2/10/08

Vivir (y Morir) en la Creencia (xi). Sobrevivir (o mantener la Fe)

Hoy me lavo lentamente y me cepillo el cabello mas de cien veces.
Antes he elegido con cuidado los colores y los tejidos del atuendo.
Sobrios pero no muertos, formales pero aun cómodos.
He preparado esencia de saúco, endrino y hiedra y ahora la extiendo con fruición y paciencia.
Le dedico mayor atención que nunca. En esta ocasión me concentro en cada centímetro de mi piel y cada hebra del dibujo.
Pongo el absoluto de la pasión y del sentimiento en los dedos. Decisión, gratificación, y descubrimiento.
Ese es el aroma que me impregna cuando me visto.
El perfume permanecerá de hoy hasta el resto de mis días.
Saúco, Endrino, Hiedra.
Asier se remueve en su cuna y contagia a Annette que le responde inquieta desde mi cama.
Los calmo a ambos despacio con pecho y con caricias hasta que de nuevo duermen.
Aun es muy pronto para despertarse.
Yo sin embargo lo que no he hecho es dormir.
A la mañana, amanecerá y desayunaremos.
Los abrigare bien y me acompañaran junto a sus primos y sus tíos.
Hoy es el día de salir.
Recorreré los mas de doscientos pasos desde esta casa hasta el pórtico del templo de la catedral y entrare.
Por primera vez desde que llegue voy a traspasar el umbral.
Con mi bastón en la mano, Asier junto a mi pecho y Annette cogida a mi falda.
Con Mina y Santiago y sus niños.
Venceré todo el dolor, la reticencia, el miedo y la depresión hasta que no me quede aliento.
Pero llegare. Y daré gracias.
Me sentare y le agradeceré a la Madre, nuestra señora. Le daré gracias por sobrevivir y mantener la Fe.

Suspiro. Me busco en el espejo.
No soy una superviviente.
Y sin embargo sigo aquí.
No me miento, es por la gracia de los otros.
Desde mi nacimiento hasta ahora, son otras manos las que me sostienen en este mundo que tanto amo.
Manos que ya no están o que ya no quieren sujetarme si no arrastrarme.
Manos que ya no tienen tan seguro si hacerlo.
Manos que si que están, pase lo que pase.
A todas se lo agradezco. Es una larga cuerda que recorreré. Empezando por la Madre.
Hoy, allí junto al laberinto le diré en voz bajita lo que sé y por lo que le doy las gracias.
Le contare que me desconcierta mi propia falta de miedo al fin de la vida.
Le contare que creo que no desaparezco por puro hecho de Fe.
Y que paradojicamente siento que cuanta mas Fe albergo menos oportunidad tengo de subsistir.
Que la elección esta en sobrevivir o mantener la Fe.
Y que ya he elegido.

"Mi tiempo se acaba"- le diré -"y en el fulgor se alimenta mi ocaso."
"En ti confío y tu me exiges y cuanto mas confío, mas Fe tengo, mas me pides."
"Y cada vez mas Fe tengo."
"Mi chispa esta. Aquí esta. (1)"
"Por eso te doy gracias."
"Por cada vez que sobrevivo y mantengo la Fe."
"Por que sé lo que suma y resta."

Respiro. Una vez mas.
Mis labios articulan los versos de la canción que no pronuncio.
No necesita sonido para sentirla.

"Constante como viene...
justo hacia abajo,
hacia ti.
Somos una dicha,
una dicha de otra condición. (2)"

Sea esa la dicha.


(1) "Spark". Tori Amos.
(2) "Bliss". Tori Amos.

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