9/8/09

Las Metamorfosis (v): La Fuente / Las Visiones

Danielle nos espera en la fuente junto al jardín. Por razones de afinidad parece lo mas adecuado. Luce pequeña en parte, pero ya transfigurada como si el solo hecho de haber salido y esperado la hubiera abierto al canal de su naturaleza y ya no pudiera disfrazarlo.

El reparo y la candidez toman moteados extraños en sus rasgos bajo el fuego de una inspiración, no solo llena de poesía de vida, si no también de mirada a las respuestas aun sin pregunta y a las sombras que intentan coger forma.

Esta mañana, en la universidad, cuando aun era Danielle, la estudiante de arte, y la hemos buscado, acudiendo por si la podíamos ayudar en algo en esta miríada de cambios, no sospechábamos que los eventos tornarían las intenciones de vuelta a nosotros y nos pediría el esfuerzo y la confianza de ponernos en sus manos.

Xavier, que aun sigue desaparecido, me hablo de Danielle hace un tiempo ya, cuando aun la torre se erguía sobre la linea de París, y una noche viajamos en la estela de su mutabilidad a conocer la casa de Bethan e Isobel.

En aquellos días él la ayudo, y creo que de alguna manera fue como ahora sin el conocimiento de cómo, únicamente por instinto desde sus adentros como empezamos a intuir que ha hecho aquí.
A su manera recordó a Danielle en su interior de lo que estaba hecha y quien era y a donde pertenecía y ahora, en el tiempo del medio, donde nada de lo que haces cuenta, esa consideración y tierno cuidado se nos devuelve con agradecimiento.

El poder desborda de los ojos de la muchacha triscando de uno a otro de los presentes mientras nos disponemos alrededor del agua. Es un inundación lenta, de ondas de evidencia y multitud de acontecimientos que flotan a través de la superficie y acuden hasta sus dedos transformando los hilos del vulgar elementofisico a su aspecto acrecentado y pesadamente vivo como indescriptible reflejo de su par afín que es Ella.

Cada uno asumimos una transposición mística con la Ninfa y la experimentamos de su mano y la descansamos en su regazo.

Nos sumergimos en el cuerpo de la visión hecho del agua avezada que habita los sueños y tiene un cuerpo infinito.

Como Musa nuestra, Danielle nos conduce a las respuestas que nos deben inspirar con los trazos, surtidos de su propio sentido, de los futuros hados. O de los pasados.
Pero conscientes de que lo esta en la mano de las Recordadoras no es solo inspiración si no también la enseñanza.

Con su mano derecha nos imbuye hacia la revelación.

Trae a Charo, envuelta de sus ropajes de Cenwen hasta su hermana Eriltes. La verdad de este secreto no se descubre pero si el desenlace. Hay un lazo visible entre las dos que las brumas del olvido no deja ver mas allá de sus muertes si no a la otra. Ambas se matan mutuamente hasta el infinito y la derrama de sangre provoca el trasvase. Pero hoy falla, quizás por que ha llegado el final del circulo o por que la Serpiente, aquí donde pisamos y ahora donde respiramos, ya no se muerde su propia cola.
Charo sostiene en una mano la daga que la asesinó, hecha de una astilla del Árbol del Mundo, mientras con la otra acuna a Calin, rescatado in extremis del vientre de la Tiera y herido, mientras los dos contemplan la desaparición de su enemiga bajo las raíces del bosque.
Y cuando despierta aun se siente confusa y se niega. La mano sigue sosteniendo el arma conquistada y Eriltes no esta pero los hechos como han sucedido la aturden.

Posiblemente esa es una sensación inherente al toque de Danielle nutrido en la fuente turbulenta del caos.
Esa conmoción a lo que establecido en tu cabeza que ha hecho a Anibal huir de la libertad de sus instintos, cayendo en el reparo y el miedo y acabando con la boca repleta del limo de los malos sueños. Y del lodo solo surgen visiones de desazón y desasosiego.

Su vista se ha puesto en una llanura expectante del combate que sobre ella se aproxima. Al fondo las tripas del Averno y el tajo en sus muros que permite un paso abierto y frente a él, un ejercito que se apresta a evitar que el otro que viene penetre hasta los Infiernos.
Allí ve a Pola bajo el estandarte de Eugen, el general que dirige la defensa.
Y en el invasor los capitanes son Asier, Joao, Mayim, Santiago.
Anibal no se puede distinguir pero su nuca se eriza al mirar el contorno borroso junto a Pola.
La contienda es una locura, una guerra fratricida de las gentes que amamos en la misma boca de la Condenación y es esa locura la que te hace sentir como si a cada paso de uno contra otro nuestro mundo, mas y mas se deshilacha y mas cuando imaginas y comprendes lo que Franta ha visto y ha aprendido.

Su visión ha sido mas cruda, por menos elaborada, bañada con la impresión de un bautismo que despliega ante él purificada, la verdad que limpian las aguas.
Que Eugen lucha con la Serpiente. Que el caos se enzarza con su complemento pero que cuando llega el momento y Eugen la hiere, cuando ambos se une, la lanza que une sus corazones no esta bajo la la Luz de Sol Divino en un verdadero Unisono. La sustancia clavada bloquea los rayos y en la inmensidad proyecta una sombra alargada.
Esperar la culminación del día y la llegada a su cenit del Astro Dios es la respuesta buscada.
Esa verdad se la cuenta Karel en actos y al clavar de nuevo la Realidad, lo Superior y lo que Yace residen en un único Eje. Uno. Todo.
Pola se enseña lo mas sencillo y lo mas difícil.
Como hacer las cosas para que lo que es no sea y lo que sea fuere.
Como desvanecer la sombra que traza otro Árbol pero Árbol de Muerte. Un lugar de atractivo descenso por que a espalda de la Luz de la Vida, donde no te toca su Calor y no sientes su Grandeza y eso explota la altivez del endiosamiento que te hace creer en la tuya.
Ojala lo haya imaginado bien y estén bien todas las palabras Pola, por que pienso que quizás la tuya hubiera sido mejor inspiración para contar lo que vistes con tus propias palabras.

Por que lo que Danielle me enseña a mi no es prosa ni poesía, si no que se hace lo abominable por la ambición.

No es un recuerdo aunque sea yo la perspectiva en todo momento presente y sean mis dedos y mis ojos de los que soy consciente.
No hay alejamiento entre yo y la otra persona, incluso cuando con mis manos acaricio mis abundantes rizos y a través de mis adormilados párpados contemplo mi respiración calmada y venero la belleza de mi cuerpo dormido.

No hay alejamiento aunque con toda violencia libero el nudo enamorado de mi pecho al olerme y embriagarme con el aroma de mi piel sudada tiernamente que es recuerdo de un mundo que florece y da sosiego.
Amo a esa mujer que yace sobre el lecho donde hemos dormido, esa mujer que soy yo, Gabrielle pero en el mismo tiempo no soy yo, por que yo estoy a su lado, con otra respiración, otro volumen y espacio, ocupando otro hueco, despidiéndome en silencio con los dedos antes de abandonar su calor en esta mañana que es tan importante.

La dejo allí, descansando hermosa como el filo de la pasión que me encoge las entrañas.
Ese hermoso ángel que... soy... yo... pero no lo soy.

Cabalgo hasta la encrucijada, tranquilo y pausado, con el rostro pleno de determinación y la barbilla erguida, sincero ante el mundo de la asunción de mi destino, que tomo en mis manos con el objeto que el demacrado mensajero pone en ellas.
El poder. Trocar cadenas en hilos y los hilos cortarlos a voluntad, atarlos a capricho.
Un poder que acepto. Hace tres siglos ya que acepto.

No se me da mas en las visiones. Ni mi ni a mis compañeros.

Creo que se por que el limite de las respuestas.
Las Reglas. Los Tabues.
Danielle se marcha al amanecer. Hemos pasado toda la noche en su regazo. No nos deja pedir mas.

No sé que pensar, por lo que me dejo llevar y escucho los viajes de Charo, Anibal y Pola. Después brevemente sin mucha parafernalia cuento las sensaciones del mio.
Esta todo tan confuso. Se mezcla todo en mi mente con intensidad y detalle. A ratos me dan ganas de vomitar sintiendo la angustia vertiginosa de amarme tanto pero amarme a mi misma. en las dos vertientes. Es tan espeluznante como extraño pero de algún modo me convezco de que debía tenerlo.

Quiero creer que lo que te enseñan se debe madurar para que de sus frutos y florezca el entendimiento pero en este instante no entiendo nada y solo tengo preguntas.

Hablamos de otras cosas, trazamos nuevos planes, pedimos información y distraemos la mente pero en cada momento de tranquilidad regresa para interrogarme.

La necesidad de la verdad esta despierta.
Me compadezco de literatos y poetas si esto es el toque de las Musas.
Me recuerda a la mirada de la Sibila. Ella veia esto de forma constante.

El tiempo pasa. Despacio.
Bueno tenemos un pista que investigar. Una carpa en donde estuvo la Torre.
Nos vamos para allá. Me hará bien.
Dejare de experimentar esta ambigüedad.
Se que solo... un rato.

No hay comentarios: