18/7/09

Las Metamorfosis (ii): La Cabeza / Las Oportunidades

Los dedos demenciales de las manos de Egon juguetean con los rasgos de la cabeza de la Sibila, arrancada y abotargada. Como reflejo, con sentido perdido y irracional los siento como clavados en lo profundo de mi estomago.
Vomitar un par de veces sobre el lujoso pavimento no me ayuda. Solo embota, como siempre, lo que esta ocurriendo y me aleja de lo que podría comprender.
La naturaleza de mis polaridades es mi maldición y la de Pola, por que como la eternidad siempre se muestra en su máximo esplendor, cuando estoy junto a el.

Marión y Xavier no están. Marión puede estar muerta o en un estado peor y Xavier ha realizado algo que esta íntimamente relacionado con ello y con las mutaciones que esta experimentando la ciudad.

Algunos de los que podrían saber mas del hecho, entre ellos Eugen, se han marchado, dejando una desconcertante representación de ellos mismos. Y los que permanecen marcan que tienen limites sumidos en el velo de los Tabues que les niegan la posibilidad de exponernos los detalles.

Los que hemos decidido permanecer, regalados de una ingente variedad de razones, sinceras o ignotas, buenas o equivocadas, contemplamos a una anciana realidad que despierta y rejuvenece y sentimos el asombro mezclado con la insuficiencia.

El acto de quedarse, Egon lo ha calificado de oportunidad, y en el, completamente liberado de las restricciones que canalizaban su locura y simple y llanamente vampiro, se cumple.
Ahora esta en el palacio del Príncipe Amador, sentado en lo que era, hasta que se ha ido, su trono y con sus iguales correteando por los pasillos, provocando gritos, libre para ser él mismo y nosotros hemos venido a buscar guia a esta confusión.

Y es tan fácil. Con sus dedos me desarma. Simplemente mi empatía, mas bien histérica, bulle de emociones absurdas e inútiles imaginadas por el tizne de las capas del propio barniz de mi ego. Quizas acaso sea al revés, y sea verdad que lo siento por ella, pero no confiaría en apostar todo a esa afirmación.

Antes a la otra punta de la ciudad fue lo mismo con Román.
Román que ama a Xavier en extremo y cuyo sentimiento le he negado en mi cabeza, cuando me he colocado en el medio, recordando mis propias miseras acciones en vez de reconocer su .
Ella ha sido la primera en ver la oportunidad, no para ella, si no para su amado y en ponerse en el centro de la palestra a hacer lo que debía.
Dejo de esconderle su legado.
Y yo me diluía viendome martirizada en su misma posición, mientras desesperaba Pola y no obteníamos ninguna otra información reveladora.

Una confidencia que responda al interrogante de porque los resquicios de las cosas, lugares y personas se desbordan cada vez que miras a tu alrededor en la ciudad, y rompen los contornos expandiéndose como criaturas que se desperezan y despiertan, mostrando lo que no veías por que estaba detrás.

Egon dice que lo que él ha hecho es su propia versión de lo que ha emprendido Xavier.
Xavier ha perpetrado algo y sea lo que sea aquello, nos ha pedido que allí que no le sigamos.
Sea lo que sea ha soltado los nudos que amarraban las reglas y en parte ya esta aquí, abriéndose.

Y hay parte que esta por llegar.

La mirada profundamente lunática de Egon sabe que viene y como terminando la espera de sus incontables años se afana en disfrutar de su demente gloria.

Pola intenta sacar alguna esquirla de sabiduría de esta verdadera alegoría trazada en circunloquios crípticos y frases coherentes. Es cierto que hay una respuesta debajo de las palabras pero temo que tendríamos que ser como él para entenderla y lo mas temible es que al contrario que otras veces esta ansioso por compartir la forma de su naturaleza.

Que una cabeza separada de una cuerpo implique el símil bajo otro prisma de circunstancias de lo que esta pasando asusta.

¿Que a liberado el ojo penetrante de Egon y la burda cirugía de esas hoy mas temidas manos? ¿Que ha transformado la muerte de la Sibila?

Tanto Pola como yo misma hemos experimentado en nuestras carnes sus vaticinios y aunque vistiera cuerpo mortal, sus rasgos y sus actos y sus palabras no recordaban, en un principio mas que vagamente, a lo humano. Pero, oculta en el extremo vedado del lado contrario que veíamos, creo que esa verdad que ella sabia respiraba su humanidad, y que, como mas tarde hemos sabido, asumió esa verdad por propio convencimiento, sin estar ciega al respecto que era su momento.
Le quiero desear que la oportunidad también se le haya brindado a ella y a su modo ya ha escogido a través de su mortalidad.
Deseo poder despedirla bien, expresando los votos en su nombre, pero sinceramente eso es algo que ni siquiera se y Egon ha sido contundente y seco en no permitirlo.

El aire estival de la noche que nos recibe fuera vibra y no es la acción de un espejismo.
Es el batir de la ocasión pintado por todas partes.
Como si te restauraras en encrucijada y se forjara el dilema.

Si esta escena macabra que abandonamos es el reflejo a otra escala y pormenores de lo que ha hecho Xavier ¿Que es lo que vaticinan para nosotros los días que vienen?

El aire sabe extraño mezclado con los rastros de vomito y bilis sobre el paladar y la lengua.
Es como tener tierra en la boca y no saber si saborearla o escupirla. No poder ver si es fertil o ponzoñosa.

Que el caos y la confusión sean la oportunidad de prepararse para nivelar todo con una respuesta.

Sé... Creo que sabemos que al final al fondo habrá una respuesta.

Igual que Egon la tiene en la cabeza entre sus manos.

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