14/4/07

Consagracion (i). Un Pequeño Arbol que debe Crecer.

Trazo primero una linea azul sobre el puente de mi nariz ascendiendo por mi frente. Bajo por ambos lados y la trazo sobre mis mejillas. El azul es el color de los ángeles, y el de los dioses y de lo sagrado. Luego vienen las espirales como volutas de humo atravesadas por lineas de conexión desordenadas, sobre los ojos, cayendo de los oídos por mi cuello hasta mi garganta.
Aunque estoy desnuda a pleno sol pensé que lo primero que era importante presentar es mi rostro.
Las nubes acallan los rayos de la mañana a ratos y aunque no soy experta en ello, huelo la lluvia que se insinúa. Las dos circunstancias son buenos augurios. Me ha costado sudores determinar este día y como todas las predicciones no vale un pimiento hasta que se cumpla.
Comienzo a trazar los aros desde mis muñecas hacia mis hombros. Contornos cerrados mas juntos en el extremo de mis manos y que se van distanciando al ir ascendiendo. En las piernas hago igual. En el pecho y la espalda y el vientre y mas abajo. Supongo que parecerían las marcas de un extraño tigre, pero lo cierto es que no es el diseño lo esencial sino el hacerlo. Desde la primera linea ha empezado todo.
Cojo la pluma y el tintero y empiezo a plasmar las palabras que en mi mente se han estado forjando. Como siempre una canción, una larga. La ultima vez que estuve justo aquí fue Bjork y creo que Pola aun la esta odiando.
Esta vez es menos hermosa pero igual de sincera y llena de amor. Los sonidos cambian a letras de Ogham con facilidad y con cada trazo de tinta oscura me duele y empiezo a llorar. Las lagrimas son pequeñas al principio y luego copiosas, pero ni las detengo ni las pierdo. Me inclino hacia delante sin que se pare la escritura y las dejo caer en un cuenco. En el recipiente hay la esencia resonante de cinco arboles, la marca correspondiente de cinco lugares mezclada con el agua de un sitio especial y ahora con la mía propia.
Cuando termino mi piel es puro escozor pero no es la primera vez y no sera la ultima. Hay que mezclar muchos elementos y usar tiempo para hacer bien ciertas cosas. Por eso estoy sola. No debería estarlo, pero creo que esta sera la tarea de otros en los próximos años.
Tras las lagrimas es la saliva y después un pequeño goteron de sangre. Me acuclillo y orino en el tarro y en el suelo antes de masturbarme hasta hacer brotar mis flujos. Todo se recoge. Todo se mezcla. Todo estaba listo para cuando la lluvia empieza a llamar a nuestra puerta.
Empece a cantar lentamente, con voz dulce, con todo mi corazón abierto.
El lugar es el mismo en el que Mina quemo los Despojos, en el he hecho un agujero grande donde el retoño descansa ahora silenciosamente.
Pero antes la canción va creciendo, por que la canto mas fuerte, por que la siento mas adentro, por que la creo, por que la lluvia resuena aproximándose desde el bosque, por que ha llegado el momento. Cuando la primera gota nos roza El y Yo estamos abiertos. La esencia que había en mi, la esencia de varios sitios sagrados, pedida con permiso es ofrecida sin condición. El cuenco fue volcado regando con mi ofrenda y la de la Diosa al retoño.
Para cuando el la lluvia me espabila el rito ha concluido.
El retoño del Roble no es mas alto, ni mas bonito, ni siquiera mas fuerte. Lo que le di, lo que le he dado esta en su interior reforzando su patrón y tejido y enseñándole la Canción que se escucha en esos sitios, pero mas aun enseñándole que este es el lugar para que entone su Canción, para que busque su Voz. Cuando la lluvia cesa y la pintura se ha ido resbalando por mi piel y el frió me recuerda que época es, me tapo con la capa que he traído pero no me voy. Acaricio sus hojas y le susurro.
"Yo he consagrado tu existencia y juro que a partir de ahora hasta el fin alguien lo hará cada primavera. Otros te darán Nombre o a ellos les dirás el que has escogido. Solo espero que nuestros hijos te vean y les des refugio y protección. Y sombra"
El sol vuelve a salir y los dos nos sonreímos.
Intento escuchar su Voz.

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