la pregunta que me hice y me hago.

No va a ser un secreto. Solo sera algo intimo.

Tatuarse es un ritual sencillo. Trata de ponerte en las manos de Otro para que se exprese algo imaginado.

La Antumbra es un símbolo sencillo. Delimita la barrera entre la Tierra y la Sombra en el instante en que el sol es eclipsado.
Conjuga una reunión de estados: Oscurecimiento, Sizigia, Eclipse, y Corona en los que al final me desplazo hasta su punto.

Me he puesto toda mi vida en manos de la Diosa para que exprese una sensación imaginada en lo mas Sagrado.

Que Ella es el Abono que asienta el crecimiento a mi alrededor. La Tierra Buena y el Buen Tiempo para que el ciclo siga su curso esta vez y todas las veces.

Que es Ella la que mantiene el Cielo Abierto y que permite que el Sol siga llegándonos.

Que es Ella la que nos lo recuerda por las noches.

Que Ella es el eterno Cambio activo que se mantiene inalterable en el Cambio.

Al inscribírmelo en la nuca, reafirmo que me pongo en sus manos. En mi vida. En mis habilidades. En mi magia.

Que lo que hago lo hago por que esta consagrado.

Y que me desvelo por proteger lo que Ella protege de los que quieren Usurparlo.
La Luz de su Vida.
El aliento de su Hijos.

Que no vea su signo sobre mi ni un dia de lo que me queda de vida no me permitirá olvidarlo.