25/3/12

Un Huevo se abre en Cocodrilopolis

Es tan grande como Anibal y os recuerdo que él es un pequeño gigante.
Y aun así, así es, corona la sala con una amplitud que apenas podría ser abarcada por varios brazos.
Iridiscente y multicolor su superficie rompe la monotonía de la vista con cambiantes facetas de materia y forma como si no existiera una área realmente quieta, si no un mar.

No existe la banalidad de poder asociarlo con una reliquia de dinosaurio o cualquier otro ser que por la factura del poder divino se haya hecho terrenal.

Una unicidad simple lo impregna, de ser el primero y único en sus especie allí y ahora, y eso excita las fibras aladas, de contemplador de descubrimientos, de los presentes.

El principesco Calin, investido de la exótica traza del gran Amin de los Mamelucos, lo guarda en la principal sala de su magnifico y laberíntico palacio, como un bien preciado de la hadas con lo que si lo podrías identificar, no en vano aun estábamos en este largo sueño.

Pero aun siendo irrenunciablemente feerico también esta dotado de esa consistencia frugal de lo humano: blanda, curvada y frágil.

Asistir a su nacimiento encanta imágenes de tensión por la incertidumbre de ver que brotara y de gozo alegre por la vida nueva o de la que sera vista con una distinta mirada.

Con cada tono de sonido o cada fluctuación de inadvertido resplandor  fulgura y ese fulgor incide en Elizabeth.
Aun habiendo tan magníficos cuadros como lo eran el mismísimo entramado del laberinto que nos rodea, la estancia regida por la evocadora presencia de la figura de Calin tocado con su mejor traje y turbante o las siluetas imponentes de Charo, Ariel o Anibal, nada puede eclipsar su presencia.
Por instantes acabamos siendo reducidos a meros figurantes en el acontecimiento realmente relevante.
Elizabeth Dyke y el embrión que estan escondiendo lejos de aquellos que lo quieren tomar.

El contorno onírico se satura hacia la hipersustancia de algo mas solido encaminado a través de lo real.
El germen estaba quieto en su cascara y Elizabeth lo órbita con la impresión engañosa de separación pero si plegas los sentidos a un solo foco entiendes su unidad.

El ala protectora de sus guardianes: Amin del huevo y Joseph de la sencilla joven esperaban algo como esto.
Un detonante que se presenta.

Quizás es el idioma de los sueños que ejecuta en el tiempo justo sus hechos.
Quizás son las cualidades convocadas con nuestra llegada, ida momentánea y revelación las que otorgaron momento a las circunstancias.
Quizás es el peso de las palabras portadas, las palabras deseadas, y las palabras desconocidas las que despertaron la oportunidad.

La vaina se hiende e impele un acelerado proceso del alumbramiento que gana las sensaciones no escritas del resguardo y la protección instintivamente cuando Anibal se da cuenta, ligando bautismo y nacimiento fueran eclosionados al mismo tiempo.
Nombre y Criatura vienen a la vez.
Algún día comentare el resultado de la reflexión, acompañada por un buen chuleton y varias cervezas, del efecto místico que Anibal hubo convocado al hablar, pero aun así Victoria me sigue resultando un nombre especialmente hermoso.
Aunque no sea realmente preciso.
El verdadero, el completo: "Victoria Definitiva de Osiris" es mas profundo y te hace retener el aliento para meditar.

Victoria es una criatura fundamentada en las formas de sonido romo de los trozos de la cascara al romperse y en los matices de la primera impresión de los rasgos alimentados por la ferviente imaginación de los hombres acuciada a expandir y expandir los limites de lo que se puede vislumbrar.
Quizás piel de cobre azulado o capas multifacetadas de cristal blando. Ojos alienigenas e insectoides penetrantes y facciones sustractoras del aliento y nunca vistas y también a la vez inequívocamente familiares.
Quimera, espejismo o verdad por fin mostrada este avatar que nace es también Elizabeth saliendo de su crisálida.

Flota momentaneamente hacia arriba el poso de gravedad de unas palabras que con el corazón saque de mi en la danza que enebro Pola en la posibilidad mas pequeña y que por mi ingenuidad clamo por mas Daimones.

Es cierto que la Realidad se inunda de ellos. Es cierto que de una y otra vertiente.

Sin embargo este lugar y momento no son míos.
Es Calin el que ha incubado y protegido el huevo.
Es Joseph el que guardara a Elizabeth.
Fue Pola el que pensó bondadosamente en mi incondicionalmente, mientras yo pensaba en mi solamente .
Afortunada viajante soy de estos verdaderos momentos importantes pero empiezo a pensar que solo por casualidad.

Sin embargo hoy brilla el color de la Victoria recién nacida y la profundidad de su existencia difícil de imaginar.
Acapara la alegría y merece la pena.
Y así aun se me filtra el peso de la responsabilidad.
Cumplir aquello que fue acordado.
En Tana o en Eren Vej o en Cnossos o en Paris,
El compromiso es el mismo.
Disputar al Mal el derecho a seguir luchando.
Pero cada vez lo entiendo mejor y descubro que antes lo entendía mal.
Cada vez lo entiendo mas. Pero no por mis actos si no por los de los otros.
Y me siento como si se aproximara el tiempo.
En parte como si fuera tarde. En parte como si fuera inminente.
Como cuando vimos el huevo nada mas entrar.
Esa tensión de un suceso que se va a presentar.
Pero con la idea imprecisa del misterio.

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