25/8/07

Miedo (IV) Un Roto en el Alma

Un segundo basta para darse cuenta.
Hoy ha sido un reflejo impulsado desde una espada, en la casa de este santo varón que es Matvei, pero la magia divina no es necesaria. A veces por el día, o peor, por la noche, sin impulso, me ha asaltado la misma conmoción.
Es dolor. Dolor, cubierto de imágenes, de un recuerdo que no puedo borrar. El dolor de haberlo hecho y el dolor de saber que no hay forma humana de remediarlo.

Es un roto en el Alma.
La huella de un pecado mortal.

Lo que no entiendo es por que Anibal sigue equivocandose. Se empeña en obviarlo. Quiere creer que con eso basta. Pero eso no es verdad. Él debe haber visto su propia versión de lo que he visto yo. Él siente algo dentro.

Es cierto que su voluntad al completo se haya volcada en evitar que vuelva a ocurrir. Pero siento que ni siquiera él se ha perdonado. Y aunque lo hubiera hecho no cambia nada.
Yo lo sé y sé que en el fondo de su mascara de determinación sin mella, él lo sabe.
No hay expiación fácil. Ni garantía de redención.

Nuestra marca es la de Asesinos y este acto de atrocidad contra lo mas sagrado, no se borra ni con palabras sinceras, ni con promesas ni con infinito trabajo de bondad.
Nosotros matamos. Matamos no por necesidad, desesperación o accidente. Lo hicimos por afán egoísta y aunque Anibal es atroz en el numero, yo lo soy por mi premeditación.
Levantamos la mano contra nuestros propios espíritus y oradamos un tajo en ellos hecho de terror y consternación. El pedazo que nos falta lo dejamos en los que asesinamos.
Un día Edith decidirá si me perdona y me devuelve el mio.

Mientras tanto si el Infierno se nos encuentra, aprovechará y nos reclamará.
Ya lo he aprendido en mis propias carnes.
Es por ello que le he hecho prometer a Anibal que vuelva. Por lo mas sagrado que tenemos en común. He sido cruel, pero él es tozudamente temerario y esta vez se equivoca en lo que se juega.

Si hoy se enfrenta al demonio, sé que perderá. Y quedara en manos de lo que he pactado. Y eso me da miedo.

Espero que Matvei logre meterle la razón o el miedo en esa cabezota.
Y que no lo tenga que aprender por las duras.
Con una en la pareja ya hay demasiado.

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