11/11/07

Unión (vii). El Ombligo del Mundo.


No cabe la duda cuando te llena el éxtasis.
Reducida a las lágrimas cósmicas de la alegría.
Viva como el nudo en la boca de mi estomago.

El Ombligo del Mundo escondido tras la realidad de la perfección del Lago Bled es el lugar.
Mi corazón es el artífice. Lingam, el verdadero Onfalos desde el que se ha creado mi mundo.
Al llegar aquí lo único que he hecho es reconocer a mis dioses.

Imbuida del calor de la transfiguración he ofrecido lo que tengo.
Les ofrendo mi poder, mi mano que cambia las realidades.
Les ofrendo mi amor, mi ser que es capaz de cambiar la otra magia.

Quisiera que no fuera mi mano la que extrajera el placer de mis entrañas.
Ojala fueras Tú, junto a mi, los que cantáramos esta canción con nuestra carne.
Con Lengua, Con Dientes y Dedos, ... Con tu Fuerza entre mis piernas. Y mis gemidos.

Seriamos la Madre y el Padre, unidos en un solo Uno.
Como lo somos en Annette.
Y volveremos a ser.

Un día renuncie a la voz y el abrazo de los Daimones y ahora entiendo por que.
Hice tabla rasa ante las tentaciones que me acuciaban desde todos los lados menos de uno.
Me di tiempo hasta sacarlos de allí, de mi adentro.

Mi corazón ha retejido mi espíritu.
Ha destensado las cuerdas de mi centro.
Ha hecho nacer mi universo.

Creo en el Amor, en la Unión, en el Uno.
Como Siwa y Siwo, Freja y Frej, o Eva y Adan.
Creo en el principio de Dos son Uno.

Todos son Uno.


Y ni siquiera esa era la razón por la que veníamos a este lugar.
Pero no rechazo los regalos de la Vida.
Los amo con locura.

Por que vinimos a llevarnos algo terrible que tuvieron que encerrar en este lugar sagrado.
Como dijo Pico roto a veces el Amor y la Compasión son las únicas armas que contienen lo indecible.
En el lago de Bled, en este lugar desde donde creció el mundo, los Benandanti lo hicieron.

Y por fin es hora que La Madre y El Padre descansen.

Hemos atravesado la perdición que protege este lugar imbuidos en el papel de sus sitiadores.
Como Rusalka he cantado, junto a la sorprendente y sabia Violetta y dos hombres tan valientes como para tratar de sacar su feminidad mas escondida y jugarse el esfuerzo, de a ver lo bien que lo han hecho, en el trayecto. Dos héroes que se llaman Julius y Emil.

Y cuando hemos llegado, sanos y salvos, al otro lado, a la orilla Sagrada y la Diosa me ha dejado poner el pie he comprendido que ya no podre caer con ellas.
La perdición me matara o triunfare.
Pero no me tendrá.

Hemos regresado sin tropiezos, con Violetta sujetando el Mal en una caja y nosotros dispuestos a la siguiente etapa.
Claro que después de saber lo que sé no tengo ninguna preocupación.

No cabe la duda cuando te llena el éxtasis.

No hay comentarios: