12/1/08

En tus Manos (vii). Estar Ahi.

El día se acaba. No he dejado de dictarle a la maquina. Mis pensamientos se ponen voz. Lo necesito.
Es el tercer día del año. Aun sigue la celebración por su renacimiento. Sin embargo yo no lo celebro.

Si me reconforto. Hay pequeños placeres que disfruto: El abrazo candoroso de mi niña, el tacto cálido de su boquita en mi pecho, el rastro de sensación de cada poro de mi piel... el hablarle de las vivencias de su madre... cada palabra que grabo.

Pero no he comido. Creo que he ido una sola vez al baño. Me siento con ansia, alargada como si a la vez estuviera muy lejos, llena de la necesidad de no dejar ningún detalle al olvido.
Es el olvido el que me aprieta. Como si la nada pudiera caer sobre mi. Me empuja al esfuerzo de despejar mis dudas de si ha caído sobre ellos.

¿En verdad estoy aquí? ¿No soy ningún fantasma con habla y un mayor empeño de sustancia?
¿Hasta que punto soy real y hasta que punto una conveniencia en el pragmatismo de la realidad?
¿Que incertidumbre me permite residir donde no lo hacia antes?
Lo que me permite estar aquí ¿Se lo impide a ellos?

La realidad ha resultado ser mas adaptable de lo que se pueda imaginar.
Yo sueño con un hueco en las posibilidades. Lo anhelo.
Pienso en que el blanco y el negro están desterrados del absoluto, que no existen por que si el infinito tuviera rigidez no habría magia. No habría vida.

¿Es menos real Eila por que yo no estoy muerta? ¿Son menos reales la muertes que conocimos y la que vimos por que veinte años antes un hecho transcurre de forma distinta?
¿Que los hace diferentes? ¿Que los hace no existir? ¿Que les impide estar ahí?

Una mota de polvo no detiene al viento. Se mueve en él.
Las tramas se habrán movido y el patrón muestra otro dibujo,... y el infierno no es ahora, cielo ni la muerte, vida.
Solo estuve muerta y respiro y vivo. Solo el pasado de su futuro se diluye, pero no sus posibilidades.
La eternidad es suficientemente amplia.
El infinito se define así.
No hay viaje en el tiempo sino no la recuperación del recuerdo de nuestras huellas.

Pero...
La pregunta se mantiene. ¿Estoy aquí? ¿Cual es la gradación de estar ahí? ¿Cual es la gradación de la existencia?
La vida prevalece. La vida se abre camino y hasta la realidad se pliega a ello... pero...

¿Que me hace estar ahí?
¿Que es ser real?

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