27/2/10

Antumbra (ii): Sizigia.

Sizigia: (Del gr. συζυγία, unión) en astronomía, se denomina al alineamiento sincrónico de tres o mas cuerpos celestes. Véase también como el par complementario de eras activa-pasiva, masculina-femenina del misticismo gnóstico.

"Oasis de los Océanos" es un nombre singularmente estridente para lo que es un complejo residencial de casi cuatrocientos metros de eslora y doce plantas sobre la cubierta principal con estética de centro comercial .

Tendrá su pequeño remedo de bosques o jardines en su interior y, flotara sobre el agua, pero es difícil verlo como un barco y menos aun, como un refugio acogedor en el yermo.


Pero bueno, no puedes elegir los rescates.

La pequeña embarcación que nos acerca a su nodriza desde la playa, es un yate por sus propios méritos y se mece al son de las tranquilas aguas que nos rodean.
Aguardamos en su interior civilizadamente a poner pie en el barco, protegidos por charlas intrascendentes, rodeados de rostros extraños, tan ávidos de explicaciones que saciar como nosotros. Nos transporta al abrigo de las sombras del gigantesco transatlántico. Incluso los acompaña un niño, me sorprende, lo que le da un aire de aventura traviesa y distraida.

Es como si al final del todo esta fuera una corta peripecia con abrupto final, excitante pero breve. La recogida de cuatro personas algunas confusamente desnudas, del simpático lugar de su naufragio.

Y sin embargo la tensión que se percibe es muda e indefinida.

Al menos conseguimos quitarles de la cabeza le idea del desembarco.

Desde el tiempo pasado puede parecer que nos excedimos o equivocamos pero de corazón creo que no estuvo mal el asegurarse, fuera cual fuera el peso sobre el resultado final.

Que la acción se traslado al barco y es en la isla donde descansan las respuestas.

Al abordar nos llevan ante el capitán. Se suceden las preguntas, suspicaces y usuales pero hay otras que liberan las sospechas y las intuiciones.

Las comunicaciones no funcionan y a excepción de un helicóptero de rescate en vuelo de intercepción no hay contacto con otros puntos del globo, empezando por la próxima Nassau.
Al parecer estamos en algún lugar del océano de las Bahamas pero sé, igual que sé que Charo y Ariel comparten linaje, que esta flora y la tímida fauna que hemos visto, no encajan con ese lugar.

La ceguera electrónica no es la única señal de ocultamiento.
Reviso, cuando estamos a solas, la nave de arriba a abajo y con el sabor con el que veo las cosas ahora, no lo encuentro. Lo único palpable es la voz del instinto que a la nuca me susurra.

Esta aquí, ¿Verdad?, te preguntas.

Todo en ti menos tus sentidos habla de que hay un engaño pero consigue que dudes si la falacia brota de tu interior.

Pero la tormenta se levanta en medio de la noche como una confirmación que clama.
Las olas nos zarandean y crecen. Los delfines y las ballenas les ayudan en el pleito.
El viento nos reclama y el augurio que tenia, donde el pozo de las aguas, como el remolino capaz de engullir a este buque y mil, hasta las profundidades, lo siento que esta encima de nosotros.

Es gracias a Anibal primero, la que Trae la Luz le haga darse cuenta de sus virtudes, y también a las desconocidas habilidades de Ariel que lo inminente no ocurre.

Anibal llega primero a confrontar con el mensajero, no se afloja a sus instintos y habla y recibe respuestas contundentes y casi desaparece por la borda reclamado por sus habitantes.
Ella le dice que condena a este barco y los que lo habitan a no llegar a puerto por que no hacerlo condena la existencia como la conocemos.

Me cuesta llegar y contemplo la escena con una multiplicidad que resulta aturdidora y con el tiempo mas y mas imponente.
Sobre la cubierta nos otea el mirar del océano que percibí instantes antes, investido con las formas de uno de su daimones y junto a el hay un ángel.

El ángel brota de la convocación de Ariel.
El como no lo sé. Quizás tenga algo de chaman. Quizás sea su linaje...
Pero el donde si lo conozco. El arma que Charo heredo de Eriltes cuando la mato.
Y la conjunción parece suficiente. La tormenta cesa gradualmente por que la Reina de las Olas así lo permite.

Quizás, lo deseo, es por que contempla que al alcance se dispone de otra opción de resolución.
Si es así y, ve en nosotros a la mano de los portentos de los dioses, merece respeto por su decisión y exige responsabilidad.

Si lo que tuvo es miedo, el resquemor maldito ante la encarnación de un divino destructor, la necesidad de esfuerzo es mas. Habremos perdido una solución que no regresara de nuevo.

El cielo de la mañana se atempera pero el barco y los sucesos no dejan de enrarecerse.

La gente queda inexplicablemente encerrada en sus cámaras. Demasiados hombres armados y confusos, soldados y tripulantes, creyentes a que se enfrentan a algún tipo de amenaza terrorista, pululan por las cubiertas y tenemos tropiezos. Me acostumbro a lidiar con los cañones de las armas. Con los nervios de personas comprensiblemente tensas.

Por que el goteo de personas que desaparecen es inagotable y no paro de pensar que nos están robando lo mas importante delante de nuestras narices.

Me agoto buscándolos a ellos o a Él. No importan los precios. No importa el coraje que tenga que poner en la tarea.
Lo que que yo apenas toco con todo lo que tengo, Él lo rasca como una costra y deja, sin que me de cuenta, pozas de pus al descubierto que destilan.

Él nos tienta. Nos dirige. Nos ofrece salidas que bajo la lógica de su mente son propicias.

Es cuando me voy a dormir. Después del primer denuedo extremo.
Antes de negra manera hemos triunfado. Antes los que desaparecieron los encuentro.

No están vivos pero por la Valedora tampoco muertos. Hay un estadio peor.

Cuando los despertamos de su sueño de agua, en el tanque donde se maceran, chillan ante nuestros ataques.
Tengo que hacerlo. Sin dudas. De la ultima vez a la que me enfrente a esos engendros no puedo borrar la cicatrices. Hoy, siempre, pueden herir a otro.

Les arrojo fuego y rayos. Y chillan. Los aniquilamos uno a uno o en grupo y no es justo hacerlo. Pero hay que hacerlo.

La gracia de la Portadora de Luz inspira a Charo y en el filo de la situación comprende los lazos que hay que romper y llega mas allá de sus muertes. Le da sentido a lo que hacemos y la quiero por la sonrisa dolorida que me hace brotar mientras lo escribo.
Liberación. Lo siento cuando luego, ahora me lo cuento.
Alineadas desde esa perforación negra de la desaparición que les tiraniza, las almas encadenadas a la abominación son libres de sus yugos.

Yugos visibles y férreos o yugos imperceptibles e igualmente tensos.

Es cuando me voy a dormir. Al dormir y al despertar.

En la huella del paso que hemos dado para acercarnos hasta Él.
El Sol se ha ido oscureciendo y las lineas de lo unido y de lo desunido se achican por que los limites que te remarcarías nunca han existido. Él, el Señor y Ella, mi Señora, y Él que les da la espalda a los dos en la Sombra.

Si hay un momento en el que algo han de significar es ahora.

Las imágenes se ordenan sobre mi cabeza. Discos de oro ardiente, de plata oscura, de indefinida cerrazón. Es la sombra la que se agiganta o se achica en los que son los símbolos que juzgan mi alma.

Al dormir y despertar. Al morir y renacer sin la medida de lo grande y pequeño. Me libera de las civilizadas ignorancias.

No me lo ha provocado.

Ni los desprecios por Anibal ni las palabras soeces y fuera de tono y lugar. Ni el leve rezumar de envidia hacia Charo. Ni el regocijo de un instante por verla a ella, esa chica aun visiblemente desbordante del contacto intimo de Anibal en la mirada, herida, .

La sombra mengua y crece pero esta en mi Sizigia. Reflejo de esa que es la suya propia astronómicamente aumentada en la ambición del sueño imposible de querer robar la superficie y el corazón del sol.

Él es un cobarde. Él es un monstruo. Él es todo lo que puedo Odiar. Pero esas verdades no borran las escarificaciones que dentro de mis compromisos debo curar.
Como una alineación correcta. Como la unión total de todos los pares.

Juntando como en este momento de enfrentamiento en el barco lo superior y lo que esta debajo con lo que se sitúo detrás.

Vendo las heridas de Samarie con gesto en el rostro y en el estomago y en el corazón, de de doloroso compungimiento.
Pongo energía de donde no puedo pero esta no seria mi vida si así no lo hago.
El aliento del desespero se aviene en mi pecho pero puedo sufrirlo. Debo...

Podíamos habernos ido en el principio y nos tentó con ello pero no le recogimos la oferta.

Hay que terminarlo.
Sacar a ese Gusano Blanco de su nido.
Quemarlo, Rasgarlo, y Apuñalarlo.
Enseñarle lo que es la verdadera Unión.
No mas cuerpos y almas retorcidos.
No mas niñas con una pistola humeante salvándome la vida a cambio de su inocencia.
No mas Sombra ahí fuera. Aun contra todo el sufrimiento que tengo por ser consciente de no sera igual dentro de mi.
No mas.

Palabras que salen ahora con vehemencia pero por que las ejecute entonces.

Busco lo que mas quiere y lo encuentro.

Conozco el lugar de la misma Linea. Un punto a nuestro alcance y nosotros al suyo.
El Eje de todas las coincidencias que llevan a la confrontación.
Un emplazamiento real donde localizarlo si damos el paso. Y lo damos.

Aunque, es toda la verdad, no del todo conscientes de lo que va a pasar.

1 comentario:

ketil brambgard dijo...

Hola.
Ha habido un pequeño cambio de estructura por que al releerlo me pareció un poco confuso.
siento haber tardado un poco.

Saludos.

Ketil