12/1/08

En tus Manos (v). Entre mis Brazos.

Le he dado un beso y su rostro se ha dulcificado con la felicidad.
Ha transmutado con el roce de mis labios y después ... después su corazón se ha parado.
Lo tenia entre mis brazos y Emil se ha muerto.
Supongo que le habría gustado. Que si hubiera podido orquestarlo no lo habría hecho mejor.

Había sobrevivido tanto tiempo.
Había sobrevivido al acoso de Eugene, a las dos décadas de devastación y decaimiento que su primer ataque conllevó y en su ultimo gran acto en el Drama, había triunfado sobre la nieve en esa confrontación suicida que es esperar al Monstruo y pelear.
Y su corazón no ha aguantado un simple beso robado al destino y a los muertos.

Ni siquiera le roce los labios. Si lo hubiera sabido ... si lo hubiera sabido le habría besado en la boca, con solo una gota de lascivia y todo mi océano de amor.
Pero estoy segura de que eso si se lo tiene. Quizás no ha sido tan fastuoso como podría haber sido pero se que ahí esta, a donde allá ido.
En su rostro ceniciento en mi memoria, un rostro repleto de serena felicidad.

"En los brazos de una hermosa dama" lo puedo imaginar diciendo regocijado "ni el mejor de mis sueños"
"Entre mis brazos" le habría sonreído coqueta yo.
Pero no es uno de sus sueños.
Por que no he sonreído. He llorado.

Aunque sentir la muerte tan de cerca no haya sido en absoluto traumático, y apenas haya percibido el roce de su ultimo aliento.
Aunque me haya sentido sentido imbuida de la presencia de su espíritu mientras su piel se apagaba y el calor de sus miembros se evanescía.
Aunque haya sido todo tan tranquilo y natural.
Precisamente por todo eso. Por que no ha sido nada mágico si no perfectamente y llanamente humano.
Por que el espíritu que me ha embargado ha sido el de los recuerdos y mientras, mis ojos se nublaban por las lagrimas y mi voz le hablaba quebrada, ha habido una pequeña chispa de dolor incapaz de perderse en la inmensidad de la conmoción.

Ha sido mi primera vez. Ha sido mi primer amigo. Ha sido mi primer Dolor.
Ha sido suave pero imparablemente, contundente.
Ha sido capaz de sacar de mi lo que es una de mis mas calladas emociones.
El dolor. El dolor de verdad. El dolor del amor. Un dolor que no es dulce pero que se cura y cura.
Ese dolor que únicamente ya había saboreado otra vez ... Con Pola.

Pero esta vez ha sido distinto. Me he reafirmado en mis emociones, y he sido yo al completo, con todo: Amor y Dolor, mientras he velado su cuerpo y su alma se disponía a seguir.
Enraizada con la vida se mis sentimientos con respecto a la muerte. Y mi papel.
Mi ritual ha sido improvisado y caótico y seguramente no muy cristiano.
Nunca he sabido el parecer de Emil en cuanto a la religión, pero no importa que nombre menciones si eres totalmente sincera.
Y creo que a Emil le gustara la Diosa.
Mi voz ha sido queda y firme. Sobrepuesta a la negrura me he despedido de mi querido Emil.
Después ha sido el turno para los demás.
Después el momento del regreso.
Aun ahora me siento conmovida y pensativa.
Medito los lazos que se han roto y los que son nuevos.
Me pregunto si de alguna manera hubo un intercambio.
Mi vida y su vida.
O si simplemente fue lo que pasa cuando se es vital y viejo.
Me sonrío cuando lo pienso con una mezcolanza agridulce, por que espero oír la risa fresca de Emil cuando se lo cuente.
En mis brazos nada menos.
Se va a poner insoportable.
Me va a hacer reír.

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