Estábamos en la Piscina.
Realmente estábamos en lo que creo es el corazón de este conspicuo y adorable ser que es Onire y mucho mas.
Realmente estábamos en un tiempo lento y en un espacio amplio.
Y Pola me pidió que bailara.
Me pidió que bailara y cantara alguna tonada o danza con peso, no un hit del verano y pasajero, sino una Canción con un bagaje de sentidos resguardados en sus notas y en sus silabas y en los movimientos que transporta.
Yo solo recordaba la danza que sobre la colina me hablo de la Primavera en Sighişoara y fue esa la que cante y baile.
Y la Primavera camino a través de mi Voz hacia las ramas del Dios que tenia delante, Un Árbol, Un Refugio, Un Misterio, sencillamente Soma y el me escucho. Lo que había intentado antes con palabras enmudeció en mi cabeza en ese instante. Podía haber olvidado todo lo anterior y lo futuro y no haberme dado cuenta.
La Primavera fui Yo.
Y se extendió desde la Colina de París, este lugar santo que es la Torre, hacia los Campos que acogen a sus habitantes.
Por segunda vez Consagre algo. Pero no sola. La Madre me dio la Verdad, Edda la Posibilidad, y Pola, mi Atento Pola mucho mas Despierto que yo, el Lugar y el Tiempo.
Yo solo entone lo que estaba claro.
Recordar las Flores de este año. Mirarlas bien por que quizás no reconozcáis lo mismo en las del que viene.
En mi Voz Floreció París. En mi Voz Florecí yo. En mi Voz me reconocí. En mi Voz y mi Intención me estremecí.
Y me Ilumine.
Todo fue consagrado. En todas las direcciones.
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