5/10/09

Las Metamorfosis (xi): Regreso / Ultima o Primera

Eugen se pone en pie complacido si cabe y sonriente palpablemente. Ignoro si es sensato otorgarle ínfimos rasgos de sorpresa a su gesto.
Sin embargo a su requerimiento el año pasado sin ir mas lejos le hubiera recibido con un no lo que pero hoy es un si.

Me levanto del banco yo también. Aunque aquí en la balconada seduce el aroma elevándose del jardín de la embajada no me abandono a la tentación de su contemplación y de la de mis pensamientos y me pliego en la dirección opuesta.
A volver donde es mi sitio y, gracias a la Poderosa, perderlo de vista en las extensiones de su salón de baile.

Nunca me debería ser fácil perder la referencia pues, tiene los hombros anchos y la estatura prominente de Anibal y los rizos inacabables de nuestra niña desbordándole sobre el pecho, abrazadita por la cintura en volandas en un vals que es el relevo del que Marión inicio antes de que Él me llamara a su presencia.

Annette sonríe y juega con su padre y no lo pienso solo los abrazo suavemente antes de que la fierecilla se descuelgue, compelida y confusa; alegre y agitada. Anibal respirara mejor con la ayuda y seguro que mas cuando nos hayamos trasladado al otro lado de las puertas de esta casa. Compartimos sorda mirada con Pola junto a Olympia y Jeanne y Charo firmemente aferrada a la mano de Calin.

Yo fui la ultima y las pesquisas de Eugen y su propuesta ha descendido por todos desde el comienzo de hacerse patente su regreso.

Sus invitaciones llegaron al día siguiente de la Noche apenas un poco después de que reabriéramos los ojos. Supongo que por si alguno pretendíamos tener la idea de marcharse antes de que la calma se asentara. Y nos pudiera tender la mano.

Brillantes son las invitaciones diplomáticas que nos envió, con indicaciones perfectamente muy precisas y muy a su estilo. Una invitación por familia, incluida la de Marion.
A Pola y Olympia les reclamaba a Jeanne, a Charo a Calin, a nosotros a Annette y a Marión... solo la Protectora sabe lo que le reclama.

Fue hace una semana y la cita acaba en esta velada con todos habiendo tenido nuestro pequeño tête a tête con Él y su pequeña y sencilla pregunta.

Lo sencillo es a lo que se refirió Emil cuando, asustada por como me he llevado en el tiempo con Él y viéndome otra vez ante sus querencias, le pregunte por consejo desde su experiencia y sabiduría.

Se sencilla.

Quizás es por que Él es también sencillo.

Uno a uno nos ha esperado recibiendo las variaciones de la reedición del Pacto, por boca de cada uno de nosotros.
Lo que una vez, sobre un futuro ya en el pasado, ya confirmamos en el presente se demanda y pregunta de nuevo.

Aunque no dudo que Eugen tenga el alcance de conocer lo que ocurre en todos los tiempos creo ver las zancadillas que le pone el destino al Diablo.

Por esa revelación, no hace un año o menos, me hubiera tentado quizás a intentar aprovechar con un no. Una negativa sin plan y a despecho claro, regodeandome en las flaquezas supuestas de este Ser y por supuesto obviando la peligrosa contestación.
Y abriendo de par en par mis propias y extensas fragilidades.

No son fallas las que veo que lo derriben ni que el desconozca y, por supuesto, no lo paralizan.
Al contrario que yo el conoce todas las reglas. Sabe posicionarse. Pola o Emil conocen mas que yo esa existencia.

No es infalible, por alguna razón lo sé, pero no es la lucha la de matar al Diablo. Es difícil ponerlo en tu voz huérfana por motivo de las palabras, pero una lucha directa detenta al propio orgullo y al omnipresente miedo.

Última o Primera, la pregunta de Eugen habla de este mundo y sus acuerdos no escritos.

No he dicho si por el miedo a su reacciones homicidas. Creedme las tiene. No es lo único.

Después de que Pola regresara con el conocimiento de su requerimiento ya tenia en mi garganta el si. En mi pecho.

Por un futuro que no veo opuesto al que si ví y las opciones que unos Padres pueden dejar a sus hijos.
El pacto con Eugen es un pacto con el Diablo. Nada ocultara este hecho sencillo. E igual que en aquella vez, en lo que rezo por que nunca, nunca exista, ya lo afirme y lo repito. Repito y repito.
Deseo que esta, que la Traedora de Luz me ayude, sea la última y no la primera atracción, hacia ese otro rumbo de existencia que se ofrece distinto al de los Malditos.

Pero debe haber esta primera vez.
Por la felicidad de Annette y Asier y quien venga, su amor y su vida futuras. Por los hijos de Pola. Por los hijos de Santiago. Por los que, la Matrona, te a bien conceder a Charo y Calin o a Mayim y Joao o a cualquiera de nosotros: Isobel, Gavin, Bethan, Brann, Herr o aunque la sorprenda a Marión.
Ojala tuviera en mi mano la potestad de extender la protección de este pacto a mas gente pero ni tengo el poder ni el derecho. Y siento que cualquier intento de rapiñar lo cabrearía. E intentar timar al Diablo saca únicamente que te timas a ti misma.

La opción , en la encrucijada, estaba ya tomada. Solo debía recordarlo.

Que nos reportara como la sostenemos y con quien esta pendiente.
Rezare a la Protectora para que nos de su Guía.
Aprenderé a ser consciente.

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