29/4/07

El Arbol de la Vida (iv). Reflejo.

Hablar del reflejo es hablar del meollo. No creo que los magos sean el meollo del mundo pero si tienen un cierto peso en él.

En el Árbol, canción y tronco a la vez, se unen los Nueve Mundos de la Realidad tejidos en las tramas de la posibilidad y la causa, y todas las criaturas tienen una Voz que deja huella. La diferencia es que en la magna cacofonía de armónica del Universo los Magos o Despiertos o Atentos o Sensibles, se reconocen y se estremecen. La Voluntad cambia la Realidad en todo momento pero aplicando la Voz con reconocimiento y sentido y sentimiento el Mago se hace parte aun mayor de la Canción, como si esta pudiera abarcar mas, y consigue que se le adhieran el resto de voces. El Mago nace en el Árbol, es Tronco hasta la médula, pero al reconocerse y conmoverse logra desapegarse lo suficiente para recrear en sí mismo un Reflejo de la Realidad, un pequeño nuevo Árbol de posibilidades, Un Reflejo del Arbol de la Vida Unico, que es capaz de acunar y alterar y volver a reflejar en el Árbol de la Vida. Este Árbol propio brota de la Raíz de la Esencia y se sustenta en el Cuerpo de Posibilidad que impregna todas las ramas. La copa crece hacia lo alto buscando el Alma y se mece en la cuna del Tiempo sobre los que se desarrollan el Espacio, la Energía y la Estructura, la Vida y El Alma dual de la mente y el espíritu.

Todo esta en el Árbol y todo esta en el Mago. Desde su Empeño puede atar y desatar, crear y descrear, creciendo en la Voz y a través de ella, hasta el final lógico de sus acciones, separarse definitivamente del influjo del Árbol primordial.

Alcanzar en esta separación, el aspecto de las Disir, y velar sin afectación por el Bien de Árbol en el lugar sin principio ni fin, no es un alejamiento, es volver a la esencia por otro camino.

Crear un nuevo concepto desde los antiguos y regresar a la fuente y al Arbol.

Los Magos como bien nos enseña Lee Read somos reales y aun siendo reflejos si nos salimos de la Realidad no somos.

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