28/5/11

Piedra.

Evensham...

La Piedra deletrea, tal y como una marca, cada silaba, reforzando las palabras que pronuncia en mis huesos, traductores en semejanza de su idioma al mio.
Y su respuesta la desmenuza Voz en Grito.

"¿Que soy?"
"Soy la Raíz del Mundo sobre la que Él se asienta"

Mi mano y mi brazo se arquean para terminar con el contacto directo, pero las voces de su Voz son una resonancia indefinida en mi cráneo, mi columna, las extremidades y el resto de cada uno de mis huesos.
Fugazmente, recuerdo que yunque, estribo y martillo son parte de ellos por que me hablan.

Me postro por respeto, por empatia, y por necesidad.

No es dolor y si lo es. Va abrigado de tantas muchas cosas que no conseguiría derrotarme en él.
Mi mano se abre y se cierra y se vuelve a abrir a escasos centímetros de su ordinaria superficie.
La Piedra es rugosa, oscura, mellada de vejez, y armonicamente distinta a las del resto del muro.
Peculiar, contundente, recia, humilde, simple.

Patente.

Agita la banalidad acumulada en sus proximidades para sacudirla como a las alfombras en primavera y alejar el rancio polvo y así, llanamente, confirmar estas paredes como un hogar y como... mas.

Tamiris recordó una muralla a la que esta la Piedra con la que he hablado, inscrita en el cobertizo de un hotelito en Evesham al que cual aves en migración llegamos, perteneció.
Es la Piedra que soporta al resto de rocas, a los fondos marinos, a los valles y a las montañas.

La narración de los hechos nos llevara hasta colinas cercanas. Hasta el trayecto de las arterias insoslayables de la sangre de los Dragones y la de la Tierra. Hasta la conexión entre el firmamento y a sus entrañas. Y hasta sentir, ver y experimentar su grandeza creciente, desligada de limites y en infinita magnitud.

Pero... si hubo un momento... si se transcendió el tiempo... si se desbordo el asombro en estas curtidas almas nuestras y nos inundo su rio imperecedero de henchido de inacabables destellos y si a unos les desencajo los ojos, a otros les cerro la boca, y a alguno les alzo en volandas, es ese instante.
En el pajar reformado de la casa de huéspedes de Amanda Brooks.
En el que a cada uno, a cada cual bajo su foco vital de percibir, la Piedra nos dio y da sustento y nos dio y nos da el punto de base en que apoyarse.

Diosa... Genio... Manos... Día...

El Ser del Principio constante donde asentar cada esencia importante que debe perdurar para que perdure.

Las que Anibal porta escritas y protege en su mano.
Las que nuestros amigos y familiares aman.
Las que ni siquiera son necesarias pensar en ellas.

Continuará hablando en el tintinear en mis huesos.
Ese que Duele pero no, que es tan extraño pero es mi urdimbre...
Tan estremecedor... Tan hermoso...
Tan, ya inolvidable.
Perenne.
Centro.

No hay comentarios: