2/10/08

Vivir (y Morir) en la Creencia (x). El Paraiso Perdido.

Por la ventana de mi habitación contemplo las formas del edificio de la Catedral con solo un poquito de esfuerzo.
Los muros de las casas, coronados de los rojizos planos inclinados de los tejados y los postigos de las buhardillas y los pináculos de las chimeneas, me confinan la visión de la Obra Sagrada desde donde puedo mirar pero no lo desfiguran si no que, le dan otra profundidad como si la ampliaran siendo sus raíces.

Durante los lentos días de este invierno que aun no ha llegado, no he podido parar de mirar desde el primer día que me alcé del lecho.
La nieve ha caído pronto este año, la gente se abriga y corretea por las calles yendo a trabajar, a reír, a comprar. Algunos se han amado sin rubor al alcance de mi mirada y el rubor lo he sufrido yo. La vida sigue su caminar normal sin cambio y vacilación y como un Monet sin pinceles yo la he visto al alba, en la mañana, al mediodía y al atardecer y he captado sus sombras de color y las diferencias de su iluminación en mi interior.

A ratos también he leído, a ratos he cuidado y alimentado a Asier, a ratos me he tambaleado sin rumbo por la habitación. Siempre con la música de fondo, lánguida y hermosa sin voz o con ella, a veces insoportablemente terrible. Bach, Haendel, Chopin, Dvorzak y mucho Tchaickosky junto a Alanis, P.J., Tori o Muse.
Pero invariablemente orbitando hacia esta ventana que apunta a Nuestra Señora, pero invariablemente perdida mas allá de los cristales, de las calles, del frío, de los habitantes de un siempre vital Chartres, de la coraza pétrea de los muros del templo...
Me pierdo en la imagen venerable de la inmensa figura trazada en el suelo que laberinticamente lleva a Otro Lugar.

Me retuerzo en la evocación cercana del lugar donde no puedo alcanzar.
Quizás sea el maldito Milton en cuyas paginas no puedo dejar de acabar como si fuera la única sabiduría escrita a la que pudiera acudir.
Quizás sea el verbo cálido y emocionante de Franta intentando llevarme con las palabras mejor escogidas en la narración y el detalle al lugar y al estado que surge cuando el Corazón del Mundo regresa a su lugar.
Al Paraíso que pierdo.
Yo no puedo mancillarlo intentando describíroslo.
Mis palabras son vacuas y no tienen la carne que deberían tener.
Sera Él, sera Pola. Yo lo siento. Algún día, en algún momento, y de algún modo.

Por que yo no lo alcanzo y cada vez creo mas que no puedo.
Siento que lo que a todos esta prometido a mi se me escurre de los dedos.
Junto a la Isla Verde experimente la sensación totalmente contraria y lo que allí fue paz y convicción aquí es desesperanza y constricción en la garganta.
Me duele un nudo en el estomago y que sube nervioso hacia arriba.
Por que lo que sucede conmigo se repite y los Paraísos los pierdo ya sea el rostro con el que se presenten: Reino Bucólico, Isla Verde, o Corazón del Mundo.

Y me pregunto si estoy equivocada. Si lo que creo mensajes de mi búsqueda son en realidad noticias de lo que no quiero oír. Que estoy en verdad maldita.
En la Muerte, en la Decisión, en la Caída.
El camino de mi búsqueda se agrieta por que yo me quiebro. No hay mas destino que el que me escojo y las llaves y los nudos que tomo me alejan mas y mas de estos Lugares Magníficos.
¿Son para mi todos los Paraísos Perdidos?
¿Incluso el mio?

Cuando Pola cerro la Grieta y el Árbol apunto al Cielo y se unieron los Extremos yo yací allí muerta. Ausente en el alma y en el espíritu e incapaz de seguir asistiendo a lo que sueño.
Muerta para el Paraíso.
Soy la condena de mi misma por que quien creo ese momento fue mi decisión y mi albedrío.
Me convencí que no busco el Paraíso para estar allí. Que lo que yo buscaba es que el Paraíso que ya conozco se extendiera fuera de mi.
Pero hoy y ayer me siento errada.
¿Por que si no lo que ocurrió, vuelve a ocurrir?
¿Es mi maldición el auto-engaño?
¿Pero que clase de auto-engaño?

Vuelvo y miro por esta única ventana de mi cuarto que se abre a la catedral, y aunque mi estado no es ni de lejos el ideal, y el equilibrio entre mis sentimientos ronda el desastre, lo que siento no es angustioso, ni trágico, ni exacerbado.

Veo a un par de chiquillos enfundados en capas de ropa invernal que corren de la mano, riéndose para acabar lanzándose a jugar con la nieve mientras los coches pasan tristes.
Me pregunto que clase de lugar es este, no solo Chartres, ni París, ni Francia, ni todo el Mundo entero. Me pregunto que es el Universo y cada gotita de su inmensidad.
¿Es Paraíso? ¿Es Infierno? ¿Es algo distinto y especial?

Lo contemplas bien y tiñe sus ramas y troncos de los dos extremos. Trocitos como bien sabemos Pola y yo de lo que quieres ver y de lo que no quieres ver.
¿Pero que raíz verdaderamente goza tras lo que vemos?

Recuerdo que en la Biblia dice que es este un lugar perdido fuera de la Contemplación de la Gloria. La Torah musita a los que escuchan que lo que existe es una cisura llena de abismo.
En mi experiencia, la marca es que no puedes dejar de encontrar lo Magnifico y lo que yo desvío es el acceso.
¿Y he aquí mi mentira? ¿No hay Paraíso Perdido?
Solo decisiones que me amparan aquí al otro lado.
O que te alejan mas allá. Mas abajo. A la espalda del Mundo.
No hay Paraíso que se pierde.
Hay gestos de cerrar el corazón y los ojos.
Hay gestos de abrirlos y mirar a lo que tocan tus manos.
Yo no quiero cerrar los míos. Quiero mantenerlos abiertos. Pero mirar aquí, al Medio.
Mi lugar Magnifico esta a un paso del umbral de la puerta de esta casa, bajo la permuta constante del cielo.
Hoy nieva, mañana saldrá el sol o estará nublado.
El año que viene seguirá mutando.
Quiero salir y verlo.
Quiero poner la mano en esa nieve sucia y sentir el escalofrío de su tacto.
Todo el tiempo que pueda.

'Por que hay un Reino detrás de todo.
Hay una Diosa que nos ama a todos.
¿Creemos en ese amor, en absoluto?
Yo aun sigo pretendiéndolo,
deseando no ser la loca.
(1)'

No Perdiéndolo.

(1) "Kingdom." Dave Gahan. (Con algunos arreglos de oído en la traducción)

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