8/12/07

Esta Detras (ii). Pesadillas en palabras.

Hacía tiempo que no me quedaba petrificada al borde del umbral de una puerta. La ultima vez creo que tenia apenas doce años. Con la mano sosteniendo la manilla del cierre y los pies anclados al suelo. Incapaz de moverme. Escuchando dos voces al mismo tiempo. No se si aterrada es la palabra.

Es extraño por que, perdida en averiguar lo que estoy sintiendo, ha sido ese fugaz instante el que me ha hecho reconocerlo.

Siempre
son emociones y sentimientos difíciles de explicar

La voz mas fuerte es la de Anibal. Aun la retengo. Atesoro cada momento de él como si fuera a perderlos en cualquier ocasión. Es un poco retorcido, lo creo, pero intento que sea como una sucesión de emociones brillantes que me den luz y profundidad, si algún día me falta, no una mera recopilación de estampas.
Lo oigo siempre con la sordina del amor. Lo adoro cuando dice cosas profundas e intento ser comprensiva cuando creo que se equivoca. Lo duro es que hacer cuando lo que describe su boca son imágenes terribles. No se como guardare este recuerdo.

Recuerdo haber dicho, que cuando entendiera temblaría. He temblado tanto que no casi ahora no puedo moverme.
Mi imaginación sigue trazando con precisos pinceles cada detalle. Entiendo.

Son Pesadillas puestas en Palabras. Una locura que no debería ver la luz de la mente.
Es un dolor en mi cabeza. Mi interior no estaba escuchándolo. Hasta ahora. La otra voz.

Cada palabra es un brote pernicioso. Cada visión es una puntualización en la agonía.
Lo conozco. Cada silaba. Cada pose. Cada terrible paso.
Sé el regusto que tiene las mordeduras sobre mi piel y la tela de arpillera repleta de alfileres.
Sé el impacto de mis caderas contra el suelo una y otra vez mientras me violentan por cada agujero.
Sé lo salvaje y afilado que es lo que te atraviesa cuando tu hija muere en tu vientre, sabiendo que lo peor es, que no ha muerto.
Sé lo sucia que te ves, por que no te importa mas que el placer de cada infinito dolor, e incluso pensar esto es doloroso y placentero.
Sé lo que me martiriza en el regocijo el haber arrastrado a Olympia y Pola conmigo, para no estar sola.
Sé de la desesperación de la necesidad de consumir la carne de Jeanne con mis dientes.
Sé que al final todo se resume en la única cosa que es la verdad.
Lo arrasador de su ausencia, lo que me mataría si no estuviera Anibal.
Lo sé todo por que es toda mía, toda la pesadilla.
Cada una de esas imágenes. Son vivencias reales. Fuera de la vigilia.

Nunca antes la había experimentado conscientemente, pero con cada sonido de su voz ha vuelto.
Se ha filtrado hacia dentro. Ha rellenado su hueco.Me ha enseñado que la fisura es aun mayor.

Ahora entiendo.

Desde la tarde me he esforzado en mantenerme atenta. He sentido que había una voz que me arrastraba. Que me susurraba, vete a dormir, como si me fuera una parte de la vida, en ello . Era el sonido imperceptible de un dolor que no tenia otro camino para expresarse.

Me he dicho que normalmente no recuerdo mis sueños o mis pesadillas al despertar. Eso no significan que no existan. De alguna manera forman parte de mi tejido mental y espiritual. Son un vasto reino, la mayoría del tiempo inexplorado. Pero están ahí.

Eso, ese Ikelos se aferro a través de ellos. Nadie lo vio por que era meramente un sueño. Mi sueño. Era yo.

Pero ahora que ya no existe tampoco están mis partes. Hay un vació muy grande. Cuando saltó se llevó un valioso equipaje. Un trozo de mis sueños, casi todas mis pesadillas.
Se esfumaron cuando Pola lo destruyó.

Y aunque parezca lo contrario, no es bueno.

Ya estoy en mi habitación. No le he dicho nada a nadie. He oído a lo que se enfrentan y yo no soy tan importante. Se que debo decirles algo antes de que se metan en mayor de los agujeros negros, pero primero tengo que hablar con alguien. Antes de preocuparlos mas. Tengo que hablar con Emil, Julius y Violetta.
Quizás sea algo a lo que pueda poner remedio sola.
Ahora. Antes de que me venza el sueño.

Aun hay tiempo. Ellos están en Sighişoara, protegido en el feudo y Emil tendrá tiempo de poder advertirlos.

Pero no se que esperar cuando me ponga a soñar.

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