He llorado y reído al amanecer.
Con la mayor de las conmociones.
He tenido esta noche la peor experiencia de mi vida.
¿Como explicarlo?
¿Has tenido alguna vez la sensación de cada paso del tiempo, cada segundo es una caída pero que a la vez sientes que esta pasando muy, muy despacio?
¿Has sentido la desesperanza de que una desgracia se acerca y al tiempo, sufres por que no sabes bien cuando, ni a quien de los que quieres, si no a todos, afecta?
¿Y si lo juntas a tu incapacidad para no hacer mas que golpear inútilmente una pared y que toda cosa a la que te puedes enfrentar te supera?
¿Y que para salvar a los que mas quieres, tienes la difusa sensación de que has vendido algo al diablo, algo que el demonio ha aprovechado para obtener y al final tienes la percepción de que aun así lo has hecho por nada?
¿Que has expuesto a tu hija y que eres pequeña, frágil, estúpida, inútil y cobarde?
¿No?
Me he sentido como si hubiera recibido un castigo por haberme quedado atrás, al tiempo que mis entrañas me gritaban que había hecho lo correcto.
Me he quedado sin fuerzas, llorando y rezando, temerosa de que no fuera la Fe sino mi desesperanza la que pedía ayuda y que si fuera así no fuera escuchada.
Me estrujado por dentro y por fuera y lo he hecho con la torre y con mis amigos algo que odio hacer.
Todo por ver la luz del sol de nuevo y que al marcar un numero de teléfono, la voz de Pola, Anibal o Charo me contestara y me dijera que todos estaban bien.
Ellos estaban dentro del infierno y yo fuera, con ellos.
La noche ha sido horrible.
Queda el día.
Y el temor que van a tener que regresar ahí dentro.
Al infierno que se filtra en Tiffoges.
Con él.
Y con el otro.
Diosa, te lo ruego, me da igual sufrir otra noche igual.
Pero que al amanecer vuelva oírlos de nuevo.
"Estamos todos bien"
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