24/5/09

Opatze

Me miro en el espejo de la luna que se derrama en el reflejo sobre el estanque de nuestra fuente ignorando el frío de las noches de marzo con dulce melancolía.
Podía estar venciendo el fresco con el calor y el comfort de unas sabanas de haber querido tentar la suerte y haberme dejado llevar por los instintos egoístas para seguir retozando en cama ajena pero yaciendo arropada y ahíta de cópula y contacto tierno no me encontrado otra respuesta que no fuera que no era lo correcto.
No se si es bueno o malo lo que he hecho pero ha ocurrido y no podría haber sido de otro modo mas frío y menos intenso.
Aun vuela su aroma entre mis dedos y al pasar la lengua por mis dientes o morderme los labios aun tengo su sudor, el regusto ácido de su piel, el de su ultima descarga, hecha de éxtasis y de sorpresa, un sabor este que no me agrada pero que junto al de su saliva y su lengua adquiere significados mas colmados que propia complacencia. Lo que en distinta ocasión quemaría con humo y nicotina del cigarrillo que me fumaría con gusto, inconsciente o conscientemente hoy me lo prohíbo por venerada estima.
Cada sensación es puntada para la rememoración de la Solemnidad.

Salí
esta noche buscando lo indefinido, empujada por los términos de la confusión lasciva formulada por la larga carencia de sexo y la certera necesidad de mi personificación como ser carnal.

El lugar era como cualquier otro de estos, paradojicamente frío en contraste al apasionado y desesperado trasiego y juego en su interior.
Demasiado estridente. Demasiado falso.
No tenia en mente un chico, mi animo me armaba a acercarme a compañía femenina.
Las mujeres tienen los sentidos mas dispuestos a los detalles, y necesitaba detalles, aunque...aunque son mas difícil de enamorar.

Cuando sentada en mi sitio, ví el retorcido trazo de mi impulso tuve la reacción de abandonar.
No es justo que impregnara a otra persona mis desapegos y si, en serio, lo que buscaba era compartir o disfrazar mis miserias, era mejor volver a casa, buscar un lugar discreto y descargar la frustración, como el pastor, con mis propios expertos dedos.

En la dirección a la salida lo vi. Él entraba y me miraba y se turbo al comprender que me percataba y perdió la mirada hacia otro lugar.
Detuve mi marcha al alcanzar la puerta para apoyarme en el marco y volver la vista atrás sin encontrar mas que el alboroto de la multitud danzante y el golpeteo de la música, y sin embargo, aun en mi azoro, profese mi reincorporación al flujo de los rostros y las conversaciones banales.

Volví
pero no lo busque a él.

Tome una nueva ronda de tequilas y encontré de nuevo asiento.
Pasaron dos horas y varios intentos, algunos valientes e interesantes, otros soezmente espantosos de entrarme. Me conjure a ser paciente y cortes pero selectiva como el trato con personas debiera serlo.
Estaba conectando con una jovencita no muy alta y morena, con un bosque de tirabuzones sobre sus gafas y su sonrisa, lo mas alejado posible de la mujer que tenia en mente, cuando él lo decido.

Hola me llamo Andre y todas mis cuitas y reflexiones me han decidido hasta aquí. No eres la mas bella, ni la mas alegre, ni la mas sorprendente pero si, para mi, la mas indicada por que tu extraña hermosura tiene que ser disfrutada esta noche y esta noche debe ser para mi.

No se sentó, solo me ofreció su mano cercana a las mías y desvío la mirada cohibido mientras recogía mas valor. Con cada gramo de ser me invitaba a sacarme inmediatamente de allí.
Marchémonos, por favor sacó de su convicción añadiendo la suplica de que antes de atravesar el umbral debía saber mi nombre.

- ¿Mi nombre? - medite - Mi nombre... Soy Opatze - le mentí y le dije la mas pura verdad repetida de palabra después en otro lugar y de silencio afinado con mis besos y nuestros roces dedicados en la excitación recíproca.

Caricias sin prisas y risas joviales encajando en el éxtasis de celebración aceptada por ambos y elevada sobre el imbrique de los sexos hacia cotas raramente visitadas.
Le acaricie su ensortijada melena de cabello castaño y saboree el calor latente de su cuello y el venero el compromiso de recorrer completa la senda hasta el clímax sin atajos. Nos ofrecimos en el placer juntos, mezclados con arrebatos de contemplación enfocada de uno sobre el otro.
Nos ofrecimos el uno al otro pero sabiendo que era un grado de exaltación de la ofrenda que arribaba hacia un mundo superior y acogedor para consuelo fortalecedor de esa unión.

Hasta una tercera vez el ciclo se cerro quedándose abierto y nuestros hálitos se fusionaron al llegar unísonos a un orgasmo de rostros enfrentados y ojos entrecerrados y bocas abiertas.

Abrazados le pregunte si sabia que no me llamaba como le había manifestado y que esta seria la única noche y el me dijo que le había parecido una insensatez en un inicio pero que había sentido la voluntad de saltar a lo desconocido y que ahora lo entendía y que si servía de algo él si se llamaba como se había presentado.

No volví a hablarle si no a hundirme en su aroma de su pelo y perderme en el tacto de su piel y vello y en la firmeza de la sensación de la presencia de su cuerpo.
Le dí una ultima ofrenda de placer despojada de un principio de mística erótica, simplemente un desapegado regalo de mujer a un hombre vestido por la sorpresa y el llanto al acabar su ultimo placentero espasmo y estrujar la punta de las sabanas.

Me limpio la boca tierno cuando me iba levantando a medio vestir y los dos nos regocijamos en la otra sonrisa.

Sentenciamos que no nos olvidaríamos de la ventura de la Noche y lo juro que es tan verdad como el ultimo beso que le di a mi perfecto desconocido.

El año que viene, en la misma fecha, se que acometeré esta completa locura de dejar elegir al destino y quizás su dedo tenga la buenaventura de unirnos de nuevo.
No hay seguridad en ello. Esta aventura de Celebración siento que solo se cruza una vez con la misma alma.
Si creo que aun así seguiremos festejando la Integración en compañía de otros que también la sientan, anónimos o amigos y en la separación no habrá distancia por que todo esta conectado.

Nota: Opatze en vasco estoy casi seguro que significa celebración.

Gracias a

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tú último texto sorprende por ser tan intensamente sensual y sin embargo en todo momento sutil. Carnal y a la vez abierto a lo Otro.
Tienes el don de la palabra, sin duda.
Por la palabra, esta es mi certeza, nos vinculamos a mundos superiores, que sin embargo no están 'más allá' sino en éste, ahora, aquí, con nosotros, esta vez...
Máximo