23/8/09

Las Metamorfosis (vii): El Augurio / Las Reglas

Me lo ha soltado de improviso y con mala leche y lo cierto es que no me crea rencor.

Entiendo el impulso pasional que martillea en su pecho y el sentimiento de amenaza de interferencia, que mi presencia, la nuestra les siembra cuando se trata de ella. Es como mancillar el espacio intimo de Ninfas y Faunos con tu áspera y gris aparición. Las Ninfas y Musas son los pares de los Faunos y los mortales deberíamos estar contentos con los roces casuales cuando vienen y no con el contante revoloteo a su alrededor de su Llama.
Por eso hay tan poca simpatía. Le cabrea que no dejemos a Danielle en paz. Ni en sueños.
Así que viene hacia mi y lo lanza a bocajarro.

"Vas a morir. ¿Estas contenta?"

Lo cierto es que allí, justo delante de él me río. No de Broklai si no del devenir tan absurdo de la situación y de la escena.
¿Que estoy haciendo aquí?, me pregunto y ¿Porque he venido a buscar sin saberlo esta respuesta?
Su gesto sera taciturno y sus maneras bruscas pero su mirada es la del que ve el futuro y tienen esa marca tan incomoda. Sus labios hablan con fiera rabia pero no dicen mentiras.
Cuando me vuelvo y me recojo del sueño a mi regazo en la vigilia aun me sonrío y me recuerdo el dar las gracias.
Es en la mañana ya abierta del todo que me planto en la seriedad de las circunstancias.
Un augur es un Augur, una sibila una Sibila y los todos los oráculos son cosas de respeto.
Lo comento en el desayuno y sobre todo el que no soy totalmente conocedora de lo acertado que puede ser el adivino del Feudo.
No quiero darle mas peso del que pueda tener, por que, con el futuro los juegos son imposibles. Puedes cambiar cosas pero hay momentos que son inamovibles. Mi sensación es de tratar de Quiero mantener la calma pues me conozco y puedo empezar a tirar hacia abajo antes de que se confirme nada.
No saber es mas fácil, si, pero reconozco que en mi experiencia, después de haber visto nuestro futuro y volver, en la versión mas contundente del vaticinio hace mas bien que mal. Aunque te cambie la tranquilidad por el sufrimiento.
Mis amigos lo saben y me conocen y me quieren y por eso me protegen. Durante el día yo no lloro ni me desmorono por que ellos son los que van poco a poco acumulando el peso.
No es hasta la noche que las lineas se aclaran y no hay dudas de las intersección del destino. Es cuando ya es imposible que yo ni nadie pueda ocultármelo.

Moriré en la ceremonia que se realiza en la Representación, a las doce de mañana viernes.
La hora de las brujas. Que apropiado.

Me entristece el día que Pola, Anibal y Charo han tenido, conscientes desde bien pronto de esta encrucijada de los designios y preocupados primero y hacia la noche desesperados por hacerlos cambiar.
Les amo por mas cosas que estas lo se pero ni que decir que me bendicen con mas cariño con lo que han hecho y me fastidia el no saber si no habría habido una forma mas sabia de haber entrado en la situación. Yo misma podría haberlo mirado y creo que es eso lo que debería haber hecho. Eso hacen las Brujas.
La bifurcación estaría marcada de igual forma y posiblemente no hubiera cambiado nada. Pero siento que habría sido mas honesto. Para ellos.
¿Y ahora?
Ahora que se ha confirmado no me escandalizo por el conocimiento y respiro profundamente en busca de la calma aquí en mi ser y pienso en que aun vivo y hay tiempo para las cosas que se hacen importantes en vida.

Lo cierto es que no todas las posibilidades se reducen al acatamiento de los acontecimientos.
Las entradas que tan despreocupadamente nos dio Django son vinculantes, como el mas sagrado de los pactos, pero Pola embestido de esa ternura preocupada suya, podría liberarme de la cita con el destino, cortando con esa espada que posee los hilos que me atan.
Lo hizo ya una vez aquella imborrable mañana en Cnossos, pero hoy es lo mas diametralmente opuesto. Que se pueda hacer no obliga a que sea bueno el que se lleve a cabo.

No, no puede. No debe.
¿Si Franta corta mis hilos de mi confrontación con los Poderes que están llegando en que situación se quedaría? ¿No soliviantaría los espíritus de los llamados? ¿No traería sobre él y los suyos su atención e incluso su ira? ¿No seria un ocasión para precipitar actos y acabar cayendo en unos u otros brazos que esperan con paciencia que se despeñe?
Imagino que Eugen le tendera mas anzuelos para su captura que el resto, por que Pola esta mas cerca de un sabio que de un dios, pero no es ni mucho menos un mejor destino.
No Diosa. Ya han sufrido bastante. No puedo cesar del todo su sufrimiento pero si puedo evitar que crezca mas.

Hay cosas que no deben hacerse si ya ha pasado la ocasión y yo como el y los demás traspasamos ese Umbral cuando decidimos y dijimos "Me quedo. Este es el lugar donde debo estar" y estamos bajo el gobierno de unas reglas. Las Reglas.

Si es así es así. Si has decidido lo asumes.
Yo decidí hace un tiempo. Pero he sido inconstante.

Es después de dejarnos claro, de forma sencilla y pausada, que es lo que vamos y no vamos a hacer, cuando me estremezco y me lleno de angustia. No quiero morir. Simplemente es eso
Ha tardado pero es que se ha ido macerando con sobriedad.
Ese, el camino, el cruza con la muerte, el que he decidido es concluyente y, no voy a mentir, a duras penas lo sostengo reforzándolo con pequeñas cosas.

Decido que es lo importante: Ver a mis hijos, aprovechar la jornada venidera todos juntos. Viajar hasta allí donde están. Que la despedida sea sencilla y suave y sentida.
Hay un resquicio por el que cuela un rayo de esperanza. Onire.
Antes de cruzar a la ceremonia la veremos.
Y quizás ella interceda ante las Otras Miradas y algo cambie.
Pero es solo una posibilidad y antes habré tenido un día para fundirme con los míos. Olvidar lo demás y ser Yo con ellos. Vivir.
Asier, mi pertinaz angelito de ojos negros, ya lo sabe y ha venido hasta mi y nos vamos junto a Annette de la mano.

A mis amigos y a Broklai les debo esto:

Cada inspiración de aire de mar entre los cabellos de mi niña. Su risa, su escándalo y su juego. Sus manos y cuerpecito sobre mi vientre y mi pecho. Las cosquillas de sus dedos.
Cada rayo de sol filtrado entre la paja del sombrero de Asier. Sus ágiles zancadas. Su mirada de éxtasis en el agua. Su voz entremezclada entre la de los primos de Olympia y la de Jean.
Cada segundo de la puesta de sol sobre el Egeo con nuestros cuerpos entrelazados y la felicidad en mi casi inaudible canción.
Paz sencilla para un corazón sereno. Sin Desvelos. Sin frío.

Por eso no hay suficientes palabras.
Espero que de una forma u otra esta les llegue.

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