1/9/08

Vivir (y Morir) en la Creencia (v). La Suplica

No es justo pero no puedo evitarlo. Son mi familia, la verdadera. No la que por destino te toca, si la que te asume, la que te acoge como uno de los suyos.
Es mareante la lluvia de rostros conocidos que me han visitado, casi todos mas de una vez. Rostros sorprendidos, cariñosos, serios, alentadores, preocupados, socarrones, tristes, ... familiares.
No es justo que yo les reciba quejosa y hundida y avergonzada y no pueda guardar de mi mirada la suplica. Mi desesperada necesidad de perdón.
No juzgo si me lo dan como si no. Yo misma no lo espero.
Es difícil aguardar la gracia cuando ni siquiera tu te la das.
Pero sigo en mi suplica por que es la emoción que queda, después de que se atara a una fuente de tristeza y a un deseo de disolución.
Es el otro lazo, el menos sereno.
No sera una emanación pasajera ni acaba ahora. No creo que termine nunca.
Empezó con el primer paso en el campamento regresando con Doa y continuo con todas mis explicaciones y todas sus miradas y sus reproches y lo que es peor sus decepciones.

"Hey, salve al mundo hoy.
Las cosas malas se esfumaron,
y todo el mundo es feliz ahora.
Las cosas buenas están ahí para prevalecer.(1)


Mi canción es la que debería decirlo pero es todo lo contrario. Es Pola el que ha salvado al mundo y no hay felicidad ni prevalecimiento. Ni se ha acabado el mal.
El mundo es mucho mas gris con mi suplica y yo no puedo detenerla. No sé como.
La he mostrado silenciosa e inconscientemente a cada uno de los que he contemplado y la pronuncie en voz alta hacia la Diosa cuando lo sentí por completo, cuando comprendí que al tomar el peso del mundo sobre mis hombros, no daba la talla.
Se acrecentó con la noticia de mi embarazo y los primeros estertores de la transformación por venir.
Acalló las alegrías necesarias que la presencia de dos de los tres hombres de mi vida y el asombro de su viaje a través de la muerte debía haber hecho crecer.
Creció con la llegada de los Dragones de la Tierra y los Dragones de la Niebla y con cada promesa abierta o velada de mi aniquilación o mi condena.
Rugió con mis palabras en la choza del poblado guaraní cuando ya el vórtice se estaba formando y hasta la realidad de mi magia se hubo ajustado en caída hacia abajo.
Rugió con la Furia de la voz imponente de la Madre, con la que de verdad había hecho el compromiso, la misma voz de mi interior que sabe que lo que dice la letra de la Canción esta escrito en sangre.
Y chilló pidiendo perdón e implorando no mas muerte, ya fuera en la esperanza de seguir con vida o en el consentimiento de la resignación a la muerte, si ese hubiera de ser el mal mas pequeño.

"Por que el mal es el mal. Menor, mayor, mediano, es igual. Las proporciones son convenidas y las fronteras borrosas. Al tener que elegir entre un mal y otro, lo preferible es no elegir en absoluto. (2)

Suplique y suplico por entender como se hace esto y se hace bien y por seguir creyendo y suplico por el perdón de después de tanto tiempo, de estar tan cerca de la gracia, aun no haberlo conseguido.
Por que siempre suplico.
Cada suplica es como un agujero.
Un agujero donde no paran de caer los muertos.

(1) Saved day, Annie Lennox.
(2) El mal menor, Andrzej Sapkowski.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Cada suplica es como un agujero.
Un agujero donde no paran de caer los muertos"..
Muy fuerte eso. Muy sugestivo pero tal vez un poquitín engañoso. No me refiero al engaño moral sino ese tipo 'inocente' y verídica de engaño, valga la paradoja, en que caemos cuando en la noche creemos ver cabezas de dragón y batallas en las formas que la luz de la calle proyecta sobre nuestra pared a través de las persianas.
Muy fuerte, muy sugestivo y nocturno, muy romántico (en el sentido de Byron y Novalis).. En definitiva muy hermoso y repito: un poquitín engañoso. Para mí la súplica es un puente en arco por donde no dejan de pasar, de un lado y del otro, los ángeles.
Afectuosamente
max