7/7/07

No soy Soldado

Me tengo que confesar. No es una confesión relevante. Quien tenga ojos y me conozca ya lo sabrá. Esto va por los otros. Para que estén avisados. O me comprendan.
No tengo el temple y la preparación para la batalla. Ya estado en varias y creedme no hay forma de mejorar. Ni siquiera poniendo todo mi empeño.
Me meto en el infierno y ni siquiera soy capaz de sacar de mi el mas básico espíritu de supervivencia.
Me ofrecen un arma para enfrentar al Enemigo y dudo en cogerla.
La cojo al fin y ni siquiera se como usarla. Un puñetero arco y ni siquiera se con que mano se debe sostener y ni soñar de poderlo tensar.
Hasta me he despellejado el antebrazo con la cuerda.

No me debo engañar. No. Soy. Soldado.

No lo entendáis mal, he luchado, se luchar. Por mi vida, por la de otros, por cosas que me importan.
Con magia o con las uñas. Pero sin método. En la locura del caos del combate. Sin un gramo de sensatez y con mucha, mucha, mucha suerte.
He recibido heridas por ello. He madurado en la idea por ello.
Quizas a veces peco en exceso de valiente.
Este es un mundo cruel. Casi todas las esquinas tienen dientes, y garras afiladas y otras cosas que son peores de imaginar y se que no hay que insistirlo mucho, de ver y sentir.
Me gustaría estar ahí siempre. Con vosotros. Pero, Diosa... No puede ser, no puede ser asi.
Recordarlo cuando me quede atrás. Y a cubierto.
Recordar que sera mas duro. Esperar la vuelta. Rezar por un buen final.
Y si debo estar en la pelea, adoctrinarme. Dejarme claros los peligros y las posibilidades. Ponerme en el lugar justo. No ser timoratos pero tampoco insensatos.
Y rezar por que mi mente siga clara. Que la rabia no se me apodere. Y por que lo haga bien.
No soy soldado. Recordarlo.

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