Tengo delante de mi cien gramos de puro chocolate. La etiqueta recomienda un lento y protocolario proceso de consumo pero no estoy para darle vueltas al tema.
Es un regalo de Navidad el que me han hecho, que digo son todos los regalos nunca dados u olvidados todos en uno. Y no lo pienso desaprovechar. quizás mañana no haya tiempo.
Tengo que comprarme ropa acrílica y un sofá de cuero.
Y zamparme mi propio queso y mi cuajada.
Tengo que cogerle el punto al whisky, la ginebra y el vodka.
Tengo que revolcarme desnuda sobre la hierba, sin importarme ni las mierdas ni los insetos.
Tengo que coger un tomate y pasarme horas con el en la mano.
Y probarme mil y uno maquillajes y colonias.
Y apestar a tabasco.
Hacerme patatas fritas y asadas y crudas. Probar el aceite de oliva. Besar con la boca llena de caramelo.
Bañarme en la playa, y tomar el sol.
Envolverme en lana.
Y muchas cosas mas.
Creeréis que estoy loca y por unos días lo estaré pero es un nuevo mundo brillante el que se me ha abierto.
Como poco tengo que recuperar medio universo.
Dadme siete días. O un mes.
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