13/7/07

Diario para una Luz (III) Raices

Vas a ser un Árbol sano y fuerte, mi cosita.
No se si seras grande o pequeña, lista o lenta pero la bendición que me abraza viene también a ti.
Pero que no enfermes y tengas siempre las mejillas sonrosadas y que también lo sean tus hijos no lo es todo.
Un Árbol es tan bueno como la semilla que se planta, tan bueno como la tierra donde crece, tan bueno como el clima que le rodea, tan bueno como sol que lo baña, tan bueno como sus raíces.
Tu padre y yo hemos creado tu semilla y de nuestros arboles sale una parte de lo que seras.
La bondad de la puedo aportar no te la puedo medir ni valorar. Solo puedo contártela.
La Historia de mis Raíces.
Tu Padre ya te enseñara la suya.

Mis padres, tus abuelos se llamaban Annette y Anton.

Annette era una incipiente pintora naturalista, a pesar de que entre los Berrié nunca se hubiera destacado la faceta artística.

Anton era casi un cuarentón, enterrado en una carrera diplomática de la que no se atrevía a huir, pues no iba a ser la primera macula en el prestigio de los Unzaga.

La casualidad los hizo conocerse en París. No creo que nunca sepa que vio el uno en el otro. No lo necesito.

Los Berrié son el alma enraizada en el deambular por los dominios de Aquitania. Gascones de cepa, nunca desearon mas propiedad que el verdor aterciopelado de las campiñas y el fuego de su sangre. Su chispa se remonta a los albores de la Edad Media. Luchadores, carismáticos, tozudos y salvajes. Ganaderos, agricultores, cuatreros y soldados.
Encontraras primos desde Tolosa a Ortes, desde Marmanda a San Juan de Luz.
El apellido Unzaga nació en Loyola y morirá en Loyola. En loor de santidad los educan y en habito de fe y disciplina católica te imbuyen.
Pensadores, mojigatos, exploradores y leales. Muchos sacerdotes y monjas, varios ministros e incluso un cardenal decoran la estirpe por esta rama.

No siempre es así. No siempre lo que marca la vara media es lo que el individuo reclama.
Las imágenes de Padre en aquellos tiempos rezuman fuerza y calor y entereza, sin doblez ni amargura.Me parece un hombre consciente de su falta de elección pero alegre. Lo que yo conocí después estaba oscurecido. El único retrato que siento veraz de Mama, trazado en pinceladas suaves por su propia mano, me mira perdida y triste, apagada, hundida e infeliz.

Nadie me ha podido contar como fue pero se conocieron y encajaron. No fue ni ardiente ni racional, pero si hermoso.

Tu tío Cristóbal te contara esa historia mejor que mama, cosita. Esa y muchas mas que él atesora como antes atesoro su abuela. Historias de la familia. Quizás algún día te guste tomar su testigo.

Él te contara como en una locura ambos se complementaron y como en un vendaval lo dejaron todo.

Mama recupero la sonrisa de los Berrié y pinto y pinto como si fuera necesario retratar el mundo. Padre fue feliz.
Durante dos años no necesitaron mas que el uno al otro.

Después llegue yo.
Esa historia es mejor que te la cuente luego.

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