8/6/08

Diario para una Luz (xviii). En la Carretera.

Día 1.

Aquí estamos, compinches y con el Escarabajo lleno de solo lo necesario camino sur y luego este. Ahora duermes en tu silleta plácidamente, aunque se te nota un poco rara, mientras yo le dicto al diario. Supongo que tu inocente cerebrito estará un poco confuso pero no temas, básicamente mama te lleva de vacaciones. Nos vamos a Sihisohara dando un rodeo.
Lo cierto es que podría haberme metido en un avión y habernos plantado allí en menos de seis horas pero no se si así lo disfrutaría, y teniendo meses por delante y tanta gente a quien ver,por que ir deprisa.
Nos he programado un montón de paradas estupendas: Violetta, Julius, Calin y Daniela, El Feudo, como no Emil, y por que no Eila y Praga; además de lo que nos diga "párate" cuando lo veamos.
Estoy muy entusiasmada. Quiero verlos a todos por que entre unas cosas y otras ha pasado mucho tiempo (para algunos casi un año) y aunque nos hablamos por teléfono no es el mismo contacto humano. También hay un poco de orgullo materno. Quiero compartirte con ellos y el brillante tesoro que eres mi niña. También te quiero disfrutar y mostrarte lo que hay ahí fuera.
Luego quizás también esta la oportunidad de tener tiempo para pensar.
Desde que intuí en el feudo de los Metzen lo que estaba queriendo hacer brotar he meditado. Desde la misma noche que lo asumí lo tuve decidido. Por esa y otra razón le pedí a Valer para poder volver al Ensueño.
Quiero seguir meditando y necesito hacerlo allí, en la cara pura de lo que soñamos. Estoy mezclando mi esencia mística en la ramas desde mi pensamiento amarrado al suelo y el que no tiene limites en la realidad. Me siento cortando banalidades pero me preocupa el olvidar que camino sobre la lo solido.
Veo una inmensa veta de iluminación pero no quiero precipitarme.
iré hasta allí y me dejare lo mas abierta y consciente que puedo.
Y lo que pasara, pasara.
Sera un comienzo o sera el final de un espejismo que creí merecía la pena.
Y bueno, esta la otra razón. Lo cierto es que es muy parecida. Esta Valer. Se que me gusta, pero la acción de mis sentimientos hacia él esta tan enmarañada. Y es esa mezcla lo que me hace estar tan confusa. La seguridad de que lo deseo se junta con la voz que me dice que no soy lo que él necesita. Mi corazón no le quiere hacer daño al mismo tiempo que desea no estar solo. Entre chicas, mama no quiere hacer una locura, pero necesita algo que casi lo roza.
En fin, ya hemos pasado Dijon y si hay algo que tengo es tiempo y una gran conversadora a mi lado para discutirlo; bueno cuando no estas durmiendo.
Se esta poniendo un poco negro y la lluvia esta arreciando y como no estoy muy acostumbrada a conducir creo que haremos la primera parada técnica.
Arriba mariposilla; es hora de almorzar.

Día 3.

Ya tengo titulo para esta aventura. No es que me entusiasme Keruac, pero "En la Carretera" le cae bien a este viaje.
Estamos descansando en las afueras de Venecia a la espera de la excursión en góndola de mañana. El sol ha vuelto y la gente que se apunto con nosotros parece maja: una pareja holandesa entrañable y un abuelete sudafricano jocoso y ácrata.
Había invitado a Violetta a venir (en autobús esta solo a hora y media) pero no conté con que seria miércoles. No quiero que haga pellas ni que abandone sus obligaciones y dado que vamos a estar en Trieste una cuantos días si queremos nos podemos volver a acercar el sábado.
Nos estamos tomando el viaje con calma por que no tiene gracia viajar si lo único que ves es autopista.
Además, mama quiso desviarse un poco para no pasar por Lyon y por eso vimos aquellas vacas suizas.
Lyon. Ella aun vive allí (de vez en cuando le echo un vistazo con mucho, mucho cuidado) y aun me odia. Debería haberme armado de valor y haber ido a intentar pedirle perdón aunque sepa que no valga para mucho. Debería... pero... Quizás a la vuelta. Si, quizás...
Quizás venza ese miedo. Miedo a ver el dolor de quien he hecho daño.
Bueno, al menos las fobias de mama han servido para algo. Los Alpes son impresionantes desde abajo cuando te aproximas desde los valles y decidimos que un par de horas entre chaparron y chaparron eran precisas para contemplarlos. Acampamos esta mañana junto a la orilla del lago Como y aunque aun chispeara un poco nos hemos sentado en la tumbona a mirarlo. Te ha gustado tanto. No parabas de preguntarme si había peces en el agua y como eran y cuales eran sus nombres de familia y cuales los de pila.
He intentado responderte sin tregua y ser sincera cuando no lo sabia y allí hemos estado hasta mas allá de la hora de comer.
Hablas tanto como yo pero lo haces pausada y pacientemente. Creo que eso lo has sacado de tu padre, cosa que me hace querer que pases mas tiempo con él. Por eso y por muchas mas cosas entre las que esta que no quiero acapararte. Creo que puedo ser muy obsesiva, y necesito un freno.
Espero que Anibal nos haga caso y que se reuna en algún punto del camino.
Espero que venga a tenerte un rato en brazos.

Día 6.

La casa de Violetta es coqueta y algo masculina si puedes imaginar que esa simbiosis se produce sin ninguna arista. Hay alegría en cada rincón y pulcritud. Violetta insistió tanto en que me olvidara de coger un hotel que tuve que aceptar y quedarnos en su casa. Y aunque estemos un poco apretados no me arrepiento. Su abuelo es todo un señor capaz de hacer una boloñesa de morirse y de ruborizar a una chica tan curtida como yo de gusto con sus piropos.
Violetta y yo estamos tan compenetradas en nuestro amor por los cuentos que casi no nos hemos dado cuenta del paso del tiempo. Le traje un par de ediciones de Perrault (en francés, no lo pensé mucho) y ella me ha enseñado su colección completa y alguna de sus nuevas adquisiciones. Y también sus últimos progresos.
Cuando el Abuelo se pone a jugar contigo y a decirte cosas en italiano (me encanta que te hablen en otros idiomas y ver la cara de asombro que les acabas poniendo) nosotras nos vamos a la habitación y nos hacemos nuestras confidencias. Yo también le he hablado de mis anhelos con este viaje y mis sensaciones no solo para que alguien mas lo sepa (Pola y Olympia son unos benditos) si no por su experiencia como experta. Por que aunque solo tenga diecisiete en relación con los sueños tiene mas bagaje.
Ha escuchado mi historia del feudo de los Metzen y ha hecho pocas preguntas pero concretas.
Luego ella me ha ofrecido su refrescante visión y su consejo y yo la he escuchado para en la tranquilidad de la noche reflexionar. Ha madurado mucho en este tiempo.
De París no le cuento apenas. Me enfoco hacia lo que estoy emprendiendo ahora y me la llevo conmigo de la mano con mis pensamientos lejos de París, hacia Sihisohara y el feudo.
Hoy sábado hemos ido de compras y a hablar de chicos.
Mañana iremos a Ljubliana a ver a Julius.
Me voy a la cama después de darte un beso, sintiéndome bien pero no del todo. Existe en mi cabeza el resquemor de una sospecha. Le doy vueltas y a veces me roba la sonrisa.
Es París, Pola y Eugene.
Es cuando me pregunto si de algún modo estoy huyendo.

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