27/7/08

Vivir (y Morir) en la Creencia (i). Soñar para Conocer lo que esta Lejos.

Había una puerta en su sueño.
Una abertura obtusa por la que apenas se vislumbraba el paisaje al otro margen.
El intruso había accedido hasta nosotros a través de esa oquedad, por los sueños de Annette.
Allí estaba. Podría haberme contenido y contentado con solo mirar. Haberme quedado a este lado y haber esperado que los acontecimientos venideros se hubieran manifestado con otro aspecto.
Pero traspase el umbral, buscando saber lo que acechaba mas allá de sus limites y la naturaleza de aquel que había utilizado a mi hija para espiarnos.
Es paradójico, que los jíbaros (el intruso es un jíbaro) hablen que se puede soñar para conocer lo que esta lejos.
Ellos como los papunya australianos son conscientes de su alcance, al igual que yo lo voy siendo, tanto como soy inconsciente en muchas otras facetas.

Viajo hacia el centro y me alejo al hacerlo.

Tras la puerta había un lugar hermoso, con la hermosura de lo recién nacido y lo virgen. Las amapolas brillaban al sol sobre las olas de hierba.
Pero no había paz.
Lo oí en el momento que puse mi mano sobre la tierra y el gemido vino hasta mi desde el árbol que había trazado, con toda su fuerza.

Al principio fui capaz de inquirir sobre aquella aflicción y la Madre me contesto que estaba cansada, cansada de devorar a sus hijos. Su suplica de descanso al Padre me sacudió.
Luego la convulsión de lo terrible me hizo recular. Annette estaba junto a mi y yo la tome en brazos antes de desvanecerme y despertar profundamente consternada junto a la cuna de mi niña.

Lo terrible estaba ocurriendo y no sabia donde ni porque.
Solo conocí que era Terrible.
Los sueños te dan conocimiento no respuestas.
Estas las tienes que dar tu.

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